arañita

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Un chico de 19 años, de pelo negro, iba corriendo tarde a la universidad donde se encontró con su mejor amigo.

"Oye, tú también vas tarde", dijo el chico a su amigo.

"Sí, no sonó mi despertador", contestó con cansancio y esfuerzo, llegando apenas a su salón de clases.

Pasaron el tiempo platicando sobre películas y series. Al salir, caminaron hacia un puesto de pizzas. Después de terminar de comer, se despidieron. Al llegar a su casa, el chico notó que al recoger una bolsa de plástico, esta se pegó a su mano. Solo la sacudió y se cayó la bolsa. No le dio importancia, pensaba que era estática.

Se desveló jugando videojuegos. Al día siguiente, volvió a despertarse tarde y salió corriendo bastante desarreglado. Mientras corría, sintió algo, no supo cómo, pero saltó hacia un lado y un coche se estrelló a su lado. No lo escuchó debido a que llevaba audífonos, pero lo sintió. Al ver la hora, le quedaba muy poco tiempo para llegar, así que solo siguió corriendo, llegando tarde a su salón donde lo esperaba su amigo.

"Oye, no vas a creer lo que me acaba de pasar", le comentó en voz baja para no llamar la atención.

"Bueno, luego me dices, que toca examen", le contestó igual en voz baja. Después de un rato, salieron y fueron a un puesto de hamburguesas.

"Y bien, ¿qué fue lo que te sucedió esta mañana?", le comentó con curiosidad.

"Bueno, lo que pasó es que, por andar usando los audífonos, no escuché que un auto se aproximaba y no sé cómo, lo sentí como un escalofrío. Sentí que el aire se volvía frío a mi alrededor y di un gran salto para esquivarlo", le dijo con gran sorpresa.

Algo interesado, su amigo le dijo que dejara de usar los audífonos en la calle y que tuvo mucha suerte por no morir, pero le parecía interesante lo que pasó, lo de sentir el peligro de la nada. De broma, le dijo que si despertó sus poderes ocultos de araña.

"¿De araña?", preguntó extrañado.

"Sí, sabes que hay arañas que pueden sentir el peligro por el aire utilizando su pelo", le comentó con un tono de sabelotodo.

"Bueno, cálmate cerebrito, pero sí, tomamos eso de los poderes de araña. En la noche se me pegó una bolsa en la mano, pero creo que eso fue por la estática", le dijo con un tono de burla.

"Bueno, ya. Si te siguen pasando cosas como esas, me dices y me mandas fotos de evidencia, ¿sí?", después de la conversación, terminaron de comer y se despidieron.

Al llegar a su casa, el chico entró a su cuarto y, pensando en lo de poderes de araña, se acercó a una pared y puso su mano. Luego puso la otra y, pegando un salto, puso ambos pies en la pared y, esperando caer, no lo hizo. Se quedó pegado, sorprendido por el suceso. Sacó su celular y tomó una foto y se la mandó a su amigo, diciéndole que sí, que tenía poderes. Su amigo, sorprendido, le dijo que se vieran al día siguiente en la parte abandonada de la ciudad para ver qué era lo que podía hacer.

Aprovechando que era fin de semana, el chico, emocionado, aceptó y siguió probando sus poderes escalando hacia su techo, donde notó que de sus dedos salía una especie de telaraña, de la cual empezó a generar sin saber cómo, pero se colgó sobre ella. Se dejó caer hacia el suelo y empezó a probar esas telarañas, logrando lanzarlas de sus dedos. Así siguió toda la noche hasta el día siguiente, donde fue al punto de reunión con su amigo.

"Oye, llegas tarde como siempre y te ves horrible. ¿Acaso no dormiste?", le dijo con un tono molesto, pues él es alguien muy puntual.

"La verdad, no he dormido nada, pero te sorprenderá lo que puedo hacer", dijo emocionado, para proceder a acercarse a un edificio y empezar a treparlo. Lanzó una telaraña y se columpió hacia otro edificio para bajar de él con gran rapidez. Empezó a correr en la pared, en el suelo, ambos sorprendidos siguieron probando qué más podía hacer.

"Bueno, sabes que las arañas son bastante fuertes. ¿No sé qué tanto podrás levantar?", preguntó su amigo.

"No lo sé, pero creo que hay un edificio sin terminar donde dejaron el material". Viendo una viga de acero tirada, tomó una con extrema facilidad. Decía que no pesaba absolutamente nada. Procedió a levantar una tras otra hasta ya no poder sostener ninguna más, no por el peso, sino porque ya no podía tomar más en sus manos. Impresionado por tal hazaña de fuerza, su amigo le preguntó cuánto soportarían sus telarañas. Con la duda, el chico pegó un gran salto hacia el edificio sin terminar y, lanzando su telaraña hacia las vigas, levantó tantas como pudo resistir su telaraña.

"Eres asombroso, eres bastante fuerte y tus telarañas igual. Esas cosas pesan como unos 50 kilos, y tú levantaste tantas que creo que fueron como unos 500 kilos o más. No lo sé, pero es asombroso".

"¿Verdad? Me pregunto qué más podré hacer. ¿Sabes qué más pueden hacer las arañas?"

"Sí, bueno, pueden generar una sustancia con la cual pueden camuflajearse o sintetizar con el entorno, y tienen un sentido de regeneración bastante bueno, y también veneno".

"Oye, si tengo veneno, ¿quieres que lo prueben en ti?"

"Ja, no gracias, hay bastante gente para probar".

Siguieron experimentando todo el día con los nuevos poderes, descubriendo que poseía todas las habilidades mencionadas por su amigo. Al llegar la noche, se despidieron y regresaron a sus casas. El chico, contento con sus poderes, durmió tan plácidamente.

sin limitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora