Perversión y Lujuria (Jenlisa G!P)

Capítulo II

Jennie

Lindos orbes mieles.

Luego de que Kai se haya marchado, el sueño cayó sobre mi cuerpo y me dormi sin siquiera pensarlo. Y, ahora estaba levantándome de la manera más perezosa posible rumbo al baño. La universidad esperaba con las puertas abiertas la presencia de esta Jennie dormilona.

Esperaba con ansias encontrarme con Jisoo, aunque ayer había dicho que posiblemente le cortaría la cabeza como en Alicia en el país de las maravillas. Creo que lo dejaría para otro momento, pues ahora el plan que tenía en mente era descubrir más sobre Lalisa Manobal..., Aún no comprendía porque después de todo este tiempo nunca había escuchado aquel nombre a penas asomándose por las paredes de mis oídos.

Me entre a la ducha, dejando que el agua caliente caiga por todo mi cuerpo hasta perderse. Salí con una toalla enrollando mi cuerpo, para encaminarme hasta el gigantesco armario donde me vestí rápidamente de una falda por encima de las rodillas, un crop top con un estampado de Stitch, y por encima una chaqueta de cuadros de colores algo neutros para que resaltará levemente con la falda negra. Me coloque las zapatillas, y deje mi cabello suelto cayendo cayendo cascada por mis hombros, con las puntas naturalmente hondonada.

Tocaron a mi puerta y encarque una ceja mientras daba unos retoques a mi rostro; Un poco de rimel, brillo labial levemente para hacer relucir a mis labios rosados más mojados y atrayentes. Y, algo de rubor.

La puerta se abrió y mi padre entró con una sonrisa, su vista me recorrió de pies a cabeza sonriendo alegremente. Vestía formalmente como siempre, una camisa de botones blanca, su corbata, su saco y sus pantalones grises. La barba con canas blancas decoraba su rostro al igual que su cabellera castaña oscura con algunas canas blancas por ahi también, peinada elegantemente hacia detrás. El tiempo le había cobrado y se notaban varias arrugas, pero seguía igual de guapo.

—Estas hermosa como siempre, Cariño —dice mi padre mientras se acerca para abrazarme y deja un beso en mi frente.

—Gracias, papá, puedo decir lo mismo de ti... Sorprendentemente —Él se hace el indignado llevando una mano a su pecho.

—¿Sorprendentemente?

—Claro que yes —asentí con una sonrisa. Nos miramos en silencio antes de reírnos.

—Espero que te vaya bien en la universidad. —comentó—. Quiero decirte que Lalisa va a estar aquí más a menudo debido a un proyecto, espero que su presencia por aquí no te moleste.

—¿Por qué me molestaría? —Pregunté.

—Oh, vamos, Cariño, sabes que todo te molesta —Sonreí inocentemente, él negó divertido—. ¡Rápido!, no queremos que llegues tarde.

Él dejo un casto beso en mi mejilla, antes de irse con su gran sonrisa de oreja a oreja brillando en su rostro dándole su típico toque especial y encantador. ¿Como mamá pudo serle infiel a este hombre tan hermoso y amable?, aún no entendía la lógica de esa mujer; Que aunque inevitablemente la adoraba con toda mi alma, me dolía que le hubiera causado tanto daño a un hombre cuya sonrisa te contagiaba felicidad.

Me termine de preparar rápidamente, agarrando mi bolso —donde llevaba mis utilices—, colgandolo de mi hombro para salir de la habitación y bajar las escaleras, rumbo a la salida donde seguramente me estaría esperando el chófer impacientemente. Encendí mi celular para ver la hora: "9:14 a.m", suspire sabiendo que no llegaría a tiempo. Digamos que la universidad no quedaba tan cerca como podrías pensar.