(20)

1.7K 234 48
                                    

Min Yoongi no es una persona de mucha paciencia. Dios sabe que es de mecha corta y que cuando la insensatez sobrepasa sus límites termina explotando como una bomba que arrasa con todo a su paso.

Su suegra parece ser la próxima víctima de la venidera explosión.

- Jihye-ssi, agradezco su intención pero es mi boda y creo que ya habíamos hablado de esto. - Murmuró entre dientes, aumentando su agarre en el celular mientras escuchaba a la mujer hablar. - No, no me interesa que el melocotón sea tendencia y no pienso cambiar el menú solo a dos semanas de casarme por algo que leyó en una revista, tampoco voy a...¿Sabe qué? Terminaremos esta conversación aquí y si sigue insistiendo con los melocotones o los centros de mesa, me encargaré personalmente de que no conozca a sus nietos.

Yoongi resopló, terminando la llamada con una brusca presión sobre el táctil de su teléfono. Inhaló suavemente, buscando regular su estado de ánimo con su respiración, más una risita proveniente de un lado le impidió alcanzar su paz mental.

- Amor. - Jimin lo llamó, por lo que Yoongi no tardó en girarse hacia él, observándolo conducir con una estúpida sonrisa en el rostro que, si su humor seguía estando así de mal, iba a borrar de un puñetazo. - No te estreses, ¿de acuerdo? Dijimos que nos tomaríamos las cosas con calma.

- Tu mamá no colabora mucho para que me tome las cosas con calma. - Masculló, frunciendo las cejas hacia el Alfa. - Te juro que ni siquiera tú logras sacarme de quicio como ella lo hace. Es su superpoder de suegra. 

Jimin se rió al oírlo, con las feromonas flotando en el espacio reducido del auto calmando silenciosamente su malestar. Yoongi inhaló amplio, buscando obtener más del aroma del Alfa.

- Ella solo quiere ayudar. - Refutó, con la voz suave y aguda, en ese tono bonito que el Omega sabía que usaba cuando quería calmarlo. A pesar de conocer sus intenciones, Yoongi se dejó engatusar por los encantos de Park Jimin. - Por cierto, ¿debería preocuparme de que mi madre me esté superando en sacarte de tus casillas? Creí que esa habilidad era lo que te había gustado de mí en primer lugar.- Yoongi rodó los ojos.

- Lo que me gustó de ti cuando nos conocimos era lo apuesto y encantador que te hacían lucir los efectos post-anestésicos luego que me operaron, después que entré en sí y vi donde me había metido ya era demasiado tarde para retroceder. - Jimin se rió, contagiándolo lo suficiente como para que su malhumor cediera un poco y dibujara en sus labios una sonrisa.

- Entonces, ¿qué hay de los bebés? - Yoongi alzó sus cejas, no sabiendo como una cosa se relacionaba con la otra, más supo que quizás se debía a la reciente amenaza que había utilizado para callar el parloteo de su suegra. - Después de la boda, ¿cuánto tengo que esperar para que tengamos un bebé juntos?

- Cuatro años. - Respondió sin dudar, sonriendo ampliamente cuando Jimin lloriqueó disconforme, como un pequeño cachorro.

- Siete meses. - Negoció. Yoongi se retorció en el asiento, no queriendo dar el brazo a torcer.

- Tres años. - Refutó.

- Un año. - El Alfa pidió, aprovechando los minutos de detención que les ofreció esperar el cambio de semáforo. - Un año y cuatro cachorros. - Yoongi arrugó las cejas ante la idea, ofreciendo su última propuesta.

- Un año y dos cachorros.- Contraofertó. Jimin asintió varias veces, con la expresión contenta y los ojos brillosos.

- Acepto. - El Omega sonrió, recibiendo complacido el beso que su Alfa se acercó a darle antes de poner el auto en movimiento. - Quiero una niña.

- Y yo quiero ser presidente y montar unicornios, pero, ¿qué crees? No se puede. - Murmuró, ignorando los pucheros en Jimin para mostrar su credencial al guardia de seguridad. - No pongas esa cara. Sabes que no puedo controlar cuál será el sexo del bebé.

HEAL [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora