Capítulo IX

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Lalisa

A la mira de Manobal.

Saliendo de  la mansión de los Kim tense la mandíbula, notaba como un lujoso coche blanco entraba por las grandes puertas del portón. Aquel automóvil se me hacia conocido, ya lo había visto antes. Era ese muchacho que tan mal me caía, me estaban dando ganas de darme la vuelta y quedarme, y proteger lo que es mío, y que ella sepa que es mía.

Suspire negando con la cabeza sabiendo que de nada valía la pena pensar en eso si no tendría aquella oportunidad; En mi trabajo se había presentado algo, y, por más que quise quedarme, me llamaron con la determinación de llevarme hacia ellos. Y lastimosamente así lo habían conseguido.

Sacaba el celular del bolsillo mientras por el rabillo de mis castaños ojos podía ver la silueta de aquel chico, su cabello azabache caía por su frente como habitualmente lo hacía, llevaba un atuendo formal de camisa a botones y pantalones ajustados. Me había obligado a acostumbrarme y verlo tan frecuente por aquí, puesto que casi siempre estaba en esta gran propiedad... Pero así mismo como sonaba, lo había intentado, y también había fallado.

Olvidándome por un momento sobre aquel Tehyung y todo lo que tiene que ver con él, le quite el seguro a mi automóvil; Un dodge negro. Me adentre a el mientras marcaba al número de Felix, uno de los que podría considerar mis amigos más cercanos además de socio. Aquel podía darme la información necesaria para mantenerme al tanto de lo que estaba sucediendo con mi empresa.

Mi coche salio por los grandes portones poniéndose en marcha. Al segundo timbre Felix contestó, lo coloque en los altavoces rápidamente para poder escuchar mientras conducía.

—Lisa, que raro tu llamándome —parecía que estaba almorzando. Pillando esto note la hora, eran las 12:37 p.m.

—Debes de estar comiendo ahora mismo, lamento quitarte tu hora de almuerzo pero, es importante y tu más que yo debes saber lo que sucede. Se trata de la empresa.

Esto pareció ponerlo un poco alerta porque escuché sonidos de como se acomodaba y dejaba el tenedor en el plato, sonreí de lado ante la grata lealtad que mi amigo le tenía al alto puesto que le había otorgado.

—¿Me puedes explicar un poco sobre lo que sabes para poder ubicarme? —inquirió.

—No es mucho que digamos. —señale—. Me han llamado cuando estaba en casa de los Kim, precisamente me marco Theodore, estaba alarmado mientras rápidamente me decía que debia de aparecer por las oficinas.

—¿No dijo nada más? —suspiré.

—No.

—Bien, dame un momento, voy a llamar en la empresa desde el móvil que utilizo para los trabajos. No cuelgues, Lisa.

—No he dicho que lo haría.

—Pero te conozco —declaró mientras escuchaba como se levantaba de la silla de manera rauda.

Frene en un semáforo. Mi dedo comenzaba a picotear contra el volante mientras mi cabeza descansaba en la ventana polarizada. Extendí mi brazo y lleve mi mano para encender el aire acondicionado del coche y colocaba un poco de música baja. En las paredes del automóvil para dar un poco de emoción sonaba Gimme that de Chris Brown. Aunque siempre guardaría para la adentros que me gusta más el remix con Lil' Wayne.

Perversión y Lujuria (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora