Chapitre Sept

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Mi Rey en que problema se ha metido! pensaba para si Tiberias.



Inés era muy celosa en cuanto a las parejas de sus hijos. Ella hubiese querido que Sibila se casase con un hombre más digno que Guido. Y con Balduino deseaba con todas sus fuerzas que encontrase una mujer que lo amara y lo cuidara.

Sabia que la Haute Cour intervendría en las parejas de sus hijos tal y como lo hicieron con ella y eso le atormentaba, no quería que Balduino terminara con una mujer que no lo amara y que sintiera asco por el. Eso haría que el sufriera más.


Aunque los que padecían lepra en aquellos tiempos no se podían casar. Ella tenia la esperanza de que Dios escuchara sus ruegos, de que ocurriera ese milagro que Balduino se curara y que se casara y que tuviera una familia. A ella hace mucho que las diplomacias del Reino le habían dejado de importar. Quería que su hijo fuera feliz. Ella sabia que el necesitaba a alguien a su lado.



- Dime Tiberias que ha pasado en el Reino? Pregunto con mucha curiosidad mientras se adentraban al palacio.

- En realidad nada de lo que deba preocuparse dijo Tiberias rogando a Dios, que ella le creyera.

- Las cosas se encuentran bien? Los tratados y acuerdos de paz entre Saladino y mi hijo están siendo respetados?

- Si mi Lady, Dios esta siendo muy benevolente con Jerusalén y con nuestro Rey.



Inés asintió complacida.



- Mi hija Sibila se encuentra aquí con Guido, lo supe. Espero que ese hombre al menos la este tratando bien. Pobre mi preciosa hija que desdicha para ella haberse casado con semejante patán.



Tiberias no dijo nada, pues ella tenia razón. La hermosa Sibila sufría mucho a causa de ese matrimonio arreglado


Era muy desdichada, solía venir muy seguido al Palacio de Balduino para encontrar consuelo ahí, aunque muchas veces el descarado de Guido la seguía, con la excusa de querer estar con ella, cuando en realidad lo hacia para mirar lo que sucedía en el Palacio de Balduino, cada vez miraba más cerca el deceso de este y cuando eso pasara el se convertiría en el Rey. Como anhelaba la muerte de Balduino.



Inés observaba mientras caminaba como los guardias y la servidumbre del Palacio murmuraban cosas, le pareció extraño. Pues ni siquiera notaban la presencia de ella recorriendo el palacio. Algo mas pasa pensó!

No estaba equivocada, el Rey estaba con una dama y eso era algo que había causado gran impresión en las personas del palacio, logrando que cada uno hiciera suposiciones, algunos con alegría y otros con recelo . Algunos no dejaban de ver la llegada de Ángeles como algo malo.



-Tiberias llévame a la sala de las ceremonias, me parece que algo esta pasando ahí y ni tu ni yo nos hemos dado cuenta.




Tiberias suspiro, no sabia lo que se encontraría ahí. Pero lo sospechaba



Él asintió.


Sígame mi Lady le dijo.



Al llegar ambos quedaron con la boca abierta al ver la escena.


El Rey y Ángeles moviéndose uno tan cerca del otro, ella recargada en su pecho, el la tomaba de la cintura, no dejando que existiera algún espacio entre los dos. Ella todavía tarareaba ese Danubio.


Que escena más cautivadora y romántica.


Tiberias por dentro se reía y se encontraba contento. Su admirado y querido Rey de verdad estaba cortejando con una dama y era Ángeles eso lo alegraba más. Pues ella no le causaba desconfianza en ningún aspecto.



Inés estaba atónita no sabiendo muy bien que pensar.



Tiberias cayo en la realidad y se comenzó a preocupar. Llevándose la mano a la frente en señal de preocupación.

Mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora