Yoona los dejó solo en algún punto de aquella misión improvisada, ella dijo que debía realizar algunas mejoras en su equipo antes de que todo dé comienzo, así no tener ni un problema y realizar un trabajo limpio. De inmediato, cuando ella se fue el ambiente se tornó tenso. Ahora Minho se sentía tan lejos de Taemin. Un gran muro los dividía y ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso.
Las horas pasaron con rapidez. Minho maldecía su suerte, era la primera vez que alguien le gustaba en tal magnitud pero se sentía tan fuera de lugar. El hogar de Taemin no era su mejor lugar para estar, se sentía incómodo. Sus mundos eran diferentes. Demasiado.
Las cámaras de pronto cambiaron en un parpadeo, la imagen de Kibum estaba en todas ellas, con una cinta en los labios y en la misma posición de antes, con el cuerpo hecho un ovillo en la esquina de aquel Solarcén de metal. Sus labios se movían con suavidad, pero al no tener audio solo podían adivinar a la suerte lo que el guepardo estaba diciendo. Minho se acercó más a la pantalla, sus manos se mantenían apoyadas en la mesa e intentaba dar alguna explicación a aquel movimiento de labios a pesar de que su amigo estaba solo en aquel lugar ¿Con quién estaba hablando?
Taemin carraspeó en seguida, sus ojos ocultaban algo y Minho no tenía el valor de preguntar.
—Es hora —Yoona entró con su largo vestido negro y tacones del mismo color, su ondulado cabello se enroscaba hasta sus hombros desnudos. El maquillaje estaba presente en su rostro, tan suave y delicado que la hacía lucir como una modelo de portada. Taemin se quedó completamente atónito, la belleza de la pantera era tanta que él solo podía limitarse a contemplarla.
Minho gruñó tan bajo que nadie le escuchó. El lobo tomó un arma que Yoona le dio hace poco, junto a una manta que lucía igual a una hamaca. Debían darse prisa, si tardaba mucho entonces el hombre que Kai capturaría llamaría la atención con su desaparición y aumentarían la seguridad. Un segundo menos y todo se echaría a perder.
Taemin le explicó a detalle lo que pensaba que estaba ocurriendo. Minki le había dado una dirección diferente a la que las imágenes de las cámaras mostraban, eso significaba un gran problema. Porque a pesar de esperar a Jonghyun en otro lugar y su ataque sorpresa se notaba la tensión del lugar, ellos sabían que estaban en busca de Kibum y el lazo que el alfa y el guepardo de heterocrimia tenían podía intensificarse hasta encontrarse mutuamente. No era de extrañar que Jonghyun aparezca en ese lugar en unos minutos. Una razón más para darse prisa.
Subieron a una camioneta negra con los vidrios polarizados. Un zorro de avanzada edad conducía con una velocidad peligrosa. Minho se agarró a los asientos de cuero con las uñas que tenía mientras su mirada estaba dirigida a la pareja que estaba dándose cariño en los asientos delanteros. Taemin parecía brillar alrededor de Yoona , tan alegre como un niño en su último día de escuela.
Yoona se regodeaba de aquel cariño, su mirada penetrante y la altivez en cada una de sus acciones, cuando ella y Minho conectaron miradas el lobo sintió todo el orgullo de la pantera embarrarse en su rostro. Ella disfrutaba del cariño que el guepardo le daba.
La camioneta se detuvo y ella bajó con elegancia, su mano sujeta a la de Taemin y la espalda recta, orgullosa de estar en un lugar lleno de mugre. Ella se adelantó dos camionetas hasta la que tenía las cámaras instaladas. Taemin tuvo que quedarse sin ella, porque el guepardo ansiaba quedarse un instante junto a Minho .
—Le debo la vida —soltó de repente Taemin mientras se sentaba frente a Minho . En aquel instante era demasiado cobarde como para alzar la vista— ella técnicamente me hizo lo que soy en este momento, sin ella... —un suspiro que significaba lo difícil que era contar aquello, uno que le indicó a Minho que estaba abriéndose una vez más, que Taemin le estaba mostrando una faceta suya que apreciaría con cada parte de su alma— sin ella estaría muerto en alguna parte de las alcantarillas.
—Parece una buena persona —aceptó Minho , aunque le dolió en el orgullo— ella parece apreciarte en realidad.
—No es una buena persona —la carcajada de Taemin fue suficiente para entender su punto— es una mujer casada e incluso de esa manera sigue su vida de soltería con cualquiera que se le atraviese. Es como cualquier gato.
Ahí, justo en aquel instante, Minho vio un atisbo de dolor en aquella declaración. Taemin estaba lastimado por lo que sea que Yoona le haya hecho. Y Minho le comprendía, porque enamorarse de alguien con una pareja era lo más doloroso que podría pasar. Y él lo había vivido dos veces con las parejas de su amigo, primero Luna y luego Kibum. Pero no esperaba que aquel dolor fuese comprendido por alguien como Taemin. Una razón más para quererlo.
