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26-Marzo-2025.

—Lamento la demora, hay un tráfico horrible—. Yelena levantó la vista, sorprendida, al escuchar la voz de Pietro. El hombre solo besó su mejilla con rapidez y se sentó frente a ella en la mesa de aquel restaurante.

—No hay problema. Tampoco iba a ofenderme si decidías no venir—. Comentó, mientras le acariciaba la mano, como lo haría cualquier mujer con su pareja.

—Estamos en una misión y conseguimos la ubicación de un buen objetivo ¿por qué no vendría?— No esperó respuesta, solo quitó su mano y siguió hablando—. Si es por lo de la otra noche, tranquila, no mezclo mi vida privada con la laboral, y espero que tu tampoco lo hagas—. Aclaró, mientras se enderezaba y llamaba al mozo para hacer su pedido.

—No, claro que no...— La rusa bajó la mirada y se mantuvo callada por un rato, pensando exactamente qué decir.

—Entonces ¿el plan es cenar aquí y esperar a que este tipo... Starkovsky se vaya para poder interrogarlo?

—Sí.

—Pudimos haberlo esperado afuera...

—Lo sé, pero desde aquí podemos escucharlo y verlo mejor. Además, creí que sería buena idea cenar juntos y conversar—. Un intento de sonrisa se pintó en su rostro, a lo que Pietro frunció el ceño. Ya no se sentía cómodo y realmente estaba confundido.

—¿Ahora quieres hablar? ¿Después de que saliste corriendo? ¿Crées que fue sencillo decirte lo que siento, para que solo me dejaras ahí y me ignoraras por dos días?

—Piet...

—Ahora finges demencia, organizas esta cena, actúas como si nada y me ves con esos ojos... esos ojos que me matan, que me hacen creer que sí me quieres ¿qué deseas de mi? ¿Qué esperas? ¿Quieres que vuelva a declararme para poder rechazarme en público?

—Oye, tampoco es fácil para mi.

—Oh, claro que no—. Ironizó—. No debe ser nada fácil tener a alguien en la palma de tu mano y hacer de esa persona lo que quieras ¿verdad? Por el amor de Dios, no me des más vueltas, dime si solo me ves como un amigo, si no me soportas, dime si me odias o lo que sea, pero dime la verdad. Juro que puedo soportar cualquier respuesta, pero no puedo sobrevivir a más juegos... estás lastimándome, Yelena.

Aquellas últimas palabras salieron de su boca completamente rotas, quebrando su voz. Pietro jamás se había sentido tan expuesto a una persona, él solo era un libro abierto ante la preciosa mirada verde de su compañera.

En un rápido movimiento, la rubia se levantó un poco de su asiento, lo tomó de la camisa y lo acercó peligrosamente a su rostro. Nadie más lo notó, pero el hombre sabía que había una filosa daga muy cerca de su cuello.

—A partir de este momento, solo quiero que quede clara una cosa—. Habló con voz firme—. Después de mi hijo, tú, Maximoff, eres la persona que más me importa en este absurdo mundo—. Acto seguido, juntó sus labios en un beso.

Al separarse, la rusa salió caminando hacia el tocador, dejando a Pietro impactado, sonrojado y con una sonrisa tonta pintada en su rostro.

***

Pepper cerró suavemente la puerta de la habitación de Morgan y regresó a la sala, sin embargo, escuchó entrar a alguien por la cocina.

—Buenas noches—. Saludó.

—¡Santas papas fritas!— Chilló April—. Casi me da un infarto. Buenas noches mamá.

—¿Qué hora es?— Preguntó con seriedad.

Avengers: Social Media 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora