Capítulo VI

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Lalisa

Ojos morbosos.

¿Taehyung?, ¿Quien carajos era Taehyung?, desde que había hecho a Jennie como mía, no permitiría que otros ojos morbosos a excepción de los míos, saborearan su cuerpo como su caramelo favorito. Tan solo pensar en eso me hacía hervir la sangre más que otras partes de mi ser.

Después de que ella allá escapado de mis brazos para bajar con su padre y encontrarse con ese tal chico; Me decidí por venir con una de mis más cercanas amigas para tomar algo, intentando despejar mi mente. Roseanne Park, como una hermana para mi, estaba a mi lado. Era una famosa modelo, que antes tenía relaciones extracurriculares y sexuales conmigo... Hasta que apareció aquella castaña captando toda mi atención.

—Lisa, ¿te pasa algo?, porqué pareces que vas a romper tu vaso —comentó burlona, viendo como apretaba mi agarre en el pequeño vaso de vidrio con Whisky.

—No estoy para tus bromas, Rose —apreté el puente de mi nariz—. Estoy estresada.

—¿Quieres que te calme el estrés? —dijo con una risa acercándose coqueta.

—Rose...

—¡Me encanta cuando te enojas! —se tiro a mi lado—. Pero también me encanta saber la razón —me miro intrigante.

Suspire. Mis orbes ámbar  se clavaron en los oscuros de ella, mirando penetrante. A veces me olvidaba de las hermosas facciones que componían su rostro. Sus ojos puntiagudos e intensos, sus labios pequeños y rosados, su piel blanca y limpia. Ella era divina; Pero desde que Jennie había aparecido, todo lo divino se refirió a ella. A la perfección de su cintura, de sus senos con un perfecto tamaño, un trasero redondo, las curvas interminables de su esqueleto, sus carnosos labios rosados, sus felinos ojos de un chocolate negro penetrante.

Volví a suspirar temblorosamente, sintiendo como mi sangre hervía al imaginarme como otra persona apreciaba a Jennie tanto como yo. Me irritaba como nunca antes, porque ahora, ella era mía. De mi propiedad. La boca es engañosa y los ojos confianzudos.

—Kim —Dije sin más, ella sabía a quien ne refería.

—¿Celosa? —le di un trago a mi Whisky mientras miraba a un punto fijo.

—¿Sabes?, anoche la hice mía. Oficialmente es de mi propiedad. —deje el vaso en una mesa—. No se como, pero quien la toque es persona muerta.

—Me gusta que alguien por fin saque a esta Lisa —murmuró con una sonrisa de oreja a oreja, sádica y sensual—. ¿Estas segura de que ella quiere correr el riesgo de salir con alguien tan mayor?, las personas de su edad están en juegos... Todavía en la pubertad. No saben lo que quieren.

—Ella si. Y si no, pues tendrá que saber lo que quiere antes de que sea demasiado tarde.

Ella soltó una risotada que me hizo mirarla, de inmediato una sonrisa leve de lado cubrió cubrió rostro. A ella le encantaba como una persona podía causarme celos... solo había sucedido una vez, y creía en ese entonces que sería la primera y última. Lástima que el señor Kim se había dignado a tener tal preciosura escondida de mis traviesas manos.

***

P

ablo, uno de los guardias que cuidaban la mansión de el señor Kim, me abrió la puerta tan pronto como hice acto de presencia. El lugar dentro estaba silencioso, tal vez era por lo amplio. A lo lejos se escuchaban unos murmullos y risas que reconocía perfectamente. Mayormente una, que me hizo acercarme tan rápido como mi lentas y calmadas caminatas me lo permitían.

Perversión y Lujuria (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora