Taiju x Yuzuriha

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Yuzuriha estaba terminando de cocinar el almuerzo para su amada familia, era un sábado por la tarde y ahora en uno de esos momentos tranquilos que muy pocas veces tenía, cosa que le extrañaba un poco, hasta que escucho una voz emocionada y unos pasos rápidos acercándose a ella.

─¡Mamá! ¡¿ya está la comida?! ─dijo el pequeño niño de 10 años algo apresurado.

─Ya casi está listo ─dijo apagando el fuego de la cocina, y tu padre ya está arreglando la mesa para comer─. Le sonrió.

─Dime en qué puedo ayudar, así salimos antes como dijeron─. Es increíble lo emocionado que estaba por salir al parque, de hecho, desde que se lo prometieron, parecía que no pensaba en otra cosa en los siguientes días, pero quizás era normal, después de todo los niños necesitaban liberar energía, aunque la de su hijo parecía inagotable.

─Bueno, saca los platos para empezar a servir. ─El pequeño hizo lo que su madre dijo rápidamente, y apenas ella servía la comida en un plato, él ya se lo llevaba al comedor. Al verlo, Yuzuriha se enterneció por su acto, y sabía que no lo hacia solo por estar apresurado, él siempre fue y sigue siendo un niño muy bueno que la ayudaba en todo lo que necesitaba en casa.

De hecho, eso la hizo pensar en que tanto padre como hijo eran iguales en ese aspecto, siempre la hacían sonreír con sus acciones y atención hacia ella, como si ella fuera lo más preciado para ellos.

─¡Yo también estoy igual de emocionado, hijo! ─Exclamó Taiju concordando con su hijo, él también estaba esperando por salir al parque con su esposa e hijo─. ¡¿Cuál pelota deberíamos llevar?! ¡¿La de fútbol o la de basquetbol?!

─¡Llevemos ambas, tendremos mucho tiempo para jugar! ─Sonrió emocionado al igual que su padre.

─Sí que tienen mucha energía, pero primero almorcemos antes de que se enfríe la comida. ─Yuzuriha se sentó y los otros dos hicieron lo mismo.

Antes a la castaña se le dificultaba un poco el cocinar, pero con el tiempo y con ayuda, mejoró bastante, eso se veía reflejado en los rostros de su esposo e hijo al probar un bocado, y ella también empezó a comer con satisfacción.

─Ya terminé, voy a ir a cambiarme de ropa para salir. ─Tomó una servilleta y se limpió, luego estaba por irse a su habitación cuando su madre le habló llamando su atención.

─Tamatsu, primero ve a cepillarte los dientes.

─Ah, sí, perdón, se me había olvidado. ─Algo avergonzado, fue al baño para cepillarse.

Sí, definitivamente no iba a estar tranquilo hasta que salgan, normalmente cuando él terminaba de comer, a veces pedía un segundo plato. Pero en esta ocasión parece que solo será Taiju quien lo haga.

Cuando ambos adultos terminaron de comer, lavaron los trastes y también se alistaron para tener esta salida en familia que, debido a sus horarios más apretados, muy pocas veces tenían.

Luego de unos minutos, los tres finalmente salieron de casa, Tamatsu llevaba ropa deportiva al igual que su padre, este último también llevaba en su hombro una mochila donde estaban las pelotas que usarían para jugar, por otro lado, Yuzuriha también llevaba una mochila, pero un tanto más pequeña, ahí guardó un par de botellas con agua y un poco de fruta. Ella solo estaba vestida con ropa cómoda, dudaba mucho de hacer un gran esfuerzo físico.

Desde hace poco más de dos años que la castaña le perdió el ritmo a su hijo, ella siempre terminaba agotada las veces que trataba de ir tras ese pequeño con energía infinita. Eso la hizo recordar cuando lo ayudó a dar sus primeros pasos y siempre lo sostenía a tiempo cuando estaba por caerse, y ahora podía correr tan rápido como quisiera sin ayuda.

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