Comienzo del peligro
.
.
.
.El sol se estaba poniendo lentamente en el horizonte, pintando el cielo de tonos cálidos y dorados. Rosé estaba disfrutando de su día libre, paseando por el bello jardín de su gran casa y disfrutando de la brisa fresca del otoño.
Pero de repente, todo cambió.
Un sonido ensordecedor de disparos resonó en la calle, y la jovencita se dio cuenta de que estaba en medio de una emboscada. Tres miembros de la mafia enemiga habían aparecido de la nada, armados hasta los dientes y listos para atacar. Rosé se escondió detrás de un auto estacionado, tratando de mantenerse a salvo mientras los disparos continuaban. Pero sabía que no podía quedarse allí para siempre. Tenía que encontrar una manera de escapar antes de que fuera demasiado tarde.
—Maldita sea, justo hoy tenían que irse —tomó su celular con las manos temblorosas y llamó a sus padres—. Por favor, contesten —susurró con terror, pero solo escuchó el buzón de voz. — ¿Qué voy a hacer ahora?
El sonido de un disparo resonó en el patio y una voz grave dijo algo incomprensible para Rosé.
—Sé que estás ahí, rubia bella.
Aquello erizó la piel de la chica, pero sus padres le habían enseñado a mantenerse firme ante cualquier situación.
—Vamos, mi niña. No te haré daño, solo quiero hablar contigo.
Rosé tragó saliva con fuerza cuando sintió los pasos del hombre acercándose a ella. Tapó su boca con la mano para evitar cualquier grito.
—Así que jugaremos a las escondidas —dijo con una risita burlona—. Me encanta ese juego, pero... eres muy mala escondiéndote.
En ese momento, Rosé sintió un fuerte tirón en su brazo que la hizo gritar de dolor y desesperación. La habían encontrado y el maldito la sujetó con fuerza contra él.
—Hermosa, tal y como me la imaginaba —olfateó el cuello de la chica, lo que hizo que temblara y las lágrimas corrieran por sus mejillas—. Igual que tu padre, un bellos y majestuoso manjar.
La desesperación de Rosé se intensificó al sentir el agarre del hombre y sus palabras amenazantes. Sus pensamientos se nublaron y solo pudo aferrarse a la esperanza de que alguien la rescatara antes de que fuera demasiado tarde.
— ¿Sabes? Hace muchos años atrás yo tenia un manjar como tu entre mis piernas— Acaricio la mejilla de Rosé, y esta apartó su rostro con asco— Pero ese maldito de Agust D, me lo arrebato. Y ahora yo vengo a quitarle algo que se que ama más que a su vida.
Y cuando estuvo apunto de besarla, unos fuertes golpes en la puerta de entrada y la voz de Yoongi resonó en el patio.
—¡Rosie, mi cielo ¿Dónde éstas?! —gritó con fuerza.
El hombre que la tenía agarrada soltó una maldición y se giró para enfrentarse a la puerta no sin antes apretar a Rosé a su lado y apuntar su cabeza con un arma. En ese momento, Jimin, Yoongi y sus hombres entraron corriendo al patio.
Los ojos de ambos padres demostraron todo el terror al ver a su hija de esa manera, no debieron dejarla sola, maldita sea que no.
—¡Suelta a mi hija, ahora! —gritó Jimin, apuntando con su arma, al causante de sus pesadillas por las noches.
El hombre solo río con fuerza y miró a los dos hombres frente a él con la más fría de las miradas.
—Jure que un día de estos vendría por algo que amaras, Agust. ¿Recuerdas? Tu me quitaste a mi manjar, y yo te arrebato a tu ser más preciado, es lo justo ¿No? —Soltó una risa, que hirvio la sangre de ambos padres.
Yoongi estuvo apunto de acercarse, pero Jimin lo detuvo, no podían dejarse llevar por el enojo, la vida de su hija estaba en juego. Pero ambos sabían que hacer, así que con una mirada cómplice que nadie noto, comenzaron su plan.
—Yo no te quite nada, él decidió ya no estar más a tu lado y correr a mis brazos—Provocó— Jimin jamás podría estar con un hombre tan asqueroso como tú...
— ¡Tu no sabes nada! ¡Jimin, me amaba más que a su vida!
—No me hagas reír— Le dio una mirada rápida a Jimin, quien aprovecho la distracción del hombre para acercarse de manera sigilosa— Él es mío, y ella es la mayor prueba de nuestro amor— Señalo a su hija, quien aún temblaba.
"Solo aguanta, mi cielo" pensaron ambos padres.
—Es una verdadera pena que vaya a llevármela, para volverla mi esclava.
—Sí, es una pena que eso no vaya a suceder— Y sin dejarlo reaccionar, le dio un tiro en la cabeza.
El grito de terror de Rosé no se hizo esperar, nunca se acostumbrará a ver muertes y menos tan cerca suyo. La joven cayó de rodillas al suelo siendo abrazada por Jimin de inmediato.
—Ustedes dos, llevense esa basura y a sus cómplices lo más lejos de mi casa, y desaparezcan todo rastro de que alguna vez estuvieron aquí ¡Me oyeron! —El grito de Yoongi asusto a todos los presentes.
—Sí, señor.
—Y a los que cuidaban la casa los quiero en mi oficina ¡Ahora mismo! Esto no se los voy a perdonar tan fácil.
Los guardias encargados de la casa asintieron apenados y sin decir una palabra acataron las órdenes de su jefe.
—Hija— Con un tono ahora dulce, se acercó a su pequeña y a su esposo— Yo lo siento tanto.
Y quiso llorar, porque una de las cosas que le prometió a Jimin antes de tener a su pequeña hija, es que ellos jamás estarían en peligro si él se encontraba allí para cuidarlos.
—Lo siento mucho, mi amor—dijo Yoongi con voz entrecortada mientras la miraba a los ojos—. Como tu padre, mi trabajo es protegerte y mantener tu seguridad en todo momento. No debería haber permitido que te pasara esto— Bajo su cabeza con vergüenza, no podía mirar a su hija después de lo sucedido.
Rosé lo miró con tristeza y dolor en los ojos. A pesar de todo lo ocurrido, y el miedo que había sentido, sabía que sus papás no tenían la culpa (En cierta parte).
—No tienes que pedirme disculpas, papi Gigi —dijo con voz suave, levantando con sus manos la cara de su padre—. Sé que hicieron todo lo que pudieron para protegerme— Miro a su otro papá, quien estaba igual de triste— Fue solo una mala jugada que ese hombre me haya atacado de esa manera, pero no volverá a suceder ¿Verdad?
Ambos padres negaron, pero apesar de todo no podían evitar sentir una enorme culpa por lo sucedido. Ellos se habían comprometido a proteger a su hija y no habían cumplido con su deber.
—Prometemos que esto no volverá a suceder, corazón. Vamos a hacer todo lo posible para mantener tu seguridad en todo momento —dijo Jimin con determinación en su voz.
Rosé le sonrió con cariño y le tendió la mano a su otro padre.
—Gracias, papás. Sé que puedo confiar en ustedes —dijo con una sonrisa reconfortante.
Yoongi tomó su mano y la apretó con fuerza, sintiendo un gran alivio al saber que su hija estaba a salvo y que ella confiaba en ellos. A partir de ese momento, se comprometió a hacer todo lo posible para protegerla y mantenerla a salvo en todo momento.
ESTÁS LEYENDO
The Mafia's Rose | YM
RandomYoongi y Jimin, dos de los mafiosos más temidos, deben enfrentar su mayor desafío: su hija adolescente Roseanne, una joven rebelde y astuta que pondrá su mundo de cabeza. 🗡𝑷𝒂𝒓𝒆𝒋𝒂 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒂𝒍💅🏻 💅🏻𝒀𝒐𝒐𝒏𝒈𝒊 𝒚 𝑱𝒊𝒎𝒊𝒏 🗡𝑫𝒓𝒂�...