EPÍLOGO

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El vuelo fue calmado y silencioso, para Zee era la segunda vez visitando la ciudad, para Nunew era su quinta visita, sin embargo ambos se sentían como si fuera la primera vez, sabiendo que ahora estaban escribiendo una nueva historia en el libro de sus vidas.

La ciudad era hermosa, mágica y romántica, el perfecto escenario para terminar de unir los lazos que los envolvían.

— Suite 2403 Sr. Panich.– indicó el joven botones, colocando las maletas dentro de la habitación.

— Gracias – respondió Zee, despidiendo al joven trabajador

— Es hermosa – habló Nunew, observando con cuidado cada rincón de la suite matrimonial.

— No te quedes ahí parado, ven – llamó Zee a su joven esposo, que se tornó tímido repentinamente.

Un silencio incómodo los invadió.

Zee había hecho su mejor esfuerzo por frenar sus deseos durante los últimos 4 meses, esperando por este día ansiosamente.

El día en que Nunew sería suyo finalmente.

Nunew sintió un frío temblor adueñarse de su cuerpo, cuando la realidad lo golpeó. No habían más excusas, no había más tiempo para seguir postergándolo. No habían más inseguridades.

Todo lo que había ahora, eran dos hombres con ganas de entregarse el uno al otro.

Zee decidió hacer el primer movimiento, acercándose a paso lento hacia su esposo de pie en la puerta de la suite matrimonial.

Ambos esposos se observaron tímidamente por un par de segundos, cuando los hechos conectaron en sus interiores.

Era el momento más real en toda la existencia de Nunew. Ahí estaba él, de pie bajo el marco de la puerta de aquella habitación; de pie con el corazón latiéndole a mil y las piernas temblándole a un ritmo descontrolado.

— No tengas miedo, no te voy a hacer daño. - susurró Zee, colocando una mano en una de las mejillas de su esposo.

— No tengo miedo – respondió Nunew, cerrando los ojos cuando su esposo junto su rostro con el suyo.

El beso fue dulce y lento. Dulce en cada extensión de la palabra y lento en la armonía de sus movimientos, saboreándose con cuidado por cada partícula de los deseados labios.

Zee colocó ambas manos en los hombros de su esposo, acariciando suavemente esa zona hasta que sus manos cayeron en su cintura, rodeándola con gentileza.

Nunew dejó que sus miedos y traumas pasados se desvanecieran mientras llevaba ambos brazos hasta aprisionar el cuello de su esposo y profundizar el beso que dejó de ser dulce hasta convertirse en pasional.

Sus labios sincronizaban perfectamente con la sensual danza que iniciaron los esposos hasta que sus rodillas golpearon delicadamente con la base de la cama.

— Te prometo que no te voy a lastimar – aseguró Zee, dejando ir por un momento los labios de su joven esposo.

La mirada de Nunew estaba llena de duda y anticipación, una mirada que dejaba ver que ya no había marcha atrás. Una mirada que estaba dispuesta a entregarse al amor.

Zee tomó la mano de su esposo suavemente, guiándolo a sentarse en la cama.

Un extraño y sensual silencio llenó la habitación.

El momento más esperado por los dos esposos se sentía tan real ahora. El momento de entrega y unión final.

— No tengas miedo Nunew solo déjate llevar... - Zee tomó nuevamente con cuidado los labios de su esposo.

The beastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora