Capítulo VII

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Jennie

Rompiendo secretos.

Mis amigas; Dahyun, Momo, Sana, Tzuyu, Mina, Jisoo y Somi estaban reunidas conmigo en un círculo. Reíamos como cuando eramos unas simples adolescentes abatidas por los guapos chicos de revistas, aunque algunas ocultaran su sexualidad a través de ellas. Suspire mientras agarraba mi estómago de la risa que me causaban las ocurrencias de Momo y Jisoo, las otras chicas estaban igual o peor que yo. Hasta que cuando Sana se calmo de su histérica risa, propuso algo.

—¿Qué les parece jugar? —Preguntó limpiándose las lagrimas de la risa. Las demás clavamos los ojos en ella.

—¿El que? —Preguntó entrando un papa a su boca, Somi.

—Yo nunca nunca —propuso mirándonos diabolicamente.

—Tendríamos que traer un detector de mentiras para que estas perras digan la verdad —murmuró Jisoo negando con la cabeza.

—¡Oh, vamos, somos amigas!, aquí no nos guardamos secretos.

Tzuyu puso los ojos en blanco.

—Si, como no.

—¿Van a querer jugar? —inquirió Sana, enarcando unas ceja.

Entre las chicas y yo nos miramos para terminar asintiendo con la cabeza. Sana asintió con la cabeza rebuscando en su mochila una botella de agua, colocándola en el centro de nosotras. Luego de eso la vista de todas se poso sobre mi.

—¿Qué? —espete.

—Tu eres la que vive aquí, vete y busca el alcohol—dijo Jisoo aclarando mi duda.

Le pegue levemente en el hombro, para apoyarme de este y levantarme. Cuando salí de la habitación escuché todas sus risillas malévolas, negué con la cabeza mientras bajaba la cabeza tarareando una canción. Pase mis dedos por mi cabello castaño dirigiéndome a la área de bebidas, o, más bien, al pequeño bar que mi padre tenía en una de sus salas privadas. Abrí la puerta que me dejaba entrar a esta, y el aire acondicionado azotó contra mi haciéndome enarcar una ceja.

Las luces estaban apagadas, y el lugar era iluminado por una pequeña luz neón de color morado. Había un amplio sofá grisáceo, donde había una figura sentada pacíficamente. Con los brazos extendidos en las hombreras del sofá, y, en una de sus manos podía notar el brillo del vaso de vidrio donde debería de haber una bebida alcohólica. Suspire inhalando profundamente el aroma de Lalisa, mientras cerraba la puerta a mis espaldas. El aire acondicionado estaba en su máxima, causandome un frío por todo el cuerpo.

—¿Qué buscas aquí? —su ronca voz hizo eco en toda la habitación haciéndome estremecer, el frío empeoraba a mi acalorado cuerpo.

—Vine por alcohol —ella negó con la cabeza, en su rostro decoraba una sonrisa ladeada. Palmeo una de sus piernas.

—Ven aquí.

Trague grueso mientras avanzaba y veía como dejaba el vaso en una mesa de vidrio redonda y pequeña. Me senté en su regazo, sintiendo su nariz de inmediato rozar contra la delicada piel de mi cuello. Inhalado y exhalaba, parecía encantada con mi aroma mientras yo estaba encantada con el suyo.

Perversión y Lujuria (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora