¡Dos minutos! No había tardado más de dos minutos en bajar las escaleras de la azotea y agarrar un par de botellines de cerveza para volver a subir, pero cuando Bakugo llegó, Shoto se había quedado dormido con ese suave movimiento del balancín. Aún tenía el botellín vacío de cerveza entre sus dedos y por eso mismo, Bakugo sonrió.
Toda su adolescencia estaba bañada en recuerdos con ese chico y su hermano mayor, de su grupo de amigos. Siempre pensó que Shoto sólo era eso... el hermanito pequeño de su mejor amigo, pero ahora que se paraba un momento a pensar detenidamente, se daba cuenta que tenía muchísimos recuerdos de haber pasado mucho tiempo con ese chico.
Tras acercarse en sigilo a Shoto, tomó el botellín vacío de sus manos y lo dejó en el suelo para evitar que se hiciera daño mientras dormía. Luego, se sentó en el sillón al lado y dio un sorbo a su cerveza tras dejar la nueva llena que le traía a Shoto sobre la mesilla.
¿La primera vez que lo conoció? ¡Lo tomó por un pequeño ladronzuelo! Bakugo sonrió. Él acababa de mudarse y mientras ayudaba a sus padres a meter cajas del camión de la mudanza dentro de la casa, algunas cosillas desaparecían cuando regresaba.
Un poco cansado de creer que se estaba volviendo loco por ver cosas desaparecer de un viaje a otro, decidió esconderse tras unos arbustos y esperar. El culpable no tardó en aparecer. Mirando a todos lados, se acercó corriendo al camión casi de cuclillas y revisó una de las cajas: Shoto Todoroki.
En aquel entonces no le conocía y tampoco sabía que en realidad, el culpable de aquellas bromas era Touya Todoroki y que su hermanito sólo intentaba devolver las cosas al sitio.
Bakugo sonrió al recordar aquello. Fue su primer encuentro y tras la explicación de la situación, él acabó haciéndose muy amigo de Touya, tanto, que solía pasarse las tardes en su casa jugando a la consola o incluso quedaban para estudiar juntos.
‒ ¿Sonríes? – susurró Shoto como si hubiera captado ese ligero sonido que se escuchaba cuando Bakugo curvaba sus labios y suspiraba para sonreír.
‒ Sí. Creí que dormías.
‒ Tengo sueño, pero aún no me he dormido del todo – susurró - ¿Por qué sonríes?
‒ ¿Recuerdas aquella vez que fui a tu instituto haciéndome pasar por tu hermano? – sonrió Bakugo, lo que hizo sonreír a Shoto también.
‒ Oh, sí, me acuerdo. Le pedí a Touya que fuera él porque no me atrevía a decirle a mis padres que los profesores querían verles, pero Touya se negó. Me dijo que tenía que aguantar la bronca si había hecho algo mal. Tú estabas jugando a la consola con Touya ese día que se lo pedí y él se negó. Al día siguiente, mi hermano no vino a ayudarme, pero apareciste tú fingiendo ser mi hermano mayor – sonrió Shoto.
‒ Nunca te metías en problemas en la escuela, así que supuse que ocurría algo nada habitual. En cambio yo estaba acostumbrado a meterme en líos – rió Bakugo antes de dar otro sorbo a su cerveza – supuse que me pillarían fingiendo ser tu hermano pero, no lo hicieron. Me sorprendió saber que sólo llamaban a tus padres porque no prestabas atención en clase.
‒ Respondí bien las preguntas cuando me preguntó, aunque no estuviera prestando atención.
‒ Ya... siempre has sido muy inteligente y te sabías la lección pero... no les preocupaba eso, sino tu actitud en ese momento.
¡Inteligente! Shoto siempre fue demasiado inteligente para su edad, tanto, que muchos le consideraban un genio. Bakugo entendió enseguida lo que ocurría cuando fingió ser su hermano y escuchó las quejas de los profesores. Shoto se aburría en las clases porque ya se lo sabía todo, era normal que se despistase y hasta que acabase durmiéndose en las aulas. Para él, no había retos o algo que captase su atención para prestar atención y más a esas edades.
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Todo por un "Te quiero" (Bnha, Baku-Shoto)
FanfictionAmbos se dirigían a una boda, Shoto a la de su hermano mayor; Bakugo, a la de su mejor amigo, pero ambos tenían algo en común: sus acompañantes habían fallado y los dos se encontraban en el mismo aeropuerto. Tras recibir Bakugo una trágica noticia...