Amenazas

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Fueron las horas más largas de mi vida, queriendo saber si todo estaría bien, si habrá tenido complicaciones. No todo va a salir bien y pronto vendrán a darnos información. Tome un sorbo del café que el Sr. Clark amablemente trajo para su esposa y para mí, viendo como la Sra. Margaret se refugiaba en los brazos de su esposo quien beso su cabeza con amor, dándole fe que todo saldría bien, ella con una sonrisa genuina agradeció el gesto engulléndose en su pecho.

Espero que con el pasar de los años, pueda ver la misma escena, pero reflejándonos a Riley y en mí, compartiendo y demostrando cuan grande es nuestro amor, asiéndolo evidente con pequeños detalles como un beso en el momento menos esperado o fragmentos que para muchos suelen ser insignificantes yo los atesoraren por siempre.

Los dos matrimonios que tengo como referencia son los de mis padres, que se demuestran cuan enamorados están y, siguen a pesar del tiempo que llevan juntos por lo que papá lo toman a su favor para dar con el punto débil de mamá para hacerla reír con sus chistes malos ya que no tiene gracia para ello, o para tocar demás cuando creían que estaba distraída en mis matutinos quehaceres de la segundaria, donde era yo la que reía a expensas de mamá al verse avergonzada por mi presencia.

Mis suegros ni se diga, desde que los distingo son un derroche de amor por toda la mansión. Son el uno para el otro sin duda alguna.

– Que pena molestar, ¿se ha sabido algo del Sr. Riley? – la llegada de Manson me saco de mis pensamientos, este hombre ha estado toda su vida al lado de Riley, es un poco más joven que el Sr. Clark, pero trabaja en la familia desde que Riley tenía unos diez años por lo que su estima hacia la familia es mucha.

– No, aún no han salido a darnos información de nada. – respondí

– Deben estar por terminar ya han pasado unas cuatro horas, esperemos para saber – el Sr. Clark le indico que se sentara agradeciendo por la preocupación.

Mire la hora.

– Tengo que ir por Theo, él quiere estar cuando su papá despierte – los señores Clark asintieron – me avisan cualquier cosa, estaré al pendiente ¿sí?

– tranquila linda ve, que te avisamos –. Con una sonrisa nerviosas la Sra. Margaret trato de tranquilizarme.

– Yo puedo ir por el joven Theo, si usted quiere, así esperar aquí –. Asentí a su ofrecimiento – solo que me puede prestar su auto es que el que traje lo tuve que llevar al taller y lo entregan por la tarde, por la preocupación no pase por la mansión por otro –. Todo lo dijo de corrido.

– Te acepto el ofrecimiento – le entregue las llaves de mi auto, viéndolo salir.

Me volví a enfocar en la espera más larga y tortuosa de mi vida. En una media hora vimos salir al doctor, nos apresuramos con la ansiedad de saber cómo termino.

– Como esta mi hijo, doctor – la Sra. Margaret se adelantó

– Tranquila mujer, dejemos que el doctor hable –. La tranquilizo su esposo.

– Todo salió bien, como lo esperábamos, la operación fue un éxito. Solo hay que esperar que el despierte para ver cómo reacciona, si su nivel de sensibilidad aumento es ganancia, solo resta seguir con terapias. Solo es cuestión de tiempo. – fue un alivio, saber que todo salió bien, las ansias en este momento son de verlo y cerciorarme que este bien.

– ¿Podemos verlo? Estar con él para cuando despierte – por fin encontré mi voz.

– Si claro apenas lo instalemos en una habitación, se los haremos saber.

Los tres asentimos, dando las gracias, sin resistirnos la Sra. Margaret me abrazo, solo esperamos que nos avisen para poder verlo y que Theo llegue.

Luego de esperar unos veinte minutos más nos indicaron en que habitación se encontraba Riley, antes de entrar el vibrar de mi celular freno mi andar, para ver que era del colegio de Theo.

– Vallan entrando, necesito contestar es del colegio – los padres de Riley asintieron, sin más preámbulos entraron al encuentro con su hijo.

Colgué la llamada luego de dar la autorización, de dejar salir a Theo con Manson, al intentar entrar volvió a sonar mi celular esta vez un mensaje de un numero desconocido "Si no eres mía no serás de nadie" ¡es una amenaza! ¿Quién podría hacerme daño? Sin tomarle la importancia necesaria al texto entre a la habitación la alegría del Sr. Clark era evidente al ver que por fin su hijo había decidido hacerse la cirugía que desde hace dos meses correspondía hacer, pero por su terquedad no accedió ante las muchas peticiones de sus padres.

– Hola – la Sra. Margaret se hizo a un lado para permitirme acercarme, se notaba cansado y un tanto somnoliento supongo por la anestesia. Bese sus labios sin profundizar –. ¿Cómo te sientes?

– Tengo un poco de dolor – haciendo un gesto de desagrado al ver sus piernas vendadas.

– El dotor dijo que era normal –. Menciono su padre al ver mi preocupación.

– Todo pasara sin que lo notes ya verás –. Asintió

– Deberías estar en Milán – negué – claro que sí, luchaste tanto por eso, que tendrías que estar allí. – el ápice de culpa no pasó desapercibida para los tres.

– Mi amor, mi lugar es aquí, contigo de eso no tengo duda alguna, ya vendrán más oportunidades como esa. Así que usted solo preocúpese por recuperarse ¿sí? Ahora descansa cuando despiertes estará nuestro hijo aquí –. Deje un beso en sus labios sentándome a su lado al ver como se aferró a mi mano. Olvide por completo la evidente amenaza del mensaje de texto.

Los minutos pasaron, en los que los padres de Riley permanecieron en silencio igual yo al verlo dormido, ellos en el sofá aun lado de la habitación. Una enfermera y el doctor entraron lo revisaron verificando que todo estuviera bien, le suministraron medicamentos en la dextrosa que colgaba a su lado.

Un nuevo mensaje quitándome la tranquilidad, produciendo un remolino de incertidumbre.

"¿Cuán feliz puedo ser? ¡Mucho! pero que tanto podemos sostener esa felicidad que sentimos tan palpable en nuestra vida y que en pocos segundos se nos escapa de las manos dejando un vacío, que nada, ni nadie puede llenar. "

La envidia de las personas destruye todo a su paso, sin tener en cuenta edad, o el grado de culpabilidad. Cuan desbocada pretende ser la maldad, que corroe a las personas, que no les permite pensar con sensates y actuar por impulso. Destruyendo todo a su paso sin ningún grado de culpabilidad al no optar por detenerse.

"Lástima que Riley ahora que volverá hacer el de antes quedará viudo, ¡pudimos ser tan felices! Pronto nos encontraremos, en esta o en la otra vida."

Sali de la habitación, llame a Theo que me mando al buzón de inmediato, le marque a Manson al tercer tono contesto su tono me alarmo mucho más.

– S... - señora mande una ambulancia estamos en el semáforo antes de llegar al hospital, un auto se nos vino encima, trate de proteger al joven.

Sentí que el aire no cumplía su propósito en mis pulmones, el pecho se oprimió.

– Manson, Theo, ¿cómo está mi hijo?

KARMA Riley ClarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora