Cuando ya nos aseguramos de que João estaba más o menos bien, los chicos cambiaron de tema para distraerlo un poco.
Ferrán y Pedri se sentaron en el otro lado de la camilla, y detrás de mí se sentó Gavi, quien de vez en cuando iba acariciando mi muslo para tranquilizarme.
Yo miraba a João, con lágrimas en los ojos pensando en lo que podría haber sido. Mi cuerpo temblaba entero y la ansiedad cada vez pesaba más sobre mis hombros. Me dolía el estómago y sentía que podía vomitar en cualquier momento. Pero aún así intenté mantenerme firme.
-Creo que deberíamos irnos ya -Pedri miró la hora.
-Hostia, ya ves, el partido -reaccionó Ferrán.
-Sí... -suspiró Gavi.
Tomé aire y ni siquiera dije nada.
-De todas formas, aún tenemos que comer y todo, así que si te dicen algo antes de que vayamos para el campo nos avisas -pidió el sevillano.
-Yo me quedo con él, no pasa nada -intervine.
-Pero el partido es a las seis -me miró Gavi.
-Me da igual el partido -murmuré y después esperé no haber sonado demasiado borde.
-Ve, anda -habló João.
Fruncí el ceño hacia él y negué con la cabeza.
-Ya tendré tiempo de ver todos los demás, no pasa nada -expliqué.
Pedri y Ferrán se despidieron de su compañero y fueron saliendo de la habitación.
-Como quieras pues... -aceptó Gavi un poco serio.
Se despidió también de João, y salió siguiendo a sus compañeros.
-¿No crees que has sido un poco bruta? -preguntó el portugués mirándome.
-¿Te crees que me importa más un partido que el hecho de que estés en el hospital? -se la devolví.
-Pero Gavi no tiene la culpa de eso -se encogió de hombros-. Y ya sabes lo importantes que son para él los partidos.
Tensé la mandíbula y lo escuché.
-Yo creo que lo habrá entendido -justifiqué no con mucha credibilidad.
-Bueno, pero quizá deberías habérselo dicho con más tacto -murmuró moviéndose un poco.
-Ahora me estás haciendo sentir mal -reconocí.
Alzó un poco las cejas y yo bufé. Para después levantarme y salir de la habitación, viendo cómo Gavi estaba en el mostrador hablando con una enfermera y los otros dos esperando el ascensor.
-Oye -me acerqué a él cuando se iba a ir.
-¿Qué pasa? -frunció el ceño.
Suspiré y después cogí algo de fuerzas.
-Que siento no ir al partido pero no puedo dejar...
-No te preocupes -me interrumpió-. Lo entiendo.
-Ni siquiera lo disfrutaría -me encogí de hombros.
Gavi asintió despacio y me miró sin solución.
-Esto es más importante, así que, no pasa nada -murmuró.
Tragué grueso y cogí sus manos con las mías.
-Luego nos vemos si eso -dejó un beso sobre mi frente.
-Que vaya bien -lo solté para rodear su cintura con ambos brazos.
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latidos compartidos
FanfictionTodos en algún momento de nuestra vida encontramos a alguien con el que conectamos casi al instante, y sentimos como si lo conociéramos desde siempre. A partir de entonces haces todo con esa persona: ríes, lloras, creces, discutes, cuidas, maduras...