Capítulo XII

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Jennie

Posesión.

Taehyung y yo salíamos del automóvil, mientras nos acercábamos ya nuevamente a mi hogar. Eran ya casi las doce de la media noche si mi conciencia no me fallaba. Detuve el paso cuando note el coche negro y lujoso de Lalisa Manobal frente a la propiedad de mi padre, y, aquello inevitablemente me obligó a tragar saliva forzosamente. Mi acompañante enarco una ceja mientras sus fantásticos ojos detallaban mis reacciones, aun anonadado con un pequeño tirón me obligó a seguir avanzando. A lo que obedecí sin protestar siguiendo a rastras sus zancadas.

Los guardias de seguridad frente a las compuertas, nos abrieron para darnos el paso dentro de la gran casa. Taehyung me miro por unos instantes, tal vez pidiendo permiso para entrar a mi propio hogar junto a mi. En ese momento no quería, pero ver aquel brillo en sus ojos y ser la culpable se apagarlo, no era en absoluto mi intención; por lo que avance dentro sin soltar la mano del chico que tenía a mi lado.

—Kim. —resonó la voz que menos pedía escuchar, a lo que sorprendentemente fue mi acompañante el que giro a ver quien llamaba mi presencia.

—¿Si? —Preguntó este desafiante, al ver de quien se trataba. ¿De cuando a donde estos dos tenían una rivalidad?

—No lo he llamado a usted —la voz se escuchaba más cercana.

—Yo también me apellido como Kim, ¿desea algo? —exclamó el de cabello azabache, soltando mi mano.

—Bien. Pues deseo a Kim Jennie —artículo pacientemente. Mire por encima de mi hombros como aquellos orbes castaños estaban clavados sobre mi diminuta y encogida figura.

—Ahora mismo ella no está disponible, lamento que haya venido hasta solo para perder su tiempo.

—¡Oh, no! —decía con una alegría fingida—, por mi ver a la Señorita Kim por un instante, no es perder mi tiempo. Además, de todos modos me quedare hasta que esta se desocupe y así podamos charlar pacientemente. ¿No es así? —se dirigió hacia mi, aleteando sus pestañas con aquella sonrisa perversa.

—Si. —mis cuerdas vocales se limitaron a transmitir aquellas dos letras, mientras mis orbes oscuros compartían sentimientos con aquellos orbes mieles.

—Pues espere su turno —Taehyung volvió a tomar mi mano con la suya, apretando ligeramente mientras Lalisa veía aquel acto con la mandíbula apretada igual que sus manos en dos bruscos puños.

Sin más palabras ni protestas, el de cabello azabache me arrastro detrás de él escaleras arriba rumbo a mi habitación. Trague saliva de manera forzosa sintiendo la intensa mirada de Manobal sobre mi nuca como una flecha encendida en llamas. Inconscientemente las mariposas que había estado atadas durante un largo periodo en un nudo dentro de mi estómago, se desataron y aleteaban ferozmente como si fuesen dragones escupiendo fuego, quemando cada pared que encerraba mi abdomen.

Estaba nerviosa tal vez por la posible reacción desastrosa de mi actual amante secreta. Sin darme cuenta por esta zumbida entre mis pensamientos, ya estábamos frente a la puerta de mi habitación y Taehyung abría la puerta para mi como en todas las ocasiones. Le agradecí con una simple mirada que él entendió a la perfección, mientras entraba al reducido espacio junto a mi cerrando la puerta a su espalda. Sus ojos curiosos divagaban por mi habitación, mientras yo quitaba mis zapatillas de los pies, soltando un suspiro de satisfacción al por fin sentir el directamente la frescura del suelo gélido.

Perversión y Lujuria (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora