#25 Hago el amor con garantía...

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Aistor..

Me dirijo hacía el balcón de mi casa sentándome en unas de las sillas. No sé por qué pero hoy hace un día precioso.

Sonrío.

- ¿Por qué será?.

- Lo noto muy feliz señor.- mi empleada llega hasta mí sosteniendo una bandeja con mi café.- Espero y le guste.- lo deja en la pequeña mesa de centro para luego retirarse.

-Veamos que hay de nuevo.- extiendo mi mano cogiendo el periódico. Lo primero que ven mis ojos de primer plano es a ésa mujer. ¿Cómo se llamaba?... Stella, cierto.- Vaya que eres imbécil primo.- niego con la cabeza sin dejar de mirar lo hermosa que es.- Otra mujer que no supiste valorar. La mujer que te destruirá lentamente.

Mi teléfono suena, descuelgo la llamada.

— Señor..—mi abogado.

— ¿Cómo fué todo?.

— ¡Hoo de maravilla!.— ríe.— me hubiera gustado que usted estuviera para que hubiera visto la cara y la expresión de Gerad.— sonrío. De verdad que me hubiera gustado verlo.— Por cierto.. ésa mujer que eligió para entregar sus acciones es magnífica he. Es toda una actriz. Caminaba con una decisión, fué tan hija de puta que se acercó a él y le arregló la corbata y se puso a sonreír en sus narices. ¿Lo puedes creer?. Levantaba la cabeza cada vez que hablaba o Gerard le insultaba. Nadie le vencía. Toda una puta diosa, sus expresiones y eran...— hace una pausa.— ¿Sabe una cosa? me lo estuve preguntando mentalmente en la junta. Es extraño. A Gerard no le importa a quién le des o hagas con tus acciones. Lo que le molesta es que se lo hayas dado a ésa chica, Stella. Al parecer los dos tenían algo.

Sonreí. Al parecer no fuí el único que se dió cuenta.

—En una cosa tienes razón.— tomé un sorbo de mi café.— Cuándo investigué a Stella Working no encontré nada relacionado con mi primo. De hecho no mencionaba nada de ninguna relación o algo así.— sonrío.— Ésa chica me sorprende. Ni siquiera lo publicaron ni se a enterado la prensa de su noviazgo. Ella sabía lo que hacía. Cada movimiento estaba planeado por ella. Que mentalidad.— mordí mi labio inferior. Mujeres así son únicas en el mundo. Piensan cómo hombre y actúan cómo damas. Gerard debe temerle porque después de herirla son de ésas que los mira y les sonríe.Ésas bestias son las más asesinas.— observo su foto en el periódico.

— ¿He?..¿de que bestia asesina habla señor?.

— Nada importante.— miro la hora en mi reloj.— Gracias por la información, después te llamo, tengo cosas que hacer.— cuelgo la llamada para guardar el celular en mi bolsillo.

Miro el extenso terreno de la mansión con el periódico todavía en la mano. No puedo dejar de mirarla. Ésa chica me gusta. Solamente he interactuando una vez con ella y ya me aceleró todo, y cuando digo todo me refiero al sin hueso también. Me gustan  las chicas hermosas, y más las de miradas sicópatas, cerebro creativo, personalidades magnéticas y uno que otro talento. Ella los tiene todo en uno.

Suspiro

— Tengo que parar.— apreté los puños arrugando el pedazo de papel en mi mano. Me he puesto duro de tan sólo imaginar. Paso mis manos por mi cabello.— Joderr

— ¡AISTOR!.— volteo encontrándome con mi primo. Sabía que no tardaría mucho en llegar.

— Que sorpresa.— me recuesto del barandal del balcón.— Es inusual que vengas a visitarme.

— ¡NO ME VENGAS CON ÉSAS MIERDAS QUE...— se detuvo mirando el rostro de Stella en el periódico y luego mi erección, negó apretando la mandíbula.— Eres un cerdo. ¡VETE A METER MANO IMAGINÁNDOTE A OTRA!.— se acercó a mí arrancandome bruscamente el periódico para lanzarlo a lo lejos.

Luces Cámara Y ACCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora