#9- ¿Duro contra el muro?

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— Lujuria quieta, no te mortifiques tanto.— le dí un mordisco a mi dona de chocolate mientras gritaba girando en la silla de mi oficina.— No te preocupes, verás lo guapo y atractivo que es.

—¡¡JAU!!.— ladró mi perrita devorando otra dona, ésta perra es una zorra. No por nada tiene ése nombre.

Dos toques en la puerta y terminé de comerme la dona de un sólo bocado. Me levanté contenta de mi asiento sabiendo de quién se trataba y sin más la abrí.

— Señorita ya está aquí.— respondió mi secretaria. Porque sí, tengo una gracias a Axel.

— Perfecto Lia muchas gracias.— me dí la vuelta para coger la correa rosa de Lujuria para entrar al ascensor.

Estaba contenta, quería ver su rostro. Jajaja..

Mi perrita es cómo una doncella bien educada. Llegué al último piso pero antes me arreglé el cabello y el vestido. Estoy que me dan ganas de reír pero tengo que aguantarme aunque sea un poco. Camino con precisión por la inmensa sala fingiendo salir a la calle para comprarle algo a mi mascota pero me detuve al ver a Gerard con Blak a su lado.

Perfecto jiji.

— Hooo que desagradable sorpresa tenerte aquí.— lo miré con fastidio y él se detuvo delante mío. Me miraba desde arriba cómo si el fuera un ser superior.

— Buenos días a tí también Stella.— bajó sus lentes de Sol cuando sintió el brinco de Blak.— No lo puedo creer..— miró a mí perrita y luego a su perro. Que bien, ya hay química.

—¿Blak cariño cómo estás?.— me agaché a su altura sobándole la cabeza y éste me lamió la mano cosa que tomé cómo un saludo. Me levanté arreglando mi vestido y me despedí de él con una sonrisa maliciosa. Caminé con mi perrita hacia la puerta y me detuve en seco al escuchar a Gerard maldecir.

Y ahí me dí cuenta por qué. Balak no quiere caminar y está aferrado al piso mirando con tristeza a Lujuria. Pero conociendo a mi perra éso le divierte. La e educado muy bien con el hecho de no caer en tentaciones y ésta es toda un profesional.

- ¿Maldición Blak no me hagas ésto ahora?.- lo escuché tratando de que su perro obedeciera pero no fué posible. ¿Quién se resiste a los encantos de tal bombón cómo Lujuria?.- ¡¡Stella!!.- Lo escuché llamarme y una sonrisa maligna se formó en mi interior mientras que por fuera toda una víctima.

- ¿Si?.- respondí haciéndome la tonta.

- Se que ésto es cosa tuya..- me miró con fastidio y luego a mí perrita sentada a mi lado. Aveses creo que mi perra se pasa mucho con el drama. Está sentada a mi lado mirando a Blak cómo si la vida dependiera de ello. Me encanta jiji...

- ¿De que estás hablando?..- me crucé de brazos.

- Trajiste a tu perra a propósito para hacerme enojar. Mira cómo está mi perro por tu culpa.- señaló a su perro y yo me encogí de hombros.

- Yo no le veo nada. Sólo está enamorado.- sonreí de lado y Blak bajó su cabeza.

- ¿Que mierda estás hablando Stella?, no empieces con tus juegos. Ya estoy arto de tí.- cargó a Blak en brazos y me fulminó con la mirada.- Además no sé cómo entraste a tu perra.- me sonrió de lado apuntando un cartel en la pared.- En él dice bien claro que no se permiten animales.

- ¿Y me lo dices tú?.- le señalé a Blak.

- Mi amor yo soy Gerard Weiss.- me mira de arriba a abajo.

- Y a mí que me importa quien eres.- Ya a éste parece que le dió el síndrome de abeja: personas que se creen reinas y sólo son un simple bicho.

Luces Cámara Y ACCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora