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Jungkook observa el sofá en una de las esquinas del laboratorio y el pecho se le oprime en ansiedad.

La bata que había dejado allí antes de bajar a la cafetería para almorzar ya no está y quizás no debería hacer un revuelo por un trozo de tela, no cuando tiene otro par más en su posesión, pero es la quinta que desaparece en las dos últimas semanas y no puede evitar preocuparse porque al parecer, el resto de los científicos de Heal le están declarando la guerra.

La primera desaparición fue un lunes por la tarde, mientras se preparaba para regresar a la casa de Taehyung se percató de que su bata de laboratorio no estaba. Supuso que la había dejado botada en algún sitio de la empresa, el orden solo abarca los límites de su trabajo como científico y el resto de su vida permanece en un libre albedrío, por lo que no le resultó extraño perderla.

Dos días después, volvió a repetirse. Y otro día más y otro, hasta completar sus cinco batas perdidas.

Decir que se encuentra tenso por el modus operandi de sus compañeros de trabajo es una atenuación, porque al parecer descubrieron una forma de entrar al laboratorio al que solo el presidente de Heal y él tienen accceso.

No le extraña, todos los científicos de allí tienen un coeficiente intelectual muy por encima de la media, por lo que encontrar una forma de entrar a un espacio privado no representa una tarea imposible de lograr.

- Buenos días, Jungkook-ah.

La voz cantarina de Taehyung lo sorprende, anunciando su llegada. Sus ojos van al Omega que se mueve con agilidad en el lugar hasta llegar a él y dejar un rápido beso sobre su mejilla. Jungkook se sonroja, porque al parecer una semana no es suficiente para acostumbrarse a este nuevo tipo de contacto que el Omega añadió a su relación.

- Vine por mi merienda. - Le pide, sonriéndole, luciendo demasiado bonito con la camisa de matices floreados, holgada como las otras que Taehyung comenzó a usar hace un par de días porque los trajes ajustados a medida ya dejan ver la creciente curva de su vientre.

Taehyung alza las cejas hacia él, esperando una respuesta y el Alfa solo puede atinar a apuntar una de las mesas donde están las golosinas que compró para el Omega hace un par de minutos.

El aroma suave, dulce y empalagoso choca contra sus sentidos cuando el mayor pasa junto a él, su garganta se seca de repente y quizás Jeon Jungkook tiene otro problema más allá de sus batas desaparecidas.

- No había pastel del que querías así que terminé comprándote las donas, ten cuidado con la ralladura de coco, ¿de acuerdo? - Taehyung murmura un sonidito afirmativo, apresurándose a sentarse en el sofá donde ocurrió el reciente hurto.

Jungkook sonríe al verlo dejar su merienda a un lado para desabotonarse el pantalón antes de empezar a comer y sus ojos van a la curva visible en el vientre del Omega, que trasluce escasamente a través de la camisa que lleva.

- Tengo que decirte algo. - La atención de Taehyung se fija en él, desde su lugar en el sofá con una malteada en una mano y una dona en la otra. Jungkook lo ve masticar despacio, esperando sus próximas palabras y quizás es algo estúpido comentarle el asunto a Taehyung, pero...- Creo que los científicos de Heal me están acosando. - Las risas del Omega no se hacen esperar.

- ¿Qué? - El Omega pregunta entre risas, cubriendo su boca para toser cuando algo de la ralladura de coco sobre la dona lo hace ahogarse un poco.

HEAL [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora