Our nights [Minsung]

VIII

Minho mentiría si dijera que descansó tanto como hubiese deseado. Y ya no se trataba de haberse quedado despierto por terminar actividades y temas académicos, porque había terminado todo lo relacionado con el instituto.

Ni tampoco podía decir que estuvo ocupado en alguna actividad importante. Había pasado hasta tarde solo mirando el techo, dedicándose a reflexionar y pensar sobre su vida, y más que todo, ciertas palabras de una persona en especial que parecían siempre revolver algo en su interior.

Esa persona, sin dudar, era Han Jisung.

"— Ahí tienes tu nota perfecta —dijo Jisung, haciendo que la felicidad de Minho se rompiera al escucharle decir de nuevo esa palabra que parecía pertenecerle."

No había olvidado esa frase que había dicho aquel chico el domingo, cuando le había pedido ayuda. Se esperaba algún acto de indiferencia, y aunque Minho necesita frecuentemente aprobación de otras personas, le hubiera importado menos si lo ignoraba.

Pero se había dado cuenta que esas felicitaciones por parte de toda la gente que se le acercaba con cualquier logro que él hubiera cumplido, solo se volvían más pesadas con el paso del tiempo. Ya no le generaban placer, ni relajación, solo le hacían sentir hostigado e incluso incomodo.

Y cuando provenían de Jisung eran peor. Era algo que le caía mal de ese chico. Minho no sabía cómo, pero siempre cualquier palabra o gesto que salieran de Jisung, generaba algo negativo en Minho.

Sea, por ejemplo, una mirada suya viéndolo desde lejos como antes, que le causaba incomodidad y un escalofrío peculiar; o también sus palabras sarcásticas, que siempre que Minho obtenía un logro, en vez de ser como los demás y brindarle felicitaciones falsas o incluso pasar de largo, Jisung le respondía con sarcasmo y diciéndole lo perfecto que era.

No habían sido muchas las ocasiones en las que interactuaban, pues apenas llevaban las veces que Minho encontraba a Jisung observándolo con detenimiento, y el domingo donde se habían reunido parar las tutorías que el profesor Jang había pedido.

Y sin embargo, Minho podía deducir e inclusive afirmar que él le caía mal a Jisung. No era necesario pasar tanto tiempo o interactuar tanto con el chico azabache como para caer en cuenta que le molestaba la simple presencia de Minho.

Minho no se sentía mal por eso, porque ni siquiera lo conocía bien como para sentir algo por él, pero sí le causaba curiosidad saber la raíz de su odio o enojo contra su persona.

Él había pasado años de su vida, casi todo el tiempo intentando causar la mejor impresión para todas las personas, que todos lo quisieran o al menos lo soportaran. Pasaba haciendo favores y brindando ayuda y apoyo a cualquiera que pasara a su lado, sonreía y trataba con mucho respeto tanto a profesores como a estudiantes e inclusive niños.

Tampoco recordaba en algún punto cruzarse con Han y tratarlo mal, o haberle hecho algo que le causara intranquilidad o lo molestara, por lo que no lograba resolver su duda. Minho nunca le preguntaría a Jisung la razón de su mirada tan molesta, o de sus acciones y palabras cargadas de enojo, porque no tenía la confianza para hacerlo.