—Cuando hayamos recuperado a Kibum lo llevaré a la manada, tú puedes quedarte acá, este es tu hogar —porque era lo mejor, Taemin no pertenecía a su manada, no era el tipo de persona que se unía a una familia y luego cambiaba, él ya tenía su familia en Yoona y los de aquel supermercado, en Kai y los demás amigos que él desconocía.
—Van a matarme ¿lo olvidas? Estoy endeudado hasta el último respiro que dé —Taemin no diría que no quería, que quería quedarse en la manada porque en realidad no quería, él estaba seguro que aquel lugar no era al que pertenecía. Su vida y todo lo que le importaba realmente estaba en la ciudad— quiero quedarme pero sabes que no puedo.
—Voy a pagarte por todo el tiempo que hemos estado juntos, pagaré tus deudas así que no necesitas volver.
Un largo silencio se hizo en la camioneta, ni siquiera la radio prendida hizo su presencia en el lugar, las miradas que ambos se daban eran las únicas protagonistas.
Eso era lo correcto. Taemin era el ser más libre y escurridizo que Minho hubo conocido en su vida y tenerlo en su vida para siempre significaría matar el alma indomable del guepardo y aquello era lo que había hecho que se vuelva prendado a él. Por eso no podía mantenerlo a su lado por más tiempo. Eso era lo correcto.
Taemin por un segundo tuvo la intención de negar la oferta pero su pasado volvió a él, aquel en el que le importaba solamente el dinero. Se había estado ablandando por el cariño que le habían dado en la manada. Debía volver a su vida, a aquella llena de peligros y sin una correa que le impida correr.
—¿Quieres estar con la loba? —de alguna manera dolía menos si pensaba que lo estaba desechando por otra razón, Taemin necesitaba creer aquello porque no soportaba pensar que alguien le amaba de tal manera que podía simplemente dejarlo por su bienestar.
La puerta de la vagoneta se abrió y Yoona entró con confianza, su largo vestido arrastrándose por el suelo y ella sonriendo al saber lo que había ocurrido en aquellos minutos que fue a preparar todo.
No era tiempo para aquello, debían sacar a Kibum de inmediato.
Minho se levantó y salió, con un dolor en el pecho pero con la confianza de estar haciendo lo correcto.
Yoona rió fuerte cuando ella y Taemin se quedaron solos. Ella veía la pantalla de su celular mientras reía con fuerza.
—Te has vuelto tan dramático, Taemin —dijo ella— ¿quieres estar con la loba? —volvió a reír, con tal grandeza que hasta el zorro volteó a verla— realmente te gusta el lobo.
—Ella está embarazada —la amargura en el tono de voz de Taemin no pudo ser disimulado, Yoona volvió a reír, porque ella tenía en cuenta cada aspecto que ocurría con su viejo amigo— los lobos buscan formar una familia, lo sabes muy bien.
—Lo sé.
Yoona encendió el televisor que estaba tras el asiento del piloto, sus largos y delgados dedos tecleaban con tanta rapidez que Taemin ni siquiera intentó memorizarse la contraseña. La pantera se mordió los labios una vez antes de continuar, porque ella podía divertirse con Taemin de distintas maneras pero verle la cara de idiota no era uno de sus pasatiempos favoritos.
—¿Qué hizo Minho cuando volvió de la noche ardiente que pasó con la loba? —preguntó ella, sin dar la cara, con la mirada en la pantalla.
—Hicimos lo que cualquier par de calenturientos haría.
—Bien —ella recién volteó a verlo y la sonrisa estaba plasmada en su mirada— ¿sabes algo acerca del apareamiento de los lobos?
—Sé muchas cosas —Taemin recordó a uno de los tantos amantes de su madre, un lobo pardo que la había llevado hasta a un crucero para cortejarla— son perros fieles.
—¿Cuándo es el límite para que el apareamiento de los lobos se detenga?
—Cuando embarazan a su pareja —el chófer zorro aportó a la conversación en voz baja.
—¿Qué pasa cuando embarazan a su pareja? —volvió a preguntar Yoona.
—Se quedan con ella —volvió a opinar el zorro, al ver que Taemin ya no aportaría a la conversación.
—Pero Minho , no se quedó con ella, y siguió con la necesidad de aparearse —ella se inclinó para quedar a una corta distancia del rostro del guepardo— ¿puedes unir los puntos tú solo?
—Ella... —Taemin bajó la mirada y apretó los puños— que perra.**********
Minho sintió un escalofrío recorrerle la espalda cuando vio la figura de Kai al otro lado de la enorme cerca de metal. El hombre estaba con dos hombres más. El lugar no era muy espacioso, estaban en un pequeño callejón a lado de unos contenedores de basura. A su lado se alzaba una gran infraestructura de ladrillos y cemento, el aroma fétido les indicaba que cualquier problema significaba su muerte segura.
El guepardo real le lanzó el uniforme negro a sus pies, se notaba el desagrado en él y Minho no quiso pensar de más y solo se puso el traje, dispuesto a entrar en la boca del lobo, literalmente.
Antes de entrar Kai le dio un pequeño auricular que se puso en el oído y que de inmediato dejó oír la voz de Rina. La parte uno del plan estaba correcta, ahora todo dependía de él. Se puso el casco negro y avanzó con cuidado por los diferentes pasillos.
—Llega al final de pasillo.
El lugar estaba casi pudriéndose por la suciedad, los rastros de moho dejaban que sea casi imposible respirar en aquel reducido espacio. Minho agradeció tener el casco negro para así disimular un poco el pesado ambiente del pasillo mugroso. Sus pasos cada vez se hacían más veloces, un poco alegre por encontrar a Kibum, quería volver cuanto antes a la manada.
—A tu izquierda hay otro pasillo, camina sin detenerte hasta llegar a las escaleras y baja dos pisos.
Tenía bastantes pasadizos, Minho sentía como las paredes delgadas ocultaban habitaciones pequeñas. Había algo más en aquel lugar, un presencia fuerte que hacia que sintiera miedo.
Llegó hasta las escaleras y temió por su vida. Las escalinatas de madera no lucían seguras, parecían poder ceder ante su peso en cualquier instante. Sin importar eso empezó a bajar, escuchando el rechinido de la madera vieja a cada paso suyo.
Al primer piso de bajar encontró otros dos guardias, cada uno con el mismo uniforme y con una pistola de plata en sus bolsillo, definitivamente aquello era una trampa para Jonghyun , ellos lo matarían si es que el lobo blanco llegara a ese lugar. Minho agradeció estar en su lugar. Ambos le saludaron con un suave movimiento de cabeza que el respondió de la misma forma antes de seguir bajando, aliviado de pasar como de su familia.
—Hay dos hombres que se dirigen a ti a toda velocidad.
Minho efectivamente escuchó el sonido de pasos bajando con rapidez, lo habían descubierto.
Empezó a correr, se quitó el casco al ser este un estorbo más, tomó el aire que pudo en sus pulmones y corrió con todo lo que sus piernas daban. Los pasos se acercaban cada vez más, eran dos tipos pero un nuevo par de pasos se adhirieron a los anteriores, ahora más estaban buscándole. Le habían descubierto y él estaba tan encerrado en aquel lugar que temían morir sin poder salvar a Kibum.
Llegó al final del último pasillo, habían dos puertas metálicas a sus lados, cada uno asegurada con alguna clase de sistema electrónico. Minho no encontró ni siquiera un pajilla para intentar derribar la enorme puerta. Estaba encerrado y los pasos a su detrás se escuchaban con más fuerza. Estaba muerto, lo habían atrapado.
—553195.
La voz de Taemin hizo que entendiera todo en un instante, con los dedos temblándole introdujo la contraseña en la pantalla y abrió la puerta de metal para entrar en seguida, esperando que los que lo perseguían se fueran.
Sin embargo un nuevo problema se había presentado, la señal estaba cortada, ya no tenía la voz en el auricular, no tenía idea de a donde ir y pronto las cámaras de seguridad apuntaron a él. Minho estaba muerto, esta vez definitivamente lo estaba. Debía encontrar a Kibum antes de darse por vencido, su última acción debía ser heroica, lo suficiente para que sus amigos lo recordasen. Llevaría a Kibum a casa.
Caminó por el oscuro pasillo, sus ojos pronto se adaptaron a la luz.
Tropezó en el suelo al segundo de empezar a bajar las nuevas escaleras. Buscó con la mirada aquello que había causado su caída y tembló ante la imagen de una mujer muerta, con el cabello negro desparramado entre su espesa sangre, sus ojos desorbitados y la frialdad que expulsaba su cuerpo. Minho esperaba no haber llegado tarde. Quería salvar a Kibum. Se acercó a la mujer y con delicadeza le cerró ambos ojos y se despidió de ella, lamentando su suerte y esperando que encuentre la paz.
El aroma a sangre le indicó que más abajo los cuerpos sin vida estarían desperdigados como canicas en un día de campo. No se equivocó, estuvo a punto de pisar el cuerpo de un hombre y volvió a tropezar con el cuerpo de un joven. Aquel lugar daba escalofríos. Los lobos negros estaban acabando con todas las demás clases de lobos, querían ser los únicos.
El aroma de Kibum fue lo que lo llevó hasta el guepardo, su dulce aroma a chicle, no necesitaba luz para saber que se trataba de él. El guepardo le tomó del toSoMano y le sonrió, lucía pálido y tenía varias heridas a los costados de su cuerpo, parecía que alguien quiso lastimarlo hasta llegar a su corazón. Minho estaba orgulloso de la fuerza que la pareja de su alfa poseía. Kibum era perfecto.
Minho sujetó al guepardo y lo alzó entre sus brazos, ya luego vería la forma de salir. Empezó a caminar pero el movimiento que sintió en sus brazos lo alertó, eso no era Kibum, el movimiento era pequeño, casi como si una mano infante sujetara su brazo.
Entonces lo vio, un pequeño niño que se refugiaba entre los brazos de Kibum.
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ATTENTION {{adaptación 2min}}
FanfictionTaemin es la persona más hipócrita y egocéntrica del mundo, su pensamiento e interés solo gira en él, no hay nadie, absolutamente nadie que sea más importante para él. Su único deseo, que sobrepasa su egoísmo, es el dinero. Taemin ama el dinero. Es...