8. Año nuevo

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Después de la cena de Noche Buena en casa de su madre, la vida de Zee se había hecho más molesta. Constantemente los amigos de su madre visitaban sus oficinas acompañados de sus hijas, esperando encontrar a su joven esposo dentro. Zee se excusaba diciendo que Nunew estaba cansado y prefería pasar el tiempo en casa. Cuando estas personas insistían en invitarlos a cenar o pasar un fin de semana en una de sus casas de playa, la excusa perfecta era el trabajo. Zee sabía que tenía que buscar una mejor excusa para justificar el encierro de su joven esposo. Y todo se lo debía a su madre.

– Espero verlos en nuestra fiesta de año nuevo Sr. Panich – se despidió uno de los amigos más cercanos de la familia Panich.

- Por supuesto Sr. Chay – a Zee no le quedaba otra opción más que aceptar llevar a su esposo a la fiesta de año nuevo de la familia Chay.

"Otro maldito circo para mi madre" pensó Zee mientras despedía al veterano hombre.

Nunew se encontraba nuevamente sentado bajo el marco de la puerta que daba al balcón leyendo un libro. Esa era su rutina diaria mientras Zee no estaba en casa. Leer apaciblemente disfrutando del frío viento que calmaba su angustia.

En los últimos días Zee simplemente había dejado de hablarle. Todo lo que hacía era llevarlo de un lado a otro dentro del departamento donde quiera que necesitara que hiciera algo por él. Nunew deseaba tanto que el tiempo vuele rápido. No veía el día en que regrese a su hogar.

Net y el joven asistente First se habían vuelto sus únicos amigos desde que llegó. Nunew recordaba cariñosamente como éstos lo visitaron el día de navidad llevándole algunos regalos ante la mirada fría de su esposo. Esposo. Esa era una palabra que sabía muy amarga en los labios del joven muchacho.

Si tan solo pudiera odiarlo. Odiarlo haría las cosas más sencillas pero el corazón de Nunew no conocía el odio. Él sabía que lo que Zee estaba haciendo con él no tenía justificación, pero de cierta manera no podía odiarlo. Aún después de haber sido amenazado para firmar los papeles del matrimonio y arrancado de su hogar en Boston. Aún después que Zee lo trataba como su esclavo personal haciéndolo encargarse de todos los deberes de la casa. Aún después del trato brusco que recibía. Aún después de aquella noche en la que Zee prácticamente pudo romperle el brazo con la fuerza con la que lo sujetaba. Aún después de todo eso, Nunew no podía odiarlo.

Por dentro Nunew sentía lástima por Zee.

Lástima de ver a una persona aparentemente exitosa no disfrutar libremente de ninguno de sus logros. Zee lo tenía todo, era guapo, exitoso, inteligente, hábil en los negocios. Todo menos felicidad. Ni un solo día Nunew vio a su muy en contra de su voluntad esposo, sonreír sinceramente. Constantemente oía de Net o First cómo su esposo era temido por los empleados de su empresa. Incluso nadie venía a visitarlos al departamento. Sólo Net que iba a visitarlo a él mas no a Zee.

Lástima. Zee Pruk Panich no era digno de recibir el odio de Nunew Chawarin pero si su lástima. Quizás esto era el motivo oculto por el que Nunew no se oponía a obedecerle. Más que el miedo era la lástima. Un hombre que lo tiene todo menos un corazón.

Un ser viviente transformado en una bestia sin la capacidad de amar y ser amado.

Nunew oyó como la puerta se abrió y pesados pasos hacían eco dentro de la casa.

Ese hombre había llegado.

– Vendré más tarde ¿de acuerdo? – Net se despedía de Nunew cerrando la puerta de su habitación.

– ¿Cuánto tiempo más crees que te la vas a pasar metido ahí dentro con el mocoso? – preguntó Zee irritado, de pie apoyado en la puerta de su habitación.

The beastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora