Capítulo 12: Un sueño

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Toda su vida le habían dicho que era un chico demasiado reservado. Sus silencios sólo eran rotos rara vez por alguna frase o monosílabo para responder alguna pregunta pero con Bakugo... a veces hablaba más de la cuenta. Hoy, sin embargo, no quiso volver a pronunciar ninguna palabra más por miedo a cometer un error que le hiciera echarse atrás en sus actos.

Todo aquello pendía de un fino hilo. Recordarle que él era Shoto Todoroki... hermano de Touya habría desencadenado en un desastre así que por esta vez, Shoto decidió intentar no hacer nada que le pudiera recordar ese hecho, incluido, recordarle su propia voz por miedo a que se echase atrás en su decisión.

Nunca más volvería a tener una ocasión como esa y tenía que aprovecharla. Quizá no fuera a ser como él pensó o imaginó, no sería como en sus mejores sueños pero... era real. Al menos podría recordar siempre ese momento y saber que al menos una vez, estuvo con el chico al que tanto amó y que jamás le correspondería como él quería.

Bakugo, en cambio, no fue consciente de lo que suponía esa situación hasta que empotró a Shoto contra la pared de la puerta de las escaleras. Ese instante... cuando sostenía las muñecas de Shoto una a cada lado de su cabeza contra la pared, observó el brillo de sus ojos. Nunca antes lo había visto en él y eso sólo suponía una cosa: él quería aquello.

Por un instante pensó en los novios que Shoto había tenido hasta el momento. No los conocía pero, lo poco que él había contado, le hizo suponer que el sexo para Shoto tampoco era algo que mereciera la pena. Lo hacía por hacer quizá pero hoy... al ver ese brillo particular en la espectacular heterocromía de sus ojos, le hizo desearle todavía más. A ese chico quería darle absolutamente toda la felicidad posible en su vida. Era raro sentirse así por alguien pero... con Shoto todo su mundo se volvía patas arriba.

Sólo un segundo, su cabeza voló demasiado lejos de allí, al día en que emborrachó a Shoto y lo llevó a su casa. Aquel día, arrastrando a Shoto desde la moto que había detenido por la fuerte lluvia hacia la pérgola del parque para refugiarse, Bakugo fue consciente de algo: jamás hacía nada así por nadie que no fuera Shoto. Le gustaba la forma en que ese chico le miraba, distinta a todos los demás. La gente tendía a odiarle por sus palabras malsonantes, por su carácter rudo y terco, por sus gritos y sus maneras pero... Shoto siempre tenía esa mirada dulce y casi de admiración sobre él.

Si aquel día de adolescentes, sólo... si sólo no hubiera sido el hermano de Touya, cuantas cosas habrían cambiado. Ese pensamiento fue uno de los que Bakugo no pudo apartarse de la cabeza y por eso mismo, cerró los párpados y trató de olvidar esa idea. No podía pensar en Touya ahora, no quería hacerlo porque entonces, se echaría atrás en sus acciones y realmente... no quería tener que recular.

Con mayor decisión que antes, Bakugo soltó las muñecas de Shoto y llevó sus manos hasta la parte de la nuca de su propia camiseta, tirando de ella para poder quitársela y tirarla al suelo. Fue justo ahí, cuando Shoto pareció darse cuenta de que aquello era real, que iba enserio, al menos, eso le pareció a Bakugo por la forma en que abrió los ojos algo sorprendido, sin embargo, no pronunció palabra alguna y tampoco lo hizo cuando bajó sus manos hasta la bragueta del pantalón de Shoto para desabrochar el botón y la cremallera.

¡Sorprendido! Así se quedó Bakugo al sentir que Shoto tomaba la iniciativa. Con su mano apoyada tras su cabeza, Shoto le había impulsado hacia él de nuevo para profundizar ese beso y convertirlo en algo mucho más pasional, más desesperado, como si creyese que todo aquello pudiera desaparecer a media noche como en el cuento de cenicienta y él se negase a aceptar aquello. Él tenía prisa, quizá motivado por el hecho de que no quería que se echase atrás en sus decisiones.

Bakugo no pudo evitar sonreír internamente. Shoto siempre era como un maldito libro abierto y por raro que supusiera eso, era lo que más le gustaba de él: su sinceridad, la forma en que no ocultaba nada, lo buen chico que era siempre. Él intentaba ser lo más claro posible en todo, como el agua transparente. Por eso era tan fácil estar con él, sobre todo, porque aunque era sincero siempre, no era cruel, las cosas solía decirlas con diplomacia aunque alguna vez, se le escapase alguna frase que se podía tomar con segundas intenciones y él no se daba cuenta por su falta de sociabilidad.

Todo por un "Te quiero" (Bnha, Baku-Shoto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora