Chapitre Cinq

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Llegaron hasta los aposentos del Rey, no hace falta describir el cumulo de sensaciones entre el Rey y Ángeles mientras ambos caminaban .
El contacto que se produjo entre ambos cuerpos que daban pasos uno tan cerca del otro, esa masculinidad que profesaba Baldwin al proteger a Su Ángel y ella dejándose cuidar por el. Dios! En verdad fue un golpe duro en su rodilla o la puerta al cielo?

Esa electricidad que ahora se generaba cuando estaban uno cerca del otro.
Mirar tal imagén a cualquiera que dudase del amor a primera vista ,lo tendría que reconsiderar. Rosario quien los seguía desde lejos sin que ellos lo notaran, se pudo dar cuenta, sintió esa punzada que dice cuando algo anda bien y llegara a ser mejor.

Ella sabia que la aparición de Ángeles en el palacio era una bendición de Dios para compensar tanto sufrimiento en un Rey humilde y bondadoso que sufría en carne propia la cruz de ser un leproso.

Ananías abrió las puertas de los aposentos de Rey, aquellas puertas eran las más grandes que ella había visto, se imagino que tras de ellas había un aposento decorado con los mas finos muebles y las mas bellas pinturas. Al final no andaba lejos de la realidad.

Pase Mi Lady exclamo el Rey, Ananías hizo una reverencia a su Rey y cerro ambas puertas.

Ángeles dio un par de pasos asombrada por lo que tenia frente a ella, una gran estancia decoraba sus paredes con finas cortinas de damasco, el hermoso mármol que adornada el lugar en donde estaban parados, los muebles que sobresalían dejando resaltar la tapicería más fina, la cama del Rey con un hermoso dosel, de ella colgaban finas cortinas color pureza ellas cuidaban del sueño de Rey de Jerusalén, envolviéndolo en un fino manto mientras el se entregaba a la tierra de Morfeo, el Rey caminaba junto a ella, la sostuvo con firmeza y ternura para que ella pudiese apreciar lo que había captado su atención.

Ángeles se percato inmediato de su acción, carraspeo un poco la garganta y le dijo : Majestad sus aposentos son muy bellos, El Rey sonrió acentuando esos preciosos luceros azules. Había una pintura en especial que había captado su atención. En ella se miraba reflejado el Monte de los Olivos pintada de una forma tan hermosa que le genero un sentimiento profundo de paz. Había escuchado en algún sermón ,que en aquel lugar fue donde Jesús paso los últimos días de su vida y ascendió a los cielos. Baldwin se poso a su lado , Mi Lady esa hermosa pintura me da paz, sobretodo me siento cerca de mi Dios.

Ángeles sonrió y el Rey también.
Mi Lady me quedaría admirando junto a usted esta pintura, pero me es preciso que mis médicos la revisen.

Oh si lo olvida, disculpe su Majestad!
Por favor tenga la bondad de sentarse, dijo el Rey, en uno de los finos muebles el con suma delicadeza le ayudo para que descansase en el, en frente de ese bello mueble, estaba esa meza tan emblemática que contaban esos libros, la meza que ocupaba la distracción del Rey ahí estaba su juego de ajedrez. Ángeles sonrió muy lindamente, que Baldwin no pudo evitar preguntar, que es aquello que ha causado su sonrisa mi Lady?
Ella lo miro, y dijo: se que ese juego de ajedrez ocupa un lugar muy importante para usted.

Me conoce pensó el, sus pupilas se dilataron un poco , sus ojos estaban mas bellos de lo normal.

Le era imposible no confirmar en cada gesto y palabra que un amor puro estaba naciendo en el .

De repente se oye a Ananías afuera de los aposentos:
Su Majestad he traído a los médicos para que revisen a Lady Ángeles como usted lo ha ordenado.

Hacedlos pasar dijo el Rey.

Ananías abrió las puertas de los aposentos para que pudieran ingresar los médicos.
Dos figuras con turbantes y batas blancas se dispusieron a adentrarse. Ananías hizo una reverencia al Rey.

Mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora