Verdad

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Riley

El hombre seguro desapareció en el momento exacto que me entere que mis piernas perdieron las fuerzas que poseían y que nada volvería hacer como antes. Mis inseguridades volvieron a gobernarme en ese momento en que supe que no podría seguir con el ritmo de vida que costumbraba, que Clarise con un poco de torpeza al principio se propuso en seguir evitando que lo notara.

Su mirada y ver que para nada le importo hacer parte del trabajo, pasando todo a un segundo plano. Volver a sentir la, ver su expresión tan erótica, su cuerpo envuelto en la excitación misma, presenciando una mujer más segura en cada movimiento.

Clarise es de las personas que te puede hacer sentir el mejor de los hombres y que ante sus ojos no hay alguien mejor, esto no se puede fingir. Más que ella no es buena mintiendo, sus movimientos, la forma como presiona los labios es un gesto que siempre hace cuando miente u oculta algo.

En ese instante percibí un futuro con ella, con dos niños correteando por la casa, más al tener la seguridad que en estos años nunca hubo otro hombre que solo ha sido mía y lo seguirá siendo, por lo que ese tal Theo puede irse por donde llego.


***


Como la prepotencia, el orgullo te puede hacer cometer tantos errores y lo peor es no dejarte reconocerlo ante la persona afectada.

Mi día fue igual que siempre a pesar de poder bajar y moverme más en la casa. Mis pensamientos se tornaron al momento en que le mencione el tener un hijo su comportamiento cambio de inmediato, sé que en estos años ha pasado mucho en su vida, lo que me hace recordar la carpeta en mi mesa de noche. Subo al elevador con la firme intención de leer todo lo que investigo Joe. Antes de maniobrar la silla una de las empleadas me informa que Ava está fuera pidiendo hablar conmigo.

Bajo, cruzo la puerta de la entrada ante la a tenta mirada de mis padres. Mi mente viaja al momento en que la encontré con otro hombre, en los momentos que pase con ella dando lo mejor de mi para no volver a cometer los mismos errores, deje de lado mi trabajo para tener más tiempo para ella y de esa manera tan ruin me paga.

Verla tan perfecta como el primer día que la conocí y como siempre se mostró ante mis ojos, cuan perfectos podemos fingir ser para obtener un propósito.

Me observo en la silla de ruedas, es la primera vez que me ve desde el accidente y, lo primero que se le ocurre decir es que me extraña, que me ama y todo fue un error.

Cuan estúpido cree que soy como para pensar que volveré a creer algo de lo que pueda decirme, mucho menos cuando me he dado cuenta de que el estar con ella era para llenar un vacío que no quería reconocer. Un vacío que dejo la partida de una mujer que entrego todo, tomando malas decisiones como dejar de lado su vida pensando que era lo mejor para nuestro matrimonio. Esa misma mujer que volvió más segura y que tuve en mis brazos esta mañana. Una mujer que ha sido únicamente mía me ha pertenecido solo a mí.

- Amor estoy muy arrepentida, no sé qué me sucedió esa noche ni por que hice lo que hice. Tú sabes que te amo, nos amamos y si me das una oportunidad sé que podremos ser felices, como si nada de esto hubiese paso. - se podía apreciar la sinceridad en cada palabra una sincerada que sería recompensada con un compromiso que quedo inconcluso, con un matrimonio que solo estaba dispuesta a trincar por recomendación de su mánayer.

No hay nada en este mundo que odie que la falsedad en las personas, el que mientan sin remordimiento alguno, sin pensar en lo que una mentira puede contribuir en la otra persona. No le veo el sentido a mentir si siempre se puede hablar con la verdad.

Es mejor la verdad, aunque duela, que decir una mentira que solo te hará sentir peor que al descubrirse, ser engañado por la mujer a la que le depositaste tu confianza, pagándote con traición.

- Amor lo volveremos a intentar ¿verdad?

Verla mirándome con lastima por mi estado, al estar en una silla de ruedas. No sabían cuan tenso me hallaba hasta el momento en que vi a Clarise acercándose con una sonrisa genuina que trate de imitar, su beso me tomo por sorpresa ya que ella fue la que sugirió ir despacio. Por lo que paso esta mañana eso ya no tiene importancia. ¿será que lo hizo por celos? O ¿ni siquiera ha notado a Ava? Aferrándome a la firmeza de su beso y lo tierna a la vez la senté en mis piernas respondiendo tan efusivo acto.

A sepáranos acaricie sus labios ligeramente hinchados por el beso, sus ojos cerrados disfrutando de mi tacto volvía a besarla olvidándome por completo de las personas a nuestro alrededor, porque estoy más que seguro que mis padres están presenciando todo.

Ava se hizo notar con la arrogancia que la define y mirando a Clarise con desdén de arriba abajo. Lo que no intimido en lo absoluto, respondiendo la pregunta de Ava aceptando y aclarándole que era mi esposa más esa sonrisa triunfal al ver como Manson la cargo hasta asegurase que saliera de la propiedad.

Nunca presencie una Clarise posesiva lo que me encanta que, se siento con el mismo derecho que yo al reclamarnos por igual.

- Con cuantas ex me voy a tener que enfrentar señor Clark ¿o esta es la única?

- ¿Celosa? - Negó sonriendo sus mejillas se encendieron al escuchar mi madre eso me encanta de ella, esa timidez la hace más apetecible.

- ¡Esa mujer sí que es descarada! Qué bueno linda que le dejaste en claro quién eres en la vida de mi hijo -. Sonrió peinando mi cabello con sus dedos de la mano libre de mi agarre.

- Clarise tenemos que hablar - la voz de mi padre la tenso de inmediato lo sentí en la presión de sus dedos aferrándose más a mi mano, miré con curiosidad a mi padre, pero su rostro me asegura que el tema a tratar es serio. Entre mis padres y Clarise nunca ha habido ninguna clase de malentendido lo que no entiendo que tema podrían tratar.

- Si, Sr Clark, pero antes necesito hablar con su hijo. Apenas termine con él le buscare - mi padre asintió tomando de la mano a mi madre guiándola a la casa.

- ¿Por qué están tan misteriosos ustedes dos? - tomo el mando de la silla llevándome al jardín el cual no visitaba desde mucho, se sentó en el césped tomando sus manos en un gesto de nervosismo.

- Riley necesito decir todo esto de una vez porque si no lo hago siento que explotare y no lograre verte una vez más si te lo sigo ocultando, solo espero que no me juzgues duramente y me perdones por ocultarlo por miedo, solo no me interrumpas a una vez comience o perderé el valor que he tomado para contarte todo -. Asentí, con una leve sonrisa dándole ánimo para que siguiera.

- Riley soy madre, tengo un hijo se llama Theo del cual tu eres el padre...

Sus palabras retumbaron en mi cabeza una y otra vez, sus ojos se tiñeron en un temor evidente. Los movimientos de sus manos aumentaron.

Sentí la necesidad de negarme a escucharla, pero necesito saberlo todo para tomar una decisión al respecto.

KARMA Riley ClarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora