20. Nat Uareksit

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Domingo; día de descanso, relajamiento y disfrutar rodeado de la familia o de los seres que más estimas.

– ¡Naaaat!! – Nunew entró muy alegre a la cocina esperando encontrar al ama de llaves dentro pero grande fue su sorpresa cuando lo que encontró fue a su esposo peleando con la estufa.

– Sal de aquí, tienes prohibido entrar aquí – dijo Zee decepcionado al ver como la brillante sonrisa de su joven esposo desapareció al instante que lo vio a él dentro de la cocina.

– ¿Y Nat? ¿Dónde está Nat? – se atrevió a preguntar Nunew en cierta manera triste por la ausencia del ama de llaves.

– Nat no podrá venir hoy, está enfermo así que yo haré el desayuno – respondió Zee dándole la espalda a su esposo mientras trataba en despegar lo que sea que haya estado preparando en la sartén.

Nunew no podía evitar ocultar la decepción en su rostro al saber que el ama de llaves no vendría hoy a casa.

– ¡Maldición! – pronunció Zee dejando caer la sartén caliente al piso – ¡No te acerques! Sal de aquí – advirtió Zee a su esposo cuando notó que éste daba algunos pasos en su dirección tratando de recoger la sartén que había caído al suelo.

El timbre sonó y Zee sintió como si le hubieran quitado un enorme peso de encima

– ¿Que es eso? – dijo Nunew por reflejo aún sorprendido por la reacción de su esposo.

– Refuerzos – murmuró Zee mientras salía de la cocina tomando al muchacho por la muñeca para sacarlo con él.

Nunew se liberó de Zee apenas vio a Net y al Dr. James de pie en la puerta del departamento.

– Vinimos al rescate Nunu, este hombre quema hasta el agua. – pronunció Net colocando unos panecillos en la mesa del comedor

– ¡Yah! Tú no eres mejor que yo, lo único que haces es pedir comida para llevar. – se defendió Zee

– Ricos pero inútiles, hagan paso prepararé algo sencillo en un instante – James pasó entre los dos hombres que se desafiaban con la mirada.

Mientras tanto, en uno de los departamentos del décimo piso de uno de los edificios más lujosos de la ciudad, se encontraba un muchacho mirando al vacío a través de una de las cristalinas ventanas de la sala, mientras su novio se desvivía en la cocina tratando de preparar algo decente y no muy chamuscado.

Nat pensaba en la discusión del día anterior y aún no hallaba solución para el enredo en el que estaba metido; ni menos aún sabía qué responder a la petición de su novio para ayudarlo a reunir pruebas en contra de Zee.

Todo era tan complicado ahora, su vida tranquila y serena, su amorosa relación con su novio, todo se sentía de cabeza ahora.

¿Cómo reaccionas apropiadamente a algo así?

En todo el tiempo que llevaba trabajando para Zee, Nat le había tomado cierto cariño a Nunew, como si fuera su hermanito menor. Y el muchacho se había encariñado también con él y Nat lo sabía muy bien. Pero todo ahora era tan complicado; cómo podría Nat regresar a casa de Zee y seguir cuidando de Nunew, sabiendo que éste es el ex novio de su novio y más aún que su novio está tratando por todos los medios de obtener su tutoría.

Nat no sabía si llamar celos a lo que estaba sintiendo dentro de él. ¿Decepción?. Sí, quizás esa sea la palabra más adecuada; Max lo había decepcionado al enfrentarse de esa manera con Zee por su ex novio. En los dos años que llevaban juntos, Nat nunca había visto a su novio reaccionar con esa fiereza, nunca supo que la historia detrás de su vida en Boston fue tan complicada. En cierta parte entendía a su novio pero no comprendía el por qué de su actual comportamiento.

The beastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora