NUEVE

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Tenía sus manos sujetas en el suave cuello de la loba. Sus ojos dorados explotaban en ira y sus largas garras pronto llegarían hasta un punto vital de aquel cuello. Quería hacerlo, quería escuchar un "crack" que le diga que finalmente ella había muerto, que la loba ya no existía. Estaba por matarla, le faltaba tan poco. Un poco más y el cuello se rompería, solo un poco más.
Sin embargo una mano detuvo la suya. Jonghyun , enojado, tomó a Minho  del cuello y sin mucho esfuerzo hizo lo mismo, su mano en el cuello de su mejor amigo y la otra en el cuello de la loba que había llegado a la manada para arruinar todo.
Solar tenía lágrimas en sus mejillas, el llanto era el producto de un miedo que los ojos de Jonghyun  provocaba.
—¡Jonghyun ! —Jinki intentó despertar a su amigo de su trance. Pero Jonghyun  le dirigió una mirada que le heló la sangre.
—Vas a decirme cada cosa que sepas. —de pronto Jonghyun  soltó a ambos lobos negros y se abalanzó hasta Jinki para darle un golpe en el estómago, sacándole el aire. Desquitando su enojo— desde la primera vez que hablaste con Solar hasta la última ¿Entiendes?
Taemin veía de lejos, los ojos de Jonghyun  realmente le atemorizaban. Finalmente entendió la razón de que el lobo blanco sea el alfa de aquella manada. Su fuerza era incluso más que la física. Podía paralizar a alguien con solo una mirada. Quizá aquello se deba a su rabia por perder a Kibum, pero Jonghyun  daba tanto miedo como una historia de terror contada en la noche más oscura del lugar. No, no iba a meterse en esa pelea.
Ese era su plan hasta que Jonghyun  dirigió su mirada a él. El guepardo tuvo la idea de huir pero antes de siquiera empezar a correr, Jonghyun  ya lo tenía en sus brazos. Sujeto del cuello, impidiéndole respirar.
—Si me entero que esto fue culpa tuya, voy a entregarte a las tantas personas a las que debes, te pondré un moño en el culo y te dejaré en la puerta de la persona que tanto temes.
—¿Desconfías de mí? —Taemin intentó separarse pero las garras de Jonghyun  lo estaban torturando.
—Ya habías vendido a Minki. Eres tan idiota como para vender a Kibum.
En un segundo Taemin ya estaba libre y Jonghyun  de camino a su habitación, tras él Jinki llevaba a Minho  y a Solar atados de manos y con la mirada en el suelo. Taemin iría a espiar un poco pero su propio miedo se lo impedía.
Taemin estaba seguro que había devuelto el dinero del hombre al que vendió a Kibum hace bastante tiempo. Aquella vez en la que decidieron que Solar y Minho  pasarían la noche lejos de ellos. Esa misma noche él fue a devolver el dinero. Porque Kibum ya estaba agradándole. Pero tal vez aquello había desencadenado este hecho que tenía a toda la manada alborotada.
Sus pies fueron ágiles y corrió hasta la habitación de su hermano Minki. Hace mucho que no hablaba con él, de hecho a veces hasta olvidaba su presencia. Minki era alguien callado, siempre pasaba desapercibido y no era fácil dejarlo olvidado. Y más para Taemin pues, nunca convivió con él. Cuando su madre esperaba a Minki, él ya estaba lejos de casa con un negocio y un gran futuro por delante.
Abrió la puerta de un golpe y caminó hasta las maletas que Minki tenía sobre su cama. ¿Minki se iría?
Taemin caminó hasta el armario, donde vio a Minki escondido entre las ropas que tenía en este. Se veía tan desamparado, desesperado, casi como Jonghyun  lucía, claramente sin la ira de por medio.
Sabía algo...
A Taemin en realidad no le importaba salvar a Kibum, lo que le importaba era salvar su vida del enojo de Jonghyun . Tomó a su hermano del cuello y lo lanzó fuera del armario, porque pensaba que se lo merecía por ser tan cobarde. Iba a darle una patada pero decidió controlarse. Ya no era el matón drogadicto que era en el pasado cuando se la pasaba con Kai y su negocio próspero, ilegal pero próspero.
—Lo viste, viste todo —no era una pregunta, Taemin estaba siendo directo. Los ojos de Minki ya le decían lo que su menor había visto— necesito que me digas lo que has visto.
Lo hacía para salvar su cabeza de la ira de Jonghyun . A Taemin no le interesaba Kibum, no, nunca. Eso le gustaría pensar.
—No —Minki lo empujó, tan fuerte que Taemin dudo que fuese el mismo— no puedo. Si te digo vas a avisarle a Jonghyun  y si él va a salvarlo entonces Kibum morirá.
Taemin empezó a reír, porque aquello le parecía trillado. Deber callar algo de tal importancia era algo que no haría. Claro que le diría a su hermano que guardaría el secreto. Pero estaban hablando de su bienestar. Sabía que si iba con información hacia Jonghyun  entonces este ya no lo vería como sospechoso y su cuello estaría a salvo una vez más. Por eso se sentó a lado de Minki, respiró con profundidad e hizo algo que nunca pensó hacer en toda su vida: abrazar a Minki.
Lo hizo para consolar a su menor. Porque lo veía tan asustado que ante cualquier ruido podría ponerse a llorar. Minki siempre fue así de débil por eso en el pasado iba a su hogar para sacarle algo de dinero. Y está vez no sería diferente, sabía cómo obtener lo que quería de su hermano menor. Por eso lo abrazó y le dio  palmaditas en su espalda, tal como había visto hacer a Jessica cuando su hija se ponía a llorar.
Pronto Minki ya estaba más calmado y se separó para verlo a los ojos. El llanto estaba escrito en su mirada y sus mejillas lucían irritadas. Estaba más que abrigado, preparado pero salir al polo norte o a donde quiera que se dirigiera.
—¿Qué es lo que pasó anoche? —Taemin creía que primero debía hacer preguntas de ese calibre, para ver si podía darle información o si era un caso perdido.
—Cuando Jonghyun  salió de su habitación, Kibum me llamó para que le ayude con algunas cosas. Entonces entraron cinco hombres —Minki poco a poco volvió a llorar, y Taemin no hizo más que hastiarse de él— le dispararon antes de que pueda cambiar. Lo metieron a su cajuela y se lo llevaron. A mí me dijeron que le avisara a Jonghyun  para que fuera a por él. Pero sé que es una trampa. Quieren atraparlo para matarlo. Por eso no debemos dejar que él vaya, lo esperan a él, no a mí.
Tenía un punto, Taemin quedó asombrado por la capacidad de pensamiento de Minki, más cuando siempre lo había visto como un debilucho llorón. Tenía razón, ellos esperaban a que Jonghyun  fuese por Kibum por eso debían ir ellos. Porque tendrían la ventaja de un ataque sorpresa.
Aunque había un aspecto que no le terminaba de convencer. Si quería salvar a Kibum entonces no iba a llevar al llorón con él. No, Minki solo sería un estorbo. Su otra opción era Jinki, pero tampoco le terminaba de convencer, quizá el lobo pardo era inteligente pero él necesitaba fuerza, no cerebro. Y eso le llevó a una opción que odiaba más que nada. Era la única opción que tenía algo más de sentido pero igual odiaba la idea. Debía ir con Minho .
Se detuvo en medio de todo su bosque de pensamientos y volvió a uno que le mando escalofríos por todo su cuerpo "si queria salvar a Kibum"  debía recordar que no hacía esto por Kibum. Lo hacía para salvar su propio pellejo. De todos modos ahora lo odiaba más porque el guepardo con heterocrimia estaba despertando un lado amable en él que no quería tener.
Lo pensó una vez más. Olvidó su orgullo y volteó hacia su hermano.
—Yo iré por él, ayúdame a sacar a Minho  del confinamiento que Jonghyun  le dio, dime dónde es que se llevaron a Kibum y entonces yo lo traeré.
Minki le miró con asombro. Porque lo que veía en la mirada de su hermano era preocupación pura, y miedo como nunca antes lo había visto. Alguna vez su madre le había contado que Taemin y Kibum fueron unidos de niños, tanto que el mayor hacía de todo para mantenerle a salvo. Sin embargo en todo aquel tiempo en el que Taemin venía a molestarlos e intimidarlos pensaba que era mentira. Hasta el día de hoy. Finalmente Taemin estaba bajando la guardia y estaba dejando que todos vean aquel lado amable que ocultaba entre rasguños y gruñidos.
—Yo distraeré a Jonghyun  y Jinki. Tú sacarás a Minho  y lo llevarás al auto blanco —ordenó Taemin e inmediatamente salió sin esperar una confirmación o negación.
Minki limpió sus lágrimas y sorbió su nariz. Frotó sus ojos y se levantó, dispuesto a ser de ayuda. Debía ser veloz. Tomó su gabardina roja y salió hasta la habitación de Jonghyun  a la ventana para así poder entrar por ella. Los vio a los cuatro, lucían tensos  y Jonghyun  estaba acabado completamente, en tan solo un día la desaparición de Kibum le estaba tomando factura.
Minki se preguntó en qué momento es que Taemin iba a distraerlos a todos. Sin embargo un grito respondió. Taemin había gritado tan fuerte que tuvo que cubrir sus oídos. Y bajar la cabeza. De inmediato Jonghyun  y Jinki se pusieron alerta y salieron en busca de un enemigo que no existía. Minho  se notaba más que alterado, e intentaba liberarse de las cadenas a las que Jonghyun  le había atado.
Entró por la ventana y agradeció a Kibum una vez más por haberle enseñado a abrir cerraduras. Su trabajo fue rápido y limpio, en segundos Minho  ya estaba libre. Minki debió plantearse lo que seguía y más al saber el apego que el lobo negro tenía con su hermano. Debió haber visto venir que en cuanto Minho  fuese libre entonces correría para socorrer a Taemin. En cuanto lo liberó, el lobo negro ya había salido de la habitación.
Minki lloriqueó un momento y salió tras Minho . Ahora entendía lo que era tratar con el lobo negro. Cambió a su forma felina y rápidamente le dio alcance. Justo a tiempo antes de que fuesen vistos por Jonghyun  y Jinki quiénes observaban enojados a Taemin.
—Él está bien. —cambió a su forma humana y empezó a jalar a Minho  hacia el auto de Jonghyun — me pidió que te sacara, él te verá en el auto.
Minki sonrió al sentir la camisa de Minho  cubriendo su desnudez. Un sentimiento de calidez lo albergó de inmediato.
Cuando Minho  entró en el auto, Minki terminó su trabajo y volvió a su habitación, encontrando en el camino a Jinki quien parecía saber el crimen cometido. Sin embargo el lobo pardo le dio una palmada al hombro y se fue.
Taemin entró al auto con sigilo. Debían partir de inmediato si quería que Jonghyun  no los siguiera. Entró y no tuvo tiempo de saludar, solo encendió el Lamborghini blanco y lo único que el auto dejó fue su rastro de polvo levantado a causa de los neumáticos.
Rio al imaginarse el rostro descompuesto de Jonghyun , hacer cabrearse a los demás era su pan de cada día.
—¿Estás bien? —sabía que Minho  estaba tras él pero incluso así saltó del susto al escucharlo.
—Sí —no despegó su vista de la carretera.
—Gritaste muy fuerte.
—Vi un insecto del tamaño de mi palma.
Al principio Taemin planeaba encontrar un conejo y matarlo para así manchar de sangre el suelo. De esa manera Jonghyun  se desmayaría por pensar que la sangre era de Kibum y tendrían mucho tiempo para salir. Cruel pero efectivo. Sin embargo al meter su mano en la madriguera lo que sacó fue un insecto de aspecto horrible y viscoso. Al final igual funcionó. Aunque a Taemin le habría encantado ver el rostro que Jonghyun  pondría.
—¿A dónde vamos? —Minho  procuraba hablar lo necesario y fundamental. Estaba en la cuerda floja con Taemin y cualquier error podría separarlos más— ¿Me vas a matar sin testigos?
—Si quisiera matarte primero te alimentaría bien para poder vender tus órganos —confesó Taemin.
—¿Entonces?
—Hablé con Minki antes de subir al auto y me dijo el lugar en el que se supone tienen a Kibum. Vamos a salvarlo.
Minho  abrió la boca de la sorpresa. Notaba a Taemin preocupado.
—No hago esto por Kibum, lo hago para salvar mi cabeza de la ira de Jonghyun .
Mentía. Minho  sabía que el guepardo mentía. Le encantaba haber descubierto aquel lado de Taemin. Sentía que poco a poco el guepardo le estaba dejando ver su ser completo.
—Cuando volvamos deberíamos casarnos —No debió haber dicho eso. Minho  se mordió la lengua enojado con su imprudencia.
—No —la respuesta fue rápida. Taemin ni siquiera lo había pensado— No quiero una familia en la que deba cuidar de alguien más. Los niños no me van.
Después de ello se quedó callado. Pensando en la manera de convencer a Taemin de estar a su lado. Claro que después de admitir su error con la loba.
Pronto el paisaje natural de árboles y tierra fue convirtiéndose en edificios a media construcción. Media hora de viaje hasta llegar al lugar y otra media hora para cambiar el paisaje a uno con edificios altos y bien cuidados con pinta de un barrio de los que un presidente podría usar. El asfalto en la carretera brillaba de lo limpio y las ventanas estaban tan limpias que podía ver lo que sucedía al otro lado. La acera estaba ocupada cada poco con diferentes personas trotando y niños paseando a sus perros. De pronto Minho  sentía que debió haber usado un traje para llegar a ese lugar. Algo que no hacía pues solo usaba un pantalón negro y zapatos. Su camisa se la había dado a Minki.
—Debemos visitar a alguien antes de ir a por Kibum —dijo Taemin antes de salir del auto y dirigirse a una casa de ladrillos y diseños blancos.
Minho  quedó asombrado por la decoración de aquel lugar, se notaba elegante y costosa.
Taemin se quedó en la puerta esperando a que está se abriera. Minho  lo veía desde el auto.
Cuando la puerta se abrió Taemin lanzó un golpe al rostro del hombre y Minho  se apresuró a salir para intentar detenerlo. No hizo falta pues de inmediato, después de darle un golpe el conflicto pareció terminar.
—Sigues golpeando como niña —dijo el desconocido, Minho  juraba haberlo visto antes— tienes puños de bebé.
—Y tú, sigues usando ese asqueroso perfume que Jessica te dio cuando fue su décimo día de novios —se burló Taemin— veo que traicionarme te dio  una casa bonita.
Aquella familiaridad removió algo en Minho , sintiendo como desencajaba en aquel lugar, en aquella amistad que parecía ser antigua. Tenía celos de la familiaridad que esos dos tenían. Por primera vez sintió que no sabía nada acerca de Taemin y eso pareció golpear justo en su orgullo.

ATTENTION {{adaptación 2min}}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora