Capítulo 10 - Lo que provoca un amor no correspondido.

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Taemin suspiró.

Taesun dio un portazo detrás de sí, marchándose después de haberle regañado con dureza.

El pelinegro sentado al borde de su cama, bajó la cabeza.

Hacia un rato, cuando había llegado, encontró a Taesun, acompañado de Key, en la sala. Ambos al verlo se pusieron de pie de inmediato, Taemin cerró la puerta y ni bien se giró para dar explicaciones, Taesun se le acercó rápidamente con una expresión muy seria, le tomó del brazo con brusquedad y lo llevó a rastras por las escaleras hasta la segunda planta. Aunque el pelirosa quiso intervenir, prefirió quedarse en donde estaba.

Taemin estaba algo asustado, pero se quedó en silencio, temía hacerlo enfadar más.

Al llegar a la habitación del pelinegro, Taesun lo soltó y cerró la puerta con fuerza, entonces recién le gritó.

Taesun le ordenó que le contara todo y Taemin lo hizo, aunque trató de decirle el por qué y también disculparse por lo sucedido, el mayor se enojó mucho más y ya no le dejó hablar.

Taemin había tenido que escuchar los gritos de su hermano por unos diez minutos, que para él había sido una eternidad.

—Tomaré un baño para ir a la escuela —dijo Taemin poniéndose de pie—. La cabeza no me duele ya, gracias a la pastilla que me dio la mamá de Minho...

Taemin bajó la mirada.

Al menos no había sido castigado, Taesun solo le advirtió que no se volviera a repetir o habrían consecuencias, ya que era la primera vez que lo hacía.

Se puso de pie y caminó hacia el cuarto de baño. Cuando estuvo a punto de entrar, tocaron la puerta de su habitación.

Taemin se detuvo.

—¿Adelante?

La puerta se abrió lentamente y una cabeza se asomó.

Era Key.

Traía un pijama de Taesun, un conjunto de seda blanca con puntos negros, estaba descalzo y sus cabellos un poco desordenados.

—Taemin-ah, ¿podemos hablar?

Taemin desvió la mirada.

—Bummie, si vienes a darme un sermón, yo...

—No, no es así.

Key entró en la habitación y cerró la puerta detrás de sí.

—Solo quería saber cómo estabas, me preocupé mucho anoche y al amanecer, cuando vi que aún no llegabas —dijo Key acercándose al pelinegro—. Aunque, la verdad, al menos yo pude dormir, pero Taesun no. Se quedó esperando toda la noche en la sala cerca del teléfono.

Taemin bajó la cabeza.

—Me dijo que fuiste a una fiesta, ¿de quién?

Taemin se quedó mirando al suelo, no le diría, aún seguía enojado con él.

Key suspiró.

—¿Sigues molesto por lo del otro día?

—Sí —respondió Taemin levantando la cabeza.

—Entiendo... —dijo Key resoplando— y, tienes razón, te dije que no hablaría así de Minho y al final lo hice. Discúlpame, ¿sí? No volverá a pasar, lo prometo. Sabes que Minho no es de mi agrado y no creo que lo sea nunca, pero estás enamorado de él y como dijiste, solo te debe gustar a ti.

Taemin sonrió y se acercó a abrazarlo, era todo lo que necesitaba escuchar de Key para perdonarlo.

—Eso sí, si Minho hace una estupidez y te hace llorar, lo golpearé y no dejaré que se te acerque nunca más —Key rodeó la cintura de Taemin con sus brazos.

Quédate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora