Capítulo V

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Jennie

Nada sale como lo esperas.

Estaba evitando a Lisa todo el día, ese era el plan que tenía en marcha el día de hoy, de ayer, y desde hace unos cuantos días. Mi padre había vuelto hace así una semana, pero se había vuelto a marchar casi al instante, dejándome nuevamente con aquel sexy demonio. Cada vez que aparecía en mi campo de visión mi corazón latía fuertemente y se me hacia difícil evitarla.

Tuve la suerte de que decidí quedarme unos cuantos días en la casa de Momo, aquella acepto sin dudas ni tapujos que me quedara con ella. A fin de cuentas vivía completamente sola, libre se cualquier persona que la pudiese molestar; Siempre había sido una persona chistosa, pero solitaria y paciente. Me gustaba su forma de ser, y admiraba como podía hacer conjunto todas sus diferentes personalidades, haciéndolas una sola, una personalidad preciosa.

Pero eso no era a lo que venía, quiero recalcar que no todo sale como lo esperas. Nada más pasaron dos días hasta que Momo dijo que tenia que volver a casa, que su madre había caído enferma y que se debía ir de la ciudad por un tiempo en conjunto de su novia Dahyun, que la acompañaba a todos los lugares sin pretextos; Apoyándose la una con la otra.

Ahora estaba aquí, saliendo del cuarto de baño después de una buena ducha caliente cepillando mi cabello castaño ondulado. Vestía de un top corto de tiras negro—bastante cómodo—, y unos pantalones cortos de pijama con rayas rosada oscuro y rosada claro. Tocaron mi puerta frenéticamente, al punto de hacerme pensar que en cualquier momento podría caerse. Enarque una ceja con irritación, ¿Quien seria capaz de tocar mi puerta tan abruptamente?

Tome el pomo y antes de que la abría esta ya se estaba abriendo, dejando ver los orbes oscurecidos de Lalisa. Había una mueca de disgusto en su rostro mientras se adentraba en mi habitación sin consentimiento, y cerraba con pestillo a su espalda. Trague saliva. La dignidad que había estado intentando reconstruir se había ido a la mierda tan pronto como aquella mujer me capturo con su hipnótica mirada.

—Kim —espetó, la rabia era palpable en su tono de voz. Me sentía increíblemente asustada e intimidada.

Cada vez que ella avanzaba yo retrocedía, hasta el punto de chocar con la pared a mi espalda. Trague saliva cuando su mano estampó contra la pared a un lado de mi cabeza, tomando mi muñeca para sostenerla con rudeza contra la pobre pared que debió sufrir el golpe.

—Kim, Kim —siseó, su aliento mentolado y fresco arremetió contra mi nariz—. No sabes cuanto detesto que me eviten... ¿O acaso pensabas que no me iba a dar cuenta?

—Lisa...

—Mireme a los ojos y responda una cosa —omo mi mandíbula en su amplia mano apretando con fuerza, solté un quejido. Eso dejaría marcas—. ¿Por qué lo hizo?

Mire sus ojos durante un momento, todo desvaneció. El único deseo palpante era aquel de besar sus labios. Ese que tanto intente hacer desaparecer con mis intento fallidos de ignorarla; Según esa es la peor bofetada hacia tu enemigo.

—Yo..—trague saliva, no sabía que decir.

Sus labios se acercaron a los míos, dejando esos húmedos por mi mandíbula hasta llegar a mi oreja—: ¿Quiere tener sexo con una persona madura, Kim?

Asentí de inmediato, diciendo si en todos los aspectos sin siquiera tener que abrir la boca. Ella me tenía entre sus manos y me molestaba aquel hecho, que con tan solo un pequeño roce y unos cuantos escalofríos ya me tuviera ante sus pies. No pude evitar que la idea de, "¿Qué estará pensando ella?" Me cruzara por la cabeza.

Perversión y Lujuria (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora