Capítulo 9

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Con Mingyu y Hyunjin uniéndose a nosotros, el espacio es un poco estrecho en la sala de seguridad.

Todos estamos viendo cómo la gente llega a la mansión de Kim Yeo para la subasta. De la red clandestina, hemos averiguado que hay cuatro vírgenes a la venta. No hay forma de que Taehyung pueda llegar a todas antes de que se vayan de Korea.

Me comuniqué con uno de mis contactos de Riu, un sindicato en Desolation, Nueva York, para obtener más información sobre las vírgenes para mí.

Reviso mi teléfono y, al no ver una respuesta de mi contacto, niego con la cabeza con impaciencia. Odio esperar información.

―¿En qué estás pensando? ―pregunta Yoongi.

―Taehyung no podrá liberar a todas las cachorras ―murmuro.

Mingyu niega con la cabeza.

―Todavía estoy tratando de procesar el hecho de que él está trabajando en contra de Kim Yeo. En serio, nunca lo vi venir.

―Si es tan bueno como nosotros, podría liberar a las cuatro ―Hyunjin expresa su opinión―. Pero tendrá que moverse rápido, contando que nada salga mal.

Veo de nuestros hermanos y a Yoongi y luego digo. ―A menos que nosotros lo ayudemos.

―No sabemos por quién irá primero ―dice Mingyu, sacudiendo la cabeza.

―No ha desactivado el rastreador de su motocicleta. ―Mis ojos encuentran los de Yoongi―. Y probablemente irá por las dos más pequeñas.

―Eso es lo que yo haría ―asiente Mingyu.
Asiento con la cabeza y luego digo.

―Iremos tras las dos mayores del grupo.

En ese momento, finalmente llega el mensaje que estaba esperando y me apresuro a abrirlo.

"Jodidamente gracias. Es todo lo que necesitamos."

Pongo la información en una de las pantallas más grandes, y ver las caras de las cuatro cachorras hace que la ira comience a hervir en mi pecho.

Si hay algo que odio es que la gente se aproveche de las omegas jóvenes.

Al igual que mi padre se aprovechó de mi madre.

Eso es algo que le he ocultado a Mingyu en un intento por protegerlo de nuestro sórdido pasado.

Yoongi señala a una de las cachorras.

―Mingyu y Hyunjin pueden seguir a esta cachorra mientras tú y yo tomaremos a la otra.

Veo a las dos más pequeños, esperando que Taehyung pueda llegar a ellas a tiempo. Luego, levantándome de la silla, digo.

―Preparémonos.

Solo nos toma cinco minutos prepararnos y luego salimos de la casa. Probamos los auriculares que llevamos puestos antes de que Mingyu y Hyunjin se dirijan a su camioneta.

Cuando me deslizo detrás del volante de nuestro vehículo, espero a que Yoongi cierre la puerta detrás de él, y luego digo.

―Con suerte, ganaremos algo de terreno con Taehyung ayudándolo. Se pone el cinturón de seguridad y luego se ríe.

―Sí, yo no me haría ilusiones.

Mientras conduzco la camioneta hacia la carretera, Mingyu nos sigue. Nos dirigimos hacia el recinto de Kim Yeo y estacionamos las camionetas en la calle. Luego, mostrando las imágenes de la cámara de los terrenos y la entrada de la mansión en mi teléfono, esperamos a que los postores se vayan con sus compras.

Bajo el velo de la mafia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora