Avengers: Social Media 2.

#7

⚠️ ¡Advertencia!⚠️

1) Este capítulo y el siguiente contienen descripciones de violencia un tanto más explícitas que las que suelo escribir. Además de mencionarse temas sensibles como el alcoholismo y el suicidio. Mi intención en ningún momento es promover este tipo de cosas. Por lo tanto, cada uno es libre de leer bajo su propio riesgo.

2) Parte del capítulo va a ser una especie de flashback, para que ustedes puedan reconocerlo y no se generen confusiones, dicho flashback aparecerá con esta letra.

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Giró en la cama en busca de algo de calor pero no tuvo éxito, estaba completamente solo. Abrió lentamente los ojos, intentando que estos se acostumbraron a la luz del ambiente, al mismo tiempo que masajeaba su cabeza, pues sentía que iba a explotarle.

—Buenos días dormilón—. La voz de su novia llegó hasta sus oídos desde el baño— ¿Qué tal estuvo tu noche?

—Bastante agotadora... o eso creo—. Murmuró, mientras intentaba recordar qué es lo que había estado viviendo un par de horas atrás.

Levantó la vista, encontrándose con unos brillantes ojos celestes que causaron que un escalofrío recorriera su espalda.

—Creo que deberías dejar de hacer que te golpeen tan fuerte—. Comentó con gracia la joven, para luego darle un corto beso en los labios—. Iré a preparar el desayuno.

Sin decir nada más, salió de la habitación con una sonrisa radiante. Peter se quedó un par de segundos con la vista fija en la puerta por la que ella había salido, como si se hubiese quedado hipnotizado; pero el rugir de su estómago lo despertó del ensueño. Se quitó las sábanas y mantas de encima, bajó de la cama y entró al baño para darse una ducha rápida. En el proceso notó que tenía un par de cicatrices en su cuerpo que no recordaba haber visto nunca antes, de hecho, ni siquiera recordaba cómo se las había causado. Le restó importancia al asunto y continuó rápidamente con su rutina.

Una vez que estuvo listo, salió de la habitación, recorriendo los pasillos de la base hasta llegar a la cocina, la cuál estaba bastante más silenciosa que de costumbre.

—Buenos días Peter—. Lo saludó Natasha, quien parecía estar terminando de desayunar.

—Hola...

—¿Todo en orden?— La rusa se acercó a él y puso la mano derecha sobre su frente—. Tu temperatura está bien, no parece que tengas fiebre.

—Sí, estoy bien, solo me siento algo mareado—, contestó.

—De acuerdo, cuídate niño, no quiero a nadie enfermo durante esta época—. Le regaló una sonrisa maternal y salió del lugar.

—Tengo una orden de latte y una rebanada de pastel que logré esconder en el refrigerador ¿quieres, guapo?— El castaño asintió y su novia depositó el desayuno para ambos sobre la mesa, mientras que se sentaba a su lado.

—Me gusta—. Comentó después de algunos minutos, mientras acariciaba con cariño las puntas del cabello de la joven, las cuales apenas rozaban sus hombros—. El rosa es lindo.

—Peter, mi cabello ha estado así desde hace meses ¡incluso fuiste conmigo a la peluquería!— Rió ella, a lo que el chico solo pudo mirarla con clara confusión— ¿en verdad no lo recuerdas?

—Sabes que yo no miento, Gwen.

El rostro de la rubia se puso serio, y ella se enderezó en su lugar.