Combate de Amor | Terminada y completa

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5 años mástarde

Para trabajar como fisioterapeuta se requiere una titulación de 4 años en fisioterapia. Rosa, Mónica y Saray se habían colegiado recientemente como fisioterapeutas. Las tres habían cursado juntas. Aunque Amparo empezó estudiando con ellas, al final decidió dejarlo en el segundo curso para poder centrarse en lo que realmente le apasionaba: la comida. Aspiraba a convertirse en chef. De momento, se conformaba con seguir siendo una Foddie, una de las personas que publicaban imágenes de todo lo que comían en las redes sociales junto con reseñas de comidas y establecimientos. Las cosas iban bien a las cuatro, pero Mónica y Saray quisieron dar un paso más adelante.

Esta vez fue Nerea la que quedó boquiabierta. La madrina de Saray estaba perpleja con todo lo que escuchaba, su hija y su amiga pusieron tiempo, ideas y dinero en su proyecto y parecía que estaba bien asentado.

—Explícame mejor eso del local, ¿qué habéis planteado? —los labios de Nerea se curvaron mientras formulaba la pregunta. Estaba realmente interesada en el proyecto de las dos.

—Lo primero que nos planteamos es la ubicación en la que abrir nuestro nuevo centro de trabajo, para ello pensamos dos posibles localidades cercanas a la actual y en las que actualmente no existe este tipo de servicio. Tras analizar varios puntos de las dos posibles ubicaciones finalmente nos decidimos por no abrir local, de momento, e intentarlo desde casa —explicó detalladamente Mónica.

­—La ausencia de capital y el modelo de negocio son las principales razones para elegir esta opción —reafirmó Saray.

—Bueno, esta es una decisión inteligente y meditada que me agrada, porque abrir una clínica vuestra ahora, si acabáis de iniciar vuestro negocio, puede ser el principio del fin. Todavía no tenéis clientes y los que conocen vuestro trabajo en la clínica en la que estáis trabajando, no todo el mundo correrá hacia vosotras, ¿me entendéis?

—Claro, Nere —Saray quería a Nerea, o «Nere» como le llamaba desde pequeña, como si fuera su propia madre—. Pero esperamos que a largo plazo lo podamos hacer. Sería muchísimo mejor tener nuestro propio local, pero la inversión es enorme. Ni Mónica ni yo tenemos ese dinero. No vamos a utilizar ningún tipo de financiación externa, ya que con nuestros fondos aportados hay capital suficiente para empezar por nuestra cuenta, dar de alta como autónomos y comprar algún material.

—Además —reforzó Mónica—, queremos invertir un capital importante en una máquina, la cual permite una recuperación más rápida, acelerando el metabolismo celular, mejorando la circulación y teniendo acción antiinflamatoria y cicatrizante. Esta máquina supondrá un gran salto de calidad para nuestro trabajo, ya que no es común encontrarla.

—Todo esto me parece genial, pero entendéis que, al principio, probablemente, no obtendréis dinero. ¿Estáis listas para dar ese paso y arriesgaros a que las cosas no salgan según lo planeado?

—Sí, mamá. Hemos pensado en todo. Esto es un pro, pero también puede ser un contra, es cierto, estamos dispuestas a avanzar y lograrlo.

—Muy bien, hija mía, si habéis pasado por el proceso de toma de decisiones y sopesado los pros y los contras, entonces estoy segura de que estáis listas para pensar en la mejor estrategia de negocio.

Nerea no dejaba de preocuparse por la iniciativa empresarial de su ahijada y de su amiga. Es cierto que estaba muy orgullosa de Saray, de todo lo que había estudiado, conquistado y superado en los últimos años, pero lanzar un negocio propio era demasiado arriesgado en los tiempos que corrían y eso no dejaba de darle cierto reparo. En cualquier caso, apoyaba a su sobrina de corazón, porque la tenía como tal, al cien por cien y la ayudaría en todo lo que necesitara. El motivo de elegir este paso era que ambas llevaban tres años trabajando en una clínica privada y los pacientes estaban encantados con su trabajo. Sin embargo, no estaba muy bien pagado por las horas que hacían y había muchas cosas que les hubiera gustado cambiar en el trato a los pacientes si ésa fuera su clínica. Así que la posibilidad de aumentar el volumen de trabajo mediante una nueva consulta o un proyecto como autónomos fue la motivación que les hizo dar este salto.