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JiSung despertó por el molesto ruido de la alarma del celular, confundido al tener que despertarse un domingo a la madrugada

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JiSung despertó por el molesto ruido de la alarma del celular, confundido al tener que despertarse un domingo a la madrugada.

Siempre aprovechaba el único día de descanso que tenía para dormir lo más que pudiese, aveces se despertaba temprano, otras en la tarde y se saltaba el desayuno o el almuerzo, y en muy pocas ocasiones pasaba durmiendo todo el día completo.

Trabajar en un horario nocturno como el que él tenía le hacía las cosas un poco más complejas de lo que hubiese querido. Sin embargo, sabía que si quería lograr su sueño, no obtendría una oportunidad sin sacrificar algo.

Sabía que tenía que luchar y buscarse un espacio por sí mismo, y se encargaba de recordarselo todos los días.

Por lo que, poco a poco, se volvía rutinario y el cansancio era menor. De igual manera no le importaba que tan cansado pudiese estar, si sentía que esto le ayudaba a acercarse más a su carrera soñada, le era lo suficientemente convincente y motivador como para seguir adelante.

JiSung extendió su brazo, tomando el celular y apagando la alarma que llevaba segundos sin dejar de sonar. Miró la hora, aún viendo los números de forma borrosa por estar recién levantado.

Eran las 6:31 de la madrugada.

Con pocos ánimos se levantó, dirigiéndose pocos segundos después al baño. Con pereza se quitó su pijama y se metió a la ducha.

Por lo general, los domingos no hacía nada en todo el día, y el resto de la semana trabajaba como burro. Pero con las tutorias -que no sólo tomaba por MinHo, sino también por sus pésimas notas- tuvo que hablar con sus superiores para cambiar un poco su horario.

Ahora en vez de trabajar los martes en la tarde, trabajaría los domingos en la mañana y en la noche.

A Han no le parecía tan mal ese cambio, puesto que, por lo general, las jornadas de las mañanas en su trabajo eran las más tranquilas y con menos clientela.

Así que cuando lo citaron para hablarle de su nuevo horario, no se quejó y simplemente aceptó las condiciones, pareciéndole más que suficiente.

Cuando Jisung terminó de organizarse, agarró su pequeña maleta y salió de casa, caminando sin apuros a la estación del bus, no sin antes haberle dejado un pequeño y sencillo desayuno preparado a su padre.

Allí parado, sacó su teléfono celular y entró a la aplicación de mensajes. No había vuelto a hablar con MinHo después de que ese chico le hubiera mandado su ubicación, y de igual manera, tampoco tenía nada como para escribirle de nuevo.

Sin embargo, de quien sí tenía un mensaje, esperando ser contestado desde hace un día, era de su mejor amigo: JeongIn.

Y no le sorprendió haber visto en su chat más de diez mensajes, mandados sin parar ni esperar. Todos preguntándole sobre lo ocurrido el viernes y exigiendo una explicación detallada de por qué Minho se acercó a él a hablarle de la nada.

Our nights [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora