1. El oscuro Zee Pruk

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Era una fría mañana de invierno. La lluvia había empezado a caer muy temprano y todos los trabajadores hacían su mejor esfuerzo por llegar impecablemente presentables a su edificio de labores. Su jefe era muy estricto en cuanto la limpieza y presentación personal, no porque en verdad le interese o sea un maniático de la limpieza y el orden, sino para poner presión sobre sus empleados y mostrar su autoridad.

Algunas muchachas entraban corriendo tratando de ganar algunos minutos extras, antes que su jefe hiciera su entrada acostumbrada listo para revisar cada detalle del centro de labores. El edificio era un caos, con gente corriendo de un lado a otro, revisando los últimos detalles, arreglando cualquier cosa que creyeran sería del desagrado de su jefe.

Esto era muy habitual cada lunes. Luego de los treinta minutos de inspección, todos los trabajadores respiraban tranquilamente hasta la siguiente semana.

Zee Pruk, era de esas personas que les gustaba tener todo bajo control, hasta el más mínimo detalle.

El reloj marcó las nueve en punto y todos los trabajadores se colocaron en sus lugares, ya no había tiempo para una última revisión.

Zee entró al edificio vistiendo su usual traje color negro con camisa blanca y corbata en color negro, sobre los hombros un abrigo color negro que entregó a su asistente First Wannakorn quien venía caminando tras de él como todos los días sosteniendo su portafolios.

Los empleados quedaron rígidos ante la presencia del Presidente de la imponente Systematic Company. Zee siempre tenía esa mirada severa y arrogante impregnada en el rostro, lo que intimidaba a sus empleados.

Después de su revisión habitual, el Presidente se dirigió a su oficina en compañía de su asistente.

– Tráeme un café –ordenó el Presidente mientras tomaba asiento en su escritorio

– En seguida –respondió el joven muchacho de 23 años de edad.

El maduro hombre prendió su laptop y empezó a revisar su correo de la Compañía como lo hacía habitualmente.

– ¿Cómo fue la revisión, algo nuevo? –interrumpió la voz de un pequeño hombre de pie en la puerta de la oficina del Presidente

– Como siempre, empleados tontos –respondió Zee sin prestarle atención al pequeño hombre.

– Tu madre vendrá hoy más tarde, me llamó antes de salir de casa, dijo que quería hablar con los dos de algo importante –el pequeño hombre entró a la oficina y se acomodó en la silla frente al escritorio de su jefe y amigo desde la universidad.

– Si, a mí también me llamó, no se que se traerá entre manos esta vez –volvió a responder Zee sin prestarle atención a su amigo.

– Su café Sr. Panich – First colocó la taza de café caliente sobre el escritorio de Zee.

– ¿Te he dicho que lo quiero tomar aquí?, para algo está la salita de estar, ¿no es así? –regañó Zee de forma severa al muchacho quien tomó silenciosamente la taza de café moviéndola a la salita ubicada a pocos metros del escritorio del Presidente

– No seas tan duro con el chico –replicó el pequeño hombre en defensa del joven asistente.

– ¿Lleva trabajando casi un año y aún no aprende cosas tan sencillas? ¡Absurdo! –respondió Zee.

– ¿Qué haces ahí parado? ¡Retírate! –ordenó Zee a su asistente luego de verlo de pie al lado de su escritorio, esperando por su siguiente instrucción.

– De verás que eres una b...

– Cuida tu boca Net Siraphop si no quieres que te despida –advirtió el Presidente, antes que el pequeño hombre conocido como Net Siraphop terminara su frase.

The beastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora