Capitulo 40

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Narra Michael.
Estaba bastante tranquilo componiendo, realmente estaba bastante feliz por mi matrimonio, Emma no estaba había ido al centro comercial con su hermana, íbamos a comer juntos con Frank estaba esperándola pero de repente llega Frank y se me hizo extraño.

- Michael. - Decía viéndome.

- Frank, aún no son las 2. - Miró su celular. - Por primera vez llegas temprano. - Decía burlón.

- No Michael, escúchame. - Se oía preocupado.

- Frank, que pasó? Por qué tienes esa cara. - Lo miraba pálido.

- Michael es Jordan, bueno su padre, Evan. -

- ¿Qué tienen ellos? - Preguntó confundido.

- Michael, Thomas me acaba de llamar hace una hora. - Frank no sabía cómo decirle.

- Thomas? El abogado? - Asintió Frank. - ¿Qué te dijo? Y que tiene que ver ellos? -

- Les llego una demanda por abuso sexual. - Soltó y Michael lo miró sorprendido.

- P..pero..como? No entiendo Frank. - Parecía confundido.

- Michael, acaban de ponerte una demanda por abuso sexual hacia Jordan. - Aclaró.

- No Frank, dime que es broma. - Dijo dándole la espalda.

- Michael, me encantaría que fuera una broma, pero jamas bromearia con algo así.- Frank sonaba triste.

- Que mierda! - Exclamó. - Les abrí las puertas de mi casa, de mi vida, les di la confianza, los ayude. - Estaba molesto. Sentía que su mundo se derrumbaba por dentro.

- Michael, 2 semanas tenemos para prepararnos, Thomas ya se está moviendo con los demás abogados desde que se enteraron. - Trataba de calmarlo.

- Frank, mi carrera se jodio se fue a la mierda, mis fans..- Exclamó triste.

- Michael, nada va pasar, cuando te declaren inocente todo va estar bien, tranquilízate. -

- Quiero estar solo, gracias. - Subió a la habitación y Frank subió detrás de él pero inútil, Michael ya se había encerrado y solo se escuchaba gritos de ira.

- Michael, por favor sal de ahí, trata de estar tranquilo. - Tocaba la puerta Frank.

- Señor Frank, ya se...- Se quedó callado Andrew, guardaespaldas de Mike. - Ya veo que ya se enteró. - Decía triste.

- Me da miedo que vaya a hacer algo Andrew, le hablaré a Emma. - Sacó su celular y le llamó a Emma....

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Narra Emma.
Falta un día para ir a juicios y verle la cara a esos mal agradecidos traidores.
Muchísima gente lo apoyaba, daba gracias a Dios por eso, Michael ni siquiera quería dormir en nuestra habitación, Neverland se sentía frío, triste, era diferente, así como Michael conmigo, no me miraba, me hablaba para lo básico y eso me estaba matando, no dormía podía oír como lloraba en la habitación de visitas, claro trato y traté de estar con él pero nunca me lo permitía
Era de noche, la 1am, noté que Michael no estaba en ninguna de las habitaciones supuse que había salido pero todos los coches estaban ahí, ya sabía dónde estaba. Camine a donde siempre se la pasaba cuando estaba de cualquier modo, ese árbol enorme donde a veces se trepaba o se sentaba a pensar y sí, ahí estaba.

- Si sigues ahí te vas a congelar, Michael. - Me senté junto a él en las raíces del árbol.

- q..que haces aquí? - Preguntó sin mirarme.

- Am, creo que vivo aquí, o será que estoy loca y me metí a una casa que no conozco? - Pregunté viéndo a todos lados y escuché una pequeña risita de él.

- Lo siento, me refería a que haces aquí conmigo, hace mucho frío te vas enfermar, ve a casa. - Miraba sus propias manos.

- No me iré hasta que te vengas conmigo. - Mire hacia enfrente.

- No puedo..sabes. - Iba a decir algo más pero mejor se quedó callado.

- Sabes que sí necesitas hablar con alguien estoy yo, ¿verdad? - Asintió. - Bien, cariño, sabes perfecto que estamos juntos en esto, no pienso dejarte solo menos ahorita, a pesar de que tú no me quieras ni siquiera ver, estaré contigo en cualquier momento.

- Perdón. - Soltó y me miró. - De verdad crees en mi? - Preguntó

- Bobo, yo creo en ti, creo en tu inocencia y es algo por lo que vamos a ir, tengamos que hacer lo que tengamos. Siempre voy a confirar y creerte. - Lo miré también.

- Perdóname, sé que no he sido el esposo que tú te mereces, me he comportado como un idiota, lo sé, pero no me he sentido con ningún ánimo. - Sus ojos estaban rojos de lo que había llorado

- Yo te entiendo Michael, no tengo nada que perdonarte, te amo y siempre estaré para ti pase lo que pase. - Le sonreí y le quite la lágrima que salía de esos ojos marrones.

- Eres la persona que más amo en este planeta, no soportaría estar mal contigo. - Me confesó y me regalo una sonrisa.

- Si supieras cuanto te amo, de verdad. - Le solté en un suspiro.

- Se ve muy enamorada señora Jackson. - Su tono era más tranquilo

- Ay es que fíjese que justo estoy enamorada, no se que me dió ese hombre, es alto, delgado, guapísimo por cierto eh. - Confesé Presumida.

- Es guapo? - Preguntó burlón.

- Guapísimo, si usted lo viera se enamoraría. - Soltó a reírse.

- Yo? Enamorarme de un hombre? - Pregunto riendo.

- Claro, es que es sexy con sus rizos bien definidos, ay Dios mio.- Me reí junto con él. - Extrañaba esto. -

- Yo te extrañaba a ti, no sabes cuanto, cuando termine esto te prometo que nos iremos de viaje, largas vacaciones. - Recargue mi cabeza en su hombro.

- Va terminar pronto y terminara muy bien.- Le dije segura.

- Sé que haremos buen trabajo, no creo que te guste este ambiente, a mi tampoco...pero vas a necesitar estar presente para testificar.- Me dijo mirándome.

- Lo sé cariño, no voy a faltar a ningún juicio. - Le regalé una sonrisa.

- Esa sonrisa me da mil años de vida. - Me devolvió la sonrisa

- A mi me da mil años de vida que estés más tranquilo. - Me paré y él hizo lo mismo. - Hace mucho frío, vamonos a la cama. - Le tome la mano y caminamos hacia la casa.

- Mañana nos espera un día difícil, pero contigo a mi lado será menos difícil. - Apretó mi mano. - Me siento seguro a tu lado.

- Te prometo que todo saldrá bien. - Estábamos en la puerta de la casa, me paré antes de entrar.

- ¿Qué pasa? - Preguntó viéndome.

- Nada, solo que tienes algo ahí. - Le dije viéndolo con detenimiento.

- ¿Qué? Ay no, un animal? ¡Quitámelo! - Dijo haciendo bizcos y yo reí.

- No bobito, no es ningún animal. - Me acerque más.

- Entonces que es? - Preguntó viéndome.

- Esto. - Lo besé de sorpresa, sus manos ya estaban en mi cintura, me acerco más a él, ese beso en verdad, en verdad se necesitaba.

- Te amo señora Jackson. - Me dió otro beso.

- Te amo señor casado. - Me sonrió y subimos a la habitación, después de días dormimos juntos por fin como la primera vez, abrazados.

Al día siguiente 7am.

- Te quería dar esto, te lo iba dar hace días pero decidí esperarme. - Le entregué una caja donde venia el brazalete que compré aquel día, no se lo había entregado.

- ¿Qué es, cariño? - Miró la caja sonriente.

La maquillista de Michael Jackson (CONCLUIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora