S2 Capítulo 17 - Fantasmas del pasado.

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Taemin se mordió el labio.

—¿Seguirá dormido? —murmuró mirando a su alrededor.

Desde hacía una semana había comenzado a visitar diariamente a Minho, pero, aunque ya hubieran pasado muchos días, seguía sintiéndose un poco nervioso cada vez que se paraba frente a su puerta y esperaba a que le abriera.

Por otra parte, Taemin también estaba muy feliz, pues sentía que poco a poco se volvía más cercano a Minho. Ahora jugaban videojuegos, veían películas, comían juntos, y Taemin le enseñaba a hacer algunas cosas básicas cómo, usar la lavadora, cocinar y barrer.

Además, la frecuencia con la cual se mandaban mensajes de texto, había aumentado demasiado.

Jinki se alegraba por ello, así como Jonghyun, pero Key no, y trató de persuadirlo para que dejara de ir a verlo tan a menudo, sin éxito.

Taemin se levantaba muy temprano por las mañanas, se tomaba mucho tiempo en escoger cuidadosamente la ropa que usaría para visitar a Minho y luego esperaba con ansias a que llegara el momento de marcharse para verlo.

A pesar de que tenía que esconder sus sentimientos, podía estar satisfecho con estar a su lado y verlo todo el tiempo, bueno, se esforzaba mucho para convencerse de eso.

Suspiró.

—Minho-hyung está tardando en abrir —dijo Taemin golpeando la puerta por tercera vez—. Aunque, supongo que es porque esta vez vine demasiado temprano...

Taemin bajó la mirada hacía la bolsa que sostenía en una mano, donde traía unos panecillos rellenos de crema.

Entonces, unos pasos se escucharon del otro lado de la puerta, acercándose. Taemin se enderezó y se arregló el cabello rápidamente.

La puerta se abrió.

—Oh, Taemin —dijo Minho asomando solo su cabeza por el borde mientras sonreía—. ¿Qué haces aquí? No esperaba que llegaras a esta hora, a menudo vienes al mediodía...

—Sí, lo sé, es que, anoche mi hermano no durmió en casa y pues como no llegaba todavía, yo... —explicó Taemin apretando los labios nervioso— Creí que sería buena idea venir a desayunar contigo, porque realmente no me gusta comer sólo. Perdón, no te avisé que vendría. Si quieres puedo irme, no importa. Yo...

—¿Ya terminaste? —dijo Minho riendo—. Taemin, no te estoy reprochando nada, solo no te esperaba, pero ya que estas aquí podemos desayunar juntos. Aún no he comido tampoco, estaba algo ocupado.

Taemin notó que los cabellos de Minho estaban húmedos y goteaban.

—¿Qué hacías...?

—Antes de que llegaras, pues, yo... —dijo Minho abriendo por completo la puerta— tomaba un baño.

Taemin se sonrojó.

Ahora se arrepentía de haber llegado sin previo aviso.

Minho tenía el torso desnudo, usaba unas sandalias negras y solo lo cubría una toalla blanca alrededor de la cintura.

—Oh, ya... ya veo —dijo Taemin desviando la mirada—. Eh, ah, traje unos pastelillos para compartir y...

Taemin le mostró la bolsa mientras su corazón amenazaba con estallar y sus mejillas quemaban.

—¡Genial! Yo preparé café —respondió Minho haciéndose a un lado—. Vamos, entra.

Taemin tragó fuerte.

—Sí, claro.

El pelinegro ingresó en el apartamento con la cabeza gacha, tratando de evitar mirarlo, y Minho cerró la puerta.

Quédate a mi ladoWhere stories live. Discover now