CAPÍTULO 11: LIBERAR SENTIMIENTOS

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Hua Cheng le contó todos lo que había pasado durante los días que había estado trabajando allí.
Como conoció a Xie Lian pero lo fue contando todo en orden cronológico por lo que Pei Ming por ahora solo sabía que era un amigo.
Hua Cheng siguió contando hasta que llegó al día de ayer.
Contó cómo cayeron juntos al suelo y como después de eso había empezado a sentir cosas por su amigo, al llegar a esta parte, Hua Cheng no puedo resistir las lágrimas otra vez pero mientras estaba lloraba seguía hablando, necesitaba contarle todo esto a alguien.
Lloró aún más fuerte cuando le dijo que pensaba separarse durante uno días de Xie Lian para pensar lo que quería hace y para contárselo a Pei Ming.

- ¿Y por qué te has alejado de él? Llevas años buscando a tu alma gemela y ahora que la encuentras te alejas de ella, no te entiendo.

- Pero es que...

- ¿Que pasa?

Hua Cheng comenzó a intentar explicarlo.

- Pues esque... ya sabes...

- No, no sé, dímelo Hua.

- ¡Él es un chico!

Dijo del tirón mientras elevó un poco su voz, después de decirlo, se sentía con una pedo menos de encima, pero no sabía si era porque lo había dicho o por las lágrimas que volvían a salir de sus ojos.
Pei Ming se conmovió y también se alegró de que porfin de lo haya dicho, le dió un abrazo intentando consolarle.

- ¿Que pasa si es un chico? No tiene nada de malo. Sabes que no tiene nada de malo que dos chicos salgan juntos. Eso ahora es muy normal, ¿lo sabías?
Sabes que te aceptaría hagas lo que hagas, fueses lo que fueses.

Pei Ming susurraba todo esto y cosas similares al oído de Hua Cheng, intentado ayudarle.

El tiempo pasó y las lágrimas cesaron.
Pei Ming finalmente se separó de Hua Cheng.

- Viejo Pei, quiero seguir hablando contigo.

- ¿Que más quieres contarme?

- ¿Podrías opinar sobre lo que te he dicho?

- Sinceramente yo creo que tienes que volver con ese tal "Xie Lian". Si en realidad lo quieres y dices que es tu alma gemela...
Yo si fuera tú no dudaría.

- Gracias, pero, ¿realmente no pasa nada si salgo con él? Osea, somos dos chicos...

- ¿Qué tiene eso que ver? Hoy en día la gente es libre de hacer lo que quiera, a nadie le va a importar si sales con un hombre o una mujer.
Solo digo que te apoyaré elijas lo que elijas.

- Quiero estar con él.

Hua Cheng sonó bastante confiado y serio.

- Pues ve con él.

Le respondió Pei Ming.

- Pero, ¿que pasa si yo no le gustó? ¿Y si a él no le gustan lo chicos?

Hua Cheng empezaba a ponerse nervioso, tenía miedo de confesarle sus sentimientos y que estos no sean correspondidos, pero eso no era lo que más miedo le daba.
¿Y si se llegaba a confesar y Xie Lian se quisiera alejar de él porque le gustaban los chicos?
Realmente las cosas que su padre le decía se habían quedado fuertemente grabadas en su cabeza.

Pei Ming vio que Hua Cheng se volvía a estresar, así que decidió actuar.

Levantó sus brazos y las puso encima de los hombros de Hua Cheng.

- Sabes que eso no va a pasar. Cuando alguien es tu alma gemela, tú eres la de ella.

- Eso lo sé pero, ¿ y si no es mi alma gemela?

- Eso no puede ser.

- ¿Como lo sabes?

- Hace mucho tiempo existía una leyenda que decía que solo en los más afortunados, al conocer a su alma gemela saldría un lazo de color rojo en su dedo corazón.
Este acontecimiento era tan escaso decidieron decir que era una leyenda, cosas que solo pasaban en cuentos y libros.

- ¿Entonces cuál es el significado de ese lado rojo?

- Se decía que solo aparecía en aquellas personas que estaban predestinadas desde antes de nacer, esas personas son tal para cuál, nacidos para estar el uno con el otro.
Realmente es la verdadera definición de "alma gemela".

Pei Ming terminó de contarle sus conocimientos a Hua Cheng, este se quedó callado durante unos minutos, procesando todo lo que el otro acababa de decir cuando finalmente tomó una decisión.

- Voy a volver con Xie Lian.

- Pues que así sea, ¿cuando vas a volver con él?

- Todavía no sé, realmente me pensaba quedar algunos días aquí.

- ¿Y eso?

- Tengo que terminar de procesar que me he enamorado de un chico.

Dijo mientras miraba al suelo y una pequeña sonrisa salía de sus labios.
Al fin empezaba a aceptarse y la voz de su padre en un cabeza empezaba a irse.

En cuanto notó que esa voz empezaba a silenciarse, un gran dolor de cabeza empezó a aparecer.

- Ugh, me voy a la cama, parece que llorar tanto no me ha sentado muy bien.

-¡Espera! Viniste sin avisar así que tu cama no está preparada, espera un momento que ya te la preparo.

Ambos se dirigieron al cierto donde solía dormir Hua Cheng, estaba igual, pero faltaban unos pocos muebles y obviamente la cama.

Pei Ming preparó todo y se despidió de Hua Cheng deseándole que tuviera una buena noche.

- Buenas noches, descansa.

- Igualmente, aunque no sé yo si con este dolor de cabeza pueda dormir.

Le contestó Hua Cheng en un tono bastante más alegre comparado con el Dr la conversación que habían tenido antes.

Pei Ming salió del cuarto y cerró la puerta.
Cuando salió, una pequeña sonrisa de dibujó en su rostro, realmente se sentía muy bien por ayudar a su "hijo" con sus problemas y también estaba muy feliz porque pudo entenderle y aconsejarle.

- Hoy también ha sido un día duro para mí, mejor me acuesto ya yo también.

Pensó Pei Ming en voz alta mientras se dirigía a su cuarto.

Pasaron algunas horas y efectivamente como Hua Cheng había predicho, no podía dormir, no por el dolor, este había parado hace bastante tiempo.
No podía dormir de la felicidad que le causaba aceptarse así mismo y de porfin hacer lo que había querido desde que había conocido a Xie Lian.

Confesarle sus sentimientos y pasar el resto de su vida junto a él.

A la mañana siguiente, también habían cerrado el restaurante, cuando alguien 9 llamó a la puerta.

- ¿Quién podrá ser? Es muy temprano.

Pensó Hua Cheng.
La persona de fuera seguía golpeando la puerta con fuerza.

- ¡Hoy el restaurante no abre!

Gritó molesto Hua Cheng. Pero ese golpe continuo en la puerta no paró.
Pei Ming también estaba cansado de los golpes en aquella puerta, parecían de alguien que si viva dependiera de en besar a es local.

- Hua, ábrele a la persona y mira a ver lo que quiere.

- Ya va.

Volvió a responder molesto Hua Cheng.
Y al final si abrió la puerta.

En Busca De Una Flor (HuaLian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora