Avengers: Social Media 2.

#14

27-Febrero-2025.

Chat Peter y April.

Mi Ángel💕: ¡Heeeey!

Mi Ángel💕: ¿Cómo estás cariño? ¿Quieres que te llame mientras termino de preparar un informe para mañana?🥺🥰

Princesa💕:
Hola pequeña arañita dueña de mi corazón❣

Princesa💕:
Lo siento, hoy no... estoy en casa de mi compañera, estamos haciendo una presentación que debemos entregar en unos días ¿recuerdas?

Mi Ángel💕: Ahhh... cierto☹

Mi Ángel💕: Te quedarás a dormir ¿verdad? Es muy tarde...

Princesa💕:
Sip, mañana vamos directo a la escuela😁

Mi Ángel💕: Está bien, que descanses mi amor🥰

Mi Ángel💕: Te amoooo❣

Princesa💕:
Te amooooo, descansa cariño🤍

***

—Bien, a seguir—. Se dijo a sí misma la castaña, una vez que cerró el chat con su novio en el reloj (puesto que su celular lo había dejado en casa de su compañera, donde se suponía que estaba).

Se aseguró de que el maquillaje se viera convincente y acomodó de mejor forma la peluca que traía puesta, mientras caminaba por el helado techo de un edificio en Hell's Kitchen y se asomaba por la cornisa, observando atentamente a las cinco personas que acababan de encontrarse "casualmente" en la calle de enfrente.

—Karen, querida, se mis oídos—. Pidió.

—Enseguida, señorita Stark—. Solo unos segundos después, las voces empezaron a escucharse claramente por el auricular en su oreja.

—No olvides grabarlo.

—Para nada.

Después de un par de minutos, se acomodó en su lugar, pues estaban dándole calambres y suspiró. Llevaba varias semanas detrás de esos sujetos, y estaba segura de que tenían relación con una organización criminal que se había vuelto muy poderosa después del blip de Thanos. Sin embargo, sus movimientos estaban bien cubiertos y eran cautelosos incluso al comunicarse por internet, por lo que era demasiado difícil seguirles el rastro y llegar hasta los "peces gordos".

—¿Esto es todo? Es apenas la mitad de lo acordado.

—Dijo que te dará el doble si la nueva adquisición llega segura.

—¿Quién dijo eso? ¿Cómo se que no estás engañándome, idiota?

—Madame fue quien lo dijo.

—Yo no trabajo para ella, mi jefe es Kingpin. Su palabra no vale nada para mi.

No había pasado ni un segundo, cuando el celular del último hombre sonó.

—¿Señor?

—¿Por qué estás dudando de su palabra?— April apenas podía escuchar, pero aquella voz la hizo temblar.

—No-yo no estaba-

—No me interesa. Yo confío en Madame y estamos trabajando juntos. Haz lo que te dice.

—Si señor, disculpe las molestias.

La comunicación se cortó y los hombres intercambiaron algunas palabras más antes de irse cada uno por su lado, como cuando habían llegado.