No conseguí dejar muy atrás a Gavi, porque me siguió de cerca, y cuando llegamos donde los demás jugadores, se posicionó delante de mí, entre Fermín y Ferrán.
-¿Dónde estabas? -susurró João acercándose a mi oído.
Negué con la cabeza como sin darle importancia y él me observó. Acto seguido elevó una ceja como preguntándome que si había pasado algo y yo me encogí de hombros.
Entonces dirigió la mirada a Gavi, quien hablaba tranquilo con Fermín, y yo lo imité, para después mirarnos ambos.
-Creo que no me apetece estar más aquí -hablé no muy alto hacia mi amigo.
Asintió algo pensativo y sacó el móvil del bolsillo para mirar la hora.
-Bueno, yo voy a irme ya -anunció hacia los demás.
-Sí, yo también -hablé al instante.
-Qué raro -bromeó Pedri rodando los ojos.
-Si fuerais un poco más divertidos me quedaría, pero no sabía que teníais complejo de estatuas -lo miré obvia, para después hacer lo mismo hacia Fermín y Gavi.
-Estoy de acuerdo -intervino Ferrán-. Yo también me piro, abuelos.
Reímos ante eso, y los tres que nos íbamos, nos dirigimos hacia el parking después de despedirnos de los demás.
Gavi no pareció darle demasiada importancia, ni a que me fuera, ni a que lo hiciera con João, así que supuse que habría aceptado sin problema lo de que nosotros acababa ahí mismo.
Nos despedimos de Ferrán al llegar al coche de João y salimos del edificio en dirección a mi casa.
-¿Estás bien? -murmuró el portugués al ver que no decía nada.
Asentí tomando aire y después lo solté de forma lenta.
-¿Qué ha pasado? -se interesó.
-Le he dicho que fue un error y que no volvería a pasar.
Él alzó las cejas y me miró durante unos segundos.
-¿Por qué me da la sensación de que no es lo que quieres? -reflexionó dudando.
Dirigí la mirada hacia él y me encogí de hombros.
-¿Qué más da que no sea lo que quiero? -balbuceé sin muchas ganas-. Es lo correcto, y ya está.
Asintió sin estar muy convencido y yo suspiré.
-¿Y a Gavi le ha parecido bien eso? -medio sonrió mirando a la carretera.
-Eso parece. No ha puesto mucho inconveniente -resumí-. De todas formas, tiene a Marina.
Frunció un poco los labios ante eso y yo miré por la ventanilla de mi lado, intentando no pensar más.
En realidad, era lo que quería. Que no hiciera el asunto más difícil, y que nuestra relación en ese sentido se cortara antes de que fuera demasiado tarde. Pero por otro lado, tenía la urgencia femenina de saber por qué había aceptado tan fácil.
A veces no nos comprendo a las mujeres. Conseguimos lo que queremos, pero entonces nos preguntamos que por qué lo hemos conseguido tan fácilmente, y siempre intentamos buscar las tres patas al gato.
-¿Te quedas a dormir en mi casa? -pedí girándome hacia João.
Ladeó un poco la cabeza dudando y yo puse pucheros.
-Si lo necesitas... -se encogió de hombros.
-Me vendría bien -asentí.
-Mhm -aceptó entonces-. ¿Pero no tienes solo una habitación? -recordó.
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latidos compartidos
FanfictionTodos en algún momento de nuestra vida encontramos a alguien con el que conectamos casi al instante, y sentimos como si lo conociéramos desde siempre. A partir de entonces haces todo con esa persona: ríes, lloras, creces, discutes, cuidas, maduras...