Perdón

281 27 0
                                    


Así que mi madre conoce a el hombre que esta con Clarise

- Oh cariño, tendrás que esforzarte para competir con el hombre en la vida de esta maravillosa mujer, solo espero que cuando sepas todo de ella la comprendas y que sea ella quien te cuente. ¡no lo averigües por tu cuenta! - advirtió

- ¿Que debo comprender de tu vida? No crees que dedo saberlo -. Ansioso por saber.

- No lo creo Riley, tú quieres una nueva historia, pero yo cree la mía propia y en ella hay murallas muy altas a las que tú no estarás dispuesto a subir, por que tu orgullo así te lo impedirá, por lo que lo mejor será continuar con nuestras vidas luego de asegurarme de que firmes el divorcio -. La seguridad en sus palabras, sumando a esa mirada, altiva, me demostró que no podía darme por vencido.

- Para irte con el ¿verdad? para correr a sus brazos, dime le dirás que temblantes en los míos cuando te bese luego de siete años, volviste a sentirme como la primera vez - sus ojos se abrieron en sorpresa, ese rubor en sus mejillas delatando su vergüenza por la presencia de mi madre - por eso te aferraste a mí, por eso profundizaste el beso. Discúlpame sin con mis palabras te ofendí al decirte esto. Y por todo lo que te hice en los tres años de casados, pero nunca te deje de querer y de eso me acabo de dar cuenta. Por lo que daré batalla al que sea por recupérate y eso de ignorarme no te queda tu nobleza no te lo permite por mucho que te lo propongas.

- Riley no te ignoro apropósito, como lo acabas de decir, no soy así y no pienso convertirme en ti, si quieres cambiar me alegro, hazlo por ti, porque yo no puedo prometerte que volveremos a tomar el mismo pincel para trazar en el mismo lienzo. No te deseo mal y lo que más me alegra es que tus padres vuelvan a ver al chico que ellos criaron con amor y no el que tu abuelo impuso. Si me permites voy a bajar me salte el almuerzo y quiero algo de comer.

- ¿Podemos comer algo juntos? - me adelante a su lado.

- No pierdes oportunidad ¿verdad? - Negué sonriendo tanto que me dolieron los músculos de la cara por no hacerlo.

- Bien espérame en tu habitación.

Bajo contoneando sus caderas, aparte la mirada cuando la perdí de vista, manipulé el mando de la silla eléctrica. Entro a mi habitación y abro las ventanas que dan paso al balcón, acomodo las flores en la mesa, donde da perfecto algunos reflejos del sol, una hermosa vista al jardín cuidado por mamá. Escucho la puerta abrirse pensando que es ella organizo mi camisa.

- Se que te gusto amigo, pero sabes que lo mío son las mujeres - ruedo los ojos por las idioteces de Joe.

- ¿Ha que has venido? Dilo que tengas que decir y vete - lo que más quiero es estar a solas con Clarise parezco adolescente, pero lo de recuperarla va muy enserio. Arroja una carpeta en la mesa.

- Es lo que he podido investigar hasta ahora y te sorprenderás lo que leerás allí amigo mío eso de que lo que haces se te devuelve es muy cierto -. Sin darle mucha importancia a sus palabras argumento.

- Muy bien si no es más nada puedes irte. Vez como eres de eficiente cuando te lo propones.

- No te confundas, lo que menos quiero es morir de hipotermia, o comido por osos polares.

- ¿De vacaciones a Alaska? - nos sorprendió Clarise con la bandeja que coloca en la mesa dejando ver lo exquisito de la merienda. En un acto rápido tomo la carpeta pasándose la a Joe que me sonríe entendiendo el motivo de mi afán en que se marchara.

- Si al parecer a tu esposo le encanta bromear con un clima tan feo como ese, yo que soy fuego en la Alaska ¿te imaginas? - Clarise negó colocando los platos en su lugar con un orden y movimientos limpios ante los ojos de alguien obsesionado por el orden como yo. Rodo la silla de la cabecera de la mesa dándome lugar para la silla de ruedas, sirvió el líquido del jugo en mi vaso recordando que siempre tomo un sorbo para luego comer, me extendió los cubiertos que tome sin siquiera mirarla.

- Acompáñanos Joe hay suficiente para los tres - no me inmute en mirarlo ya sabía su respuesta.

- No Clarise gracia, además su sincronía me aturde, que tal y haga un mal movimiento y la arruine - levantamos la mirada viendo como ella se sonrojo por lo dicho - es como si nunca se hubieran separado. Bueno lo mío no es hacer mal tercio ha sí que los dejo, disfruten su merienda.

Al quedar solo el silencio se tornó incomodo, por lo que decidí romper el hielo y empezar una charla.

- Vi los bocetos de los dibujos son muy buenos, al parecer lo tuyo no es únicamente la ropa, las joyas podrían ser tu fuerte también - negó sin dejar de morder la fresa en sus labios se podían apreciar tan sexuales sin siquiera esforzarse.

- Es solo una forma de matar el tiempo, pero no soy tan buene como tú, lo mío es las prendas diseñar ropa me apasiona. Es gratificante ver lo complacidos de los clientes al entregarles lo que por días esperaron y diseñamos a detalles para ellos, sabes todas las personas que trabajan con nosotros aman lo que hacen desde la que pega un simple botón hasta la que termina la prenda y eso no tiene precio es muy diferente trabajar por que debemos, a trabajar por que nos guste lo que hacemos.

Podía verse la felicidad plantada en cada palabra dicha.

- Me imagino que lo disfrutas - Asintió

- Mucho no te imaginas cuánto - estuve tentado a preguntarle por qué no lo hizo cuando nos casamos, nunca se lo prohibí.

- Sabes, yo te hubiera apoyado si lo hubieses decidido hacer en ese entonces -. Dejo el vaso encima del portavasos para no manchar el vidrio, me miro como si recordara y se lamentara del tiempo que perdió.

- Supongo, pero no podemos devolver el tiempo y averiguarlo, pero estoy segura de que sí, a pesar de lo frio que aparentas, aún hay ese toque de fuego en tu interior, no permitas que el hielo consuma tu fuego. ¡Eras mejor persona cuando eras volcán! Y no me refiero en plena erupción - sonreímos al unísono - si no en una gama constante que sabias cunado reír, soñar, apreciar lo que está a tu alrededor. Pero sobre todo vivir, te has preguntado si tu vida en realidad ha valido la pena o ha hecho un cambio en este mundo. Mas allá de la riqueza y lo material -. Negué concentrado en su punto de vista, para nada arrogante - Yo si me lo pregunto a diario y trato hacer cada día la diferencia para las personas que son importantes en mi vida sin olvidarme de mi como prioridad.

- Perdón por los años que no intente que nuestro matrimonio funcionara - su mirada confundida al saber que ya lo había dicho más de una vez en el día y era alérgico a este tipo de cosas.

KARMA Riley ClarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora