CAPÍTULO 1: DEUDA

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- Hua cheng!

Gritó enfadado el jefe del local.

- Ya nos debes 80000 yuanes, ya no podemos esperar más a que nos los devuelvas.
En consecuencia tendrás q ir al monte Taicang a trabajar en las plantaciones de arroz como pago por tu deuda.
Tendrás que ir a este monte en concreto ya que son nuestros proveedores de arroz de confianza y así sería como si estuvieras trabajando para nosotros, ya que dentro del restaurante ya están todos los empleados, tendrás que ir allí.

"..."

Hua Cheng no respondió ya que sabía que era de los menores castigos que le podían dar, por eso en parte se sentía algo aliviado.
Toda esta cantidad de dinero la debía ya que en este restaurante solía traer a todas sus citas esperado encontrar a su alma gemela y siempre le prometía al jefe que devolvería el dinero al encontrarla.
Pero el jefe se cansó de esperar y tuvo que recurrir a esta medida.

- Ya sé que dijiste que me devolverías todo el dinero cuando encontraras a tu alma gemela pero ya ha pasado mucho tiempo desde que nos debes una gran cantidad.
¿Cómo te puede resultar tan difícil encontrarla?
La mayoría de personas encuentran a su alma gemela en menos de diez citas, pero mírate, ¿cuántas citas has tenido tú ya?
¿Cincuenta? ¿Sesenta? Yo creo q hasta más, no podemos seguir esperando por el dinero.

Hua cheng queriendo cambiar de tema, preguntó sobre el trabajo.

- Señor, ¿desde cuándo tengo que empezar a trabajar allí?

Preguntó hua cheng lo más amablemente que podía para no sonar grosero y no le aumentaran su deuda.

- Te incorporarás inmediatamente mañana por la mañana, el monte no está muy lejos de aquí, así que no tendrás problemas para llegar allí a tiempo.

- Vale, muchas gracias, entonces empezaré mañana.

Hua cheng llegó a su casa e inmediatamente empezó a alistar todo para marcharse hacia el monte.
Preparó algunas tunicas frescas para el día y otras más pesadas para el frio de la noche.
También cogió una pequeña esterilla para pasar la noche durante los días que iban a estar trabajando allí.
Terminó de coger sus cosas y a la tarde-noche empezó su camino.
Como habían dicho antes, el camino no era muy largo, pero a Hua Cheng se le olvidó llevar algo de comida y aprovechó para coger algunos frutos.
Al caer la noche, ya estaba a punto de llegar, pero ya era tarde y pensó que no iba a ser muy buena idea presentarse tan tarde a sus compañeros de trabajo, entonces, decidió abrir su esterilla y tumbarse sobre ella mientras miraba las estrellas y miraba las mariposas que revoloteaban por su alrededor.
Al pasar el rato pensando en lo que haría al siguiente día se quedó profundamente dormido.

Mientras dormía, tuvo un sueño algo peculiar, este se basaba en una mariposa plateada apoyada sobre una hermosa flor blanca, ambas estaban a su vez entrelazadas por un hilo rojo mientras que descansaban sobre un gran diván rojo, no había nada más en el sueño, solo esas cuatro cosas.
Al despertar, Hua cheng recordó este sueño , el estaba algo confuso ya que no sabía lo que podía significar.
Después de un poco de tiempo pensando, se levantó de su esterilla, guardo y preparó todo para ir a su trabajo mientras también comía algunos de los frutos que había recogido la tarde anterior.

Después de volver a iniciar su camino, cada vez que iba subiendo esa montaña encontraba más flores y frutas.
Al cabo de unas pocas horas, llegó casi a la punta arriba de la montaña pero se detuvo antes de llegar.
Unos cuantos metros antes de la punta arriba había una pequeña cabaña de madera, lusia como si fuera recién construida, como mucho hace un año.
Esta cabaña estaba rodeada de plantas ya que se encontraba en la naturaleza pero también habían muchas flores al rededor.
Entre todas estas flores, hubo una que le llamó mucho la atención a Hua Cheng, se trataba de una pequeña y hermosa flor blanca, muy parecida a la de su sueño, que además estaba cubierta con un poco de rocío ya que acababa de amanecer.
Hua Cheng no sabía por qué le había llamado tanto la atención está flor, pero decidió arrancarla de la tierra y guardarla junto a él.
Pensó de guardarla en donde llevaba todo lo que necesitaba para estos días, pero cambió de opinión al pensar de que está flor podría ser dañada por lo otros materiales. Al final decidió guardarla en uno de los pequeños bolsillos de su túnica roja.
Después de esta pequeña pausa, volvió a su ruta.
Después de unos veinte minutos aproximadamente, llegó hasta la cima del monte Taicang.
Allí se encontraba otra cabaña de manera, pero está era mucho más grande, dentro de allí podrían dormir perfectamente al rededor de unas quince personas, por lo que hua Cheng pensó que si habría sitio allí para él.
Después de llegar se dirigió hacia la cabaña donde pensó que ya habrían algunas personas, y, exactamente como había pensado. Habían cinco personas que parecía que habían acabado de llegar no hace mucho tiempo.
Hua cheng se presentó ante ellos

- Hola, mi nombre es hua Cheng.
¿Está aquí el jefe de las plantaciones de arroz?

Al momento cuatro de esas cinco personas empezaron a cuchichear entre ellos hasta que pararon y uno de ellos decidió responder.

- Hola, yo soy Shi Qingxuan, encantado.
El jefe en estos días no se encontrará aquí, pero mientras él no está me ha dejado a mí al mando.
¿Que sucede?
¿A que has venido aquí joven?

- Pues, uno de vuestros clientes de confianza es el señor Pei Ming, ¿Verdad?

- Sí, Así es. Respondió Shi Qingxuan.

- Él me ha mandado a trabajar aquí durante un tiempo ya que le debo algo de dinero.
Hua Cheng dijo esto último con un poco de vergüenza pero no lo reflejó ni en su rostro ni es sus palabras.

- Es verdad, él ayer nos dijo que nos iba a traer a un hombre para que ayudara con la recolecta de arroz de nuestra finca.
Pues sin problema podrás comenzar a trabajar hoy.

Dijo el chico que estaba a cargo de las plantaciones mientras el dueño no estaba.

- ¿Desde que hora es la jornada de trabajo?
Preguntó ya que no sabía nada sobre a qué hora empezaba ni a qué hora terminaba el trabajo.

- Pues todos empezamos a las nueve de la mañana, recolectamos arroz hasta las dos donde comemos todos juntos en esta misma cabaña. A las cuatro nos volvemos a incorporar y trabajamos hasta que caiga el sol, sobre las ocho de la tarde.
Sé que puede sonar algo agotador, pero te acostumbrarás rápidamente.

Al escuchar esto, Hua Cheng miró a un reloj que marcaba que eran las ocho y media de la mañana, por lo tanto todavía le quedaba algo de tiempo antes de empezar a trabajar

- Ah, se me olvidaba.

Dijo el chico que parecía bastante amable.

- El trabajo es de lunes a viernes, pero los fines de semana le toca a dos personas hacer guardia para que las otras personas de la montaña no robe el arroz.
Esta semana no te tocará así que no te preocupes, se te avisará con tiempo el día que te toque.

Después de esto el chico se marchó y le siguieron todas las otras personas que se encontraban dentro de esa cabaña.

En Busca De Una Flor (HuaLian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora