Corazón de cristal - Jude Bellingham

Capítulo 12

Sienna
Miércoles 8.15 a.m

Dejé a Archie en el colegio y corrí hacia la universidad. Iba tarde. Mis padres estaban trabajando y me ha tocado a mí encargarme de mi hermano. Eso no ha ido muy bien porque tengo clase dentro de 20 minutos y no tengo dinero para coger un taxi a si que me toca recorrer media ciudad a pie. La gente se quedaba mirándome cuando pasaba por su lado, lo que haría cualquiera al ver a una loca correr por una ciudad. Llegué a la universidad y subí los escalones intentando no tropezarme. El timbre sonó y aumenté mi velocidad haciendo que el poco aire que me quedaba disminuyera. Giré a la derecha y después a la izquierda intentando llegar a mi clase pero mi camino se vio interrumpido en cuanto caí al suelo.

—¿Estas bien? — Dijo el chico y me sorprendí al ver que mi cuerpo no había provocado que el suyo se moviera del sitio — Ven, te ayudo— Dijo extendiendome su mano y yo la acepté.

En frente mía tenía a un chico alto, 1,80 aproximadamente. Su piel era morena oscura, sus ojos eran grandes y de color negro a conjunto con sus rizos.

—Lo siento— Me disculpé avergonzada — Llegó tarde.

—No te preocupes, yo también voy tarde— Dijo — ¿A que clase vas? — Me preguntó.

—Derecho de la comunicación con la Srta. Margaret— Dije.

—Yo también voy a esa— Dijo y yo lo miré confundida.

No lo había visto nunca. Y juraría que no había ido nunca antes a mi clase. Tampoco tenía acento inglés

—Por cierto, soy Caio— Dijo con una sonrisa.

—Eh, Sienna— Le dije y le devolví la sonrisa — ¿Eres nuevo? — Le pregunté mientras andábamos y el asintió — No eres de aquí, ¿Verdad?

—No, soy de Brasil— Dijo — ¿Tan malo es mi acento? — Preguntó y yo reí — Mi familia y yo nos mudamos aquí por mis estudios— Dijo sin borrar su sonrisa.

—¿Qué estudias?— Le pregunté.

—Derecho— Me dijo con la misma sonrisa que antes— ¿Y tú?—

—Periodismo deportivo— Le dije devolviéndole una sonrisa.

—¿Te gusta el fútbol?— Dijo y yo asentí —Entonces ya quedaremos para verlo— Dijo y ambos reímos.

Entramos a la clase de la Srta. Margaret y no tardaron en mirarnos todos.

—Sienna Evans— Habló Margaret — ¿Creés que estas son horas de llegar?— Me dijo.

Claro que no señora, de hecho, me he recorrido varios kilómetros corriendo pero un grandullón se me ha puesto por delante provocando que me cayera y mírame ahora, estoy aquí con él.

Obviamente esto solo lo pensé.

Abrí mi boca para disculparme pero Caio se adelantó.

—Soy nuevo. Me perdí y ella me acompañó hasta aquí— Dijo provocando que lo mirara con algo de confusión —No es su culpa.

—Bien, sentaros— Dijo no muy convencida —Y la próxima vez no te entretengas con nadie, Evans.

Caio y yo nos sentamos en la última fila y saqué mi libreta para apuntar lo que Margaret iba diciendo.

—Que borde— Dijo Caio en voz baja.

—Pues acostúmbrate— Dije y el brasileño soltó una risa silenciosa.