Chapitre Neuf

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-No creo que exista mejor pretendiente, que un hombre culto, sabio, justo e inteligente. A demás no he visto unos ojos tan bellos como los que usted posee su majestad.
Usted seria el compañero ideal para cualquier mujer, si así llegara a acontecer ella solo seria la mujer más afortunada. Le dijo Ángeles . Sus ojos demostraban sinceridad, ellos se clavaron en los de Balduino.

Quien sintió una punzada profunda en su corazón.
Inés y Sibila no podían ocultar su asombro. ¿Cómo es que ella era una mujer que podía expresarse sin miedo? No era común que una mujer diera cumplidos a un hombre y menos delante de los demás.
Balduino sentía que habia subido al cielo, nunca nadie le habia dedicado unas palabras tan bellas. "Mis ojos hermosos pensó, un hombre culto sabio e inteligente" esas palabras sonaban en su mente, no podía creerlo. Indudablemente aquello hizo que el se enamorara más de ella, la dulzura y sinceridad con la que habia hablado lo habia cautivado. No había vuelta atrás. El la adoraba no encontró mentira en sus ojos almendrados, todo lo que acababa de decir sonó desde lo más profundo de su corazón.

El lo sintió, no se atrevió a cuestionarlo.
Inés y Sibila no se atrevieron a decir nada, ambas en su interior también se encontraban contentas, Sibila sabia desde la llegada de Ángeles que algo bueno pasaría. Inés por su parte habia confirmado que aquella jovén tenia sentimientos hacia el Rey. Mientras ambos seguían mirándose Inés y Sibila decidieron dejarlos solos sin que ellos se dieran cuenta.

Ángeles se atrevió a hablar mientras Balduino seguía perdido en su mirada. El se encontraba en el mismo cielo o al menos eso pensaba.

-Su Majestad lamento si lo incomode con mi comentario a veces soy un poco impulsiva y digo lo que siento y pienso.

Balduino sin dejar de mirarla le dijo:
- Me ha dejado asombrado mi Lady, nadie me ha habia dicho antes que poseo unos hermosos ojos, ¿no sé si se los ojos de un leproso le parezcan hermosos? le dijo entre risas. Ángeles al escucharlo se sintió mal,¿ cómo es posible que solo se defina así mismo como un leproso y que no vea nada más? Pensó para si misma. con su ceño fruncido le dijo:
-Su Majestad he de confirmarle nuevamente que sus ojos me parecen hermosos. La lepra que menciona no ha podido opacar el azul cielo de su mirada y la paz que irradia. El no se atrevió a decir nada. Solo se limito a sentir esas palabras en su corazón con la esperanza de que el momento no acabara.

Tan perdido estaba que no se dio cuenta que ya había transcurrido bastante tiempo desde que acepto pasar tiempo con Ángeles, su gracioso encuentro en el jardín y el baile que jamás olvidaría. Hoy no podré dormir pensó y no será por mi enfermedad que me acosa cada noche, será por ella. Por mi Ángel. ¿Cómo podría conciliar su sueño con todo lo que habia pasado? indudablemente el se habia enamorado de ella.
- Su Majestad, le dijo.
Haciendo que el volviera en si mismo.
- Disculpe mi Lady mis pensamientos me han absorbido, disculpe mi distracción musito con una sonrisa.

- No se preocupe su Majestad, creo que me ha dedicado suficiente tiempo hoy, no quisiera alejarlo completamente de sus deberes, aprecio esta mañana que he pasado junto a su compañía, ha sido muy placentera, le dijo con dulzura.

- Lady Ángeles he sido yo quien más ha disfrutado de su compañía, le agradezco a Dios y a usted por permitirme gozar de tan bella dama. Espero no sea la ultima vez, ya que tendré que aprovecharme de mi condición de Rey para solicitar su compañía y estaré muy agradecido de que usted acepte, de lo contrario será para mi una pena muy dura, me atrevería a decir que no se igualaría a mi padecer físico, pues ha este he podido acostumbrarme y con el tiempo resignarme , pero he descubierto que su presencia es vital para iluminar mi vida, no podría resignarme a perderla ni tampoco me acostumbraría. Por eso le pido que tenga compasión por este pobre y no le niegue la dicha de disfrutar de su compañía, le dijo Balduino muy firmemente sin dejar de verla a los ojos.

Mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora