Conmigo...
Felix no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien. No sabía si estaba teniendo algún efecto. No sabía nada. Pero aun así seguía a horcajadas sobre aquel hombre, descargando todo su peso sobre sus dos manos unidas en su pecho.
Su corazón había dejado de latir.
Y por la línea continua que se veía en el monitor, unido al insistente pitido que laceraba sus oídos, sabía que lo que estaba haciendo bien podría ser inútil.
—¡Dopamina! ¡Pónganle la dopamina!— escuchaba los gritos de Minho, él solo seguía presionando, con todas sus fuerzas, como le habían dicho.
—¡Hazlo más duro!— sintió que Hyunjin tocaba su pierna.— ¡No importa si le rompes una costilla!
Felix se giró para mirarlo con los ojos muy abiertos. Su pelo brincando sobre su sudada frente.
—¿Qué es mejor: un paro cardíaco o una fractura costal?— Hyunjin lo miró con las cejas alzadas.
Eso fue todo lo que tuvo que decirle. Puso más fuerza en lo que estaba haciendo. Mirando fijamente el monitor, como si hacerlo fuera a intimidarlo para que funcionara. Pero todo dependía de aquel hombre, de las ganas que tuviera de vivir.
—¿Ya le pusiste volumen, Hyun?— preguntó Minho, con una jeringuilla en la mano.
—Sí.
Minho entonces introdujo el medicamento en una de las venas que habían sido canalizadas.
—Sigue con lo que estás haciendo, Felix.— le indicó Minho y Felix sintió como la camilla comenzaba a moverse aun con él encima. Había visto eso mucho veces en la televisión pero nunca pensó que fuera a hacerlo. De repente el monitor interrumpió su pitido.
—¡Tenemos un latido! ¡Sigue, Felix!— de repente otro latido. Un poco irregulares y débiles pero los latidos del corazón de aquel hombre comenzaban a hacerse presentes. Felix sonrió como nunca lo había hecho. Se irguió sobre la camilla y vio con inmensa felicidad como la línea dentada de aquel monitor portátil representaba la vida que había recuperado. No podía dejar de sonreír, a pesar de que aun aquel hombre seguía en peligro, su corazón estaba latiendo, se estaba moviendo. Estaba llevando la poca sangre que quedaba dentro de aquel cuerpo a todos los rincones. Estaba latiendo. ¡Diablos, estaba latiendo!
—Ya... bájate.— le indicó Hyun, introduciendo la camilla en el ascensor. Entró, junto con los demás doctores que habían aparecido después, las puertas se cerraron dejando a Felix y a Minho allí.
—¿No tenemos que ir?
—No, ya a partir de ahora le toca a los cirujanos.— Minho puso una mano en su hombro y lo convidó a darse la vuelta y desandar el camino que habían recorrido mientras corrían con la camilla. Volvieron al cuerpo de guardia, donde todo había vuelto a la calma. Felix no pudo evitar sobrecogerse ante todo lo que había sucedido. No habían sido ni diez minutos de accionar convulso. Todo había sido tan rápido. Por alguna razón tenía ganas de llorar. Se sentía extraño. Muchas cosas se agolpaban en el interior de su mente. Era un lío, todo un desastre. Su pecho le dolía y su garganta se sentía como si tuviera algo que impidiera el paso de su saliva. Minho se detuvo, aun con su mano puesta en su hombro.
—¿Felix?— lo llamó suavemente. El chico miraba al suelo. No debería haberlo hecho. Ahora se había percatado de que todas sus ropas estaban llenas de sangre. Tuvo que ahogar el fuerte sollozo que subió hasta sus labios, pero las lágrimas... las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas completamente fuera de control.— Oye... hey... hey...— Minho se puso frente a él y lo obligó a mirarlo a los ojos. El rostro de Felix era un desastre de lágrimas. Fue imposible para Minho no abrazarlo con fuerza. Dejar que apoyara su rostro en el ángulo de su cuello.— No llores. No llores...— comenzó a acariciar su cabello mientras notaba como la espalda de Felix se contraía violentamente con cada sollozo.— Tranquilo, Felix... tranquilo... lo hiciste bien. Lo hiciste muy bien. Salvaste su vida, Felix. Le diste una segunda oportunidad ¿no se siente genial?— Felix asintió, aun llorando.— Entiendo que fue demasiado para ti. Disculpa por haberte empujado hasta el extremo. Pero está bien. Todo está bien. Eres un buen médico, Felix. Estoy orgulloso de ti.— Minho lo apretó con más fuerza y suspiró. Solo imaginar todo lo que pasaba en el corazón de Felix era sobrecogedor. Tenía ganