Capítulo VIII

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Jennie

Dudas.

Cerré la puerta de mi casa despidiendo a Jisoo, había sido la última en irse de mi hogar pasando rato conmigo. Todas las demás se habian retirado hace ya algunas horas; Suspire sintiendo de inmediato la falta de compañía por parte de las chicas, pasando mis dedos por mi cabellera castaña. Caminando hacia la sala, mientras abría la puerta desabrochaba el botón de mis pantalones liberándome. Mi padre estaba en una junta con Lalisa y unos cuantos hombres más en su oficina, no había de que preocuparse.

Abrí la puerta y tire el pantalón con el pie adentro de la sala, sobresaltandome cuando sentí unos brazos ajustándose en mi cintura, y una nariz que me causó escalofríos hundirse en mi cuello.

-¿Lisa?

-Si, Jennie, Lisa -murmuró con voz ronca, trague grueso. ¿Acaso nunca se jactaba lo suficiente como para dejarme en paz?

Camino conmigo abrazándome por la espalda adentro de la sala. Se alejo de mi con tal de ponerle de cerrar la puerta, gire sobre mis talones para encararla. Se veía tan hermosa como siempre con esa camisa negra de botones, ese saco negro en conjunto de la corbata y el pantalón de mismo tono. Sus labios carnosos me incitaban mientras en sus ojos destellaba el deseo, la manzana de adán en su garganta se removia cada vez que aquella tragaba saliva con dificultad.

Se acercó a mi en un abrir y cerrar de ojos, ajustando su mano en mi mandíbula para estampar sus labios sobre los míos, rápidamente se hizo lugar dentro de mi boca para chupar mi lengua. Mis palmas se dirigieron a su pecho y comencé a quitarle la corbata; La mayor no me dio tiempo suficiente ya que me tomo entre sus brazos y instantáneamente rodee mis piernas en su cintura. Nos separamos por la falta de aire, y me anime a preguntar por fin.

-¿Y papá?

-Salió a buscar unos documentos, los demás fueron por unos aperitivos. Yo vine por el mio -gemi cuando restrego su bulto contra mi-. ¿Me extrañaste?

Evite su mirada negando con la cabeza. Su lengua pasó por mi cuello y comenzó a morder mi pulso, jadeaba y gemía levemente mordiendo mi labio inferior y clavando mis uñas en sus hombros con tal de calmarme. A este paso le iba a rogar que me follara. Se sentó en el sofá quedando yo a horcajadas sobre ella, comencé a moverme encima de su ereccion mientras besaba su cuello y ella apretaba mis glúteos.

-Si, me extrañaste mucho -respondió por mi.

Mi cuerpo se tenso cuando escuche que tocaban la puerta de la amplia sala. Pero al parecer los oídos sordos de Lalisa ahogados en el placer de mis gemidos no escucharon nada. La detuve por el pecho.

-Están tocando la puerta, ¡Detente, ya! -exclame en un susurro, ella enarco una ceja mientras suspiraba exhausta.

-¡¿Jennie?! -La voz de mi amiga resonó, ¿que?

La puerta se abrió y salte de encima de su regazo, rápidamente Lalisa también se levantó y me coloque delante de ella pegándome a su cuerpo con tal de esconder su aterrorizante ereccion. Trague saliva cuando el cuerpo de mi amiga comenzó a aparecer en mi campo de visión.

Maldita sea... Maldita sea... ¡Maldita sea!

Sus ojos se abrieron como platos cuando vio la escena, pero todo cambió a fruncir el ceño y mirarnos detalladamente. Sentía que el sudor frío bajaba por mi frente, Lisa detrás de mi se removia incomoda por el dolor de su bulto.

Perversión y Lujuria (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora