Avengers: Social Media 2.

#3

1-Noviembre-2024.

Cassie levantó la vista de su tarea al escuchar que alguien ingresaba a la habitación.

—Hola—. Saludó.

—Hola—. Respondió April con la voz apagada. Arrojó su bolso y abrigo al suelo y arrastró los pies hasta su cama, sobre la cual se tiró de cara.

—¿Mal día para ser universitaria?

—Y fue jodidamente largo—. Dijo, mientras bostezaba—. Además, con las "visitas" de anoche, apenas pude dormir y estoy completamente agotada.

—Deberías aprovechar ahora para descansar un poco, a las seis tenemos una reunión con el Profesor Xavier—. Le recordó pero, al volver a mirarla, confirmó que la castaña ya estaba profundamente dormida.

Se levantó de la silla, le quitó con cuidado los zapatos a su amiga, recogió las cosas que ella había dejado caer, las acomodó y apagó las luces. Luego, tomó nuevamente su tarea y salió de la habitación en silencio.
Recorrió los pasillos de la zona residencial, hasta llegar a la cocina la cual, como nunca, estaba vacía. Se acomodó en uno de los bancos altos, junto a la barra del desayuno y se propuso terminar con aquellos ejercicios que estaban volviéndola loca.

—¿Necesitas ayuda?— Dió un brinco en su lugar al escuchar una voz masculina que le hablaba.

—¡Harley! Dios, casi me das un infarto—. Exclamó con una mano en el pecho.

—Lo siento, no quise asustarte—. Se disculpó el mayor, mientras se agachaba para levantar un par de hojas y lápices que se le habían caído a ella.

—Está bien, no te preocupes, yo estaba distraída—. Respondió, aceptando la ayuda que él le brindaba.

—¿Quieres que te ayude con eso?— Preguntó de nuevo, apuntando con una mano la tarea a medio hacer.

—Eh... sí, creo que me vendría bien otro cerebro—. Rió nerviosa, mientras el rubio se sentaba en el banco que estaba a su izquierda.

—¿Qué asignatura es?

—Literatura. Debo escribir una poesía relacionando algunos términos, pero no tengo ni siquiera una pizca de inspiración.

—Hubiese preferido que me dijeras que era cualquier otra, excepto esa—. Bromeó.

—Le pediría ayuda a tu hermana, pero apenas ha llegado a la cama y se ha dormido.

—No crezcas nunca, Cass, no querrás ser una universitaria ojerosa como April.

—Demasiado tarde—. Dijo con una risita—. No olvides que ya no tengo doce Harley, tengo diecisiete.

—Oh sí, lo sé. Créeme.

La chica lo observó, extrañada por el tono de voz que él había utilizado para decir aquella última frase. Los ojos centelleantes del joven se conectaron con los suyos durante unos segundos y luego bajaron hasta sus labios. El rubio sintió el impulso de besarla, pues de verdad quería probar aquella boca y comprobar si su teoría de que sabía a caramelo era cierta.

Si de él dependiera, ya habría realizado su cometido. Pero una voz en su interior (la cual sonaba demasiado similar a la de su mejor amiga) le advirtió que se no lo hiciera, que era un error actuar de manera tan impulsiva. Por lo tanto, se obligó a si mismo a dejar de mirarla y a concentrarse solamente en lo que estaba escrito en su cuaderno.

—Creo que... que deberíamos empezar ¿no?— Preguntó. Cassie simplemente asintió y tomó un lápiz, mientras intentaba cubrir su sonrojado rostro detrás de una cortina de cabello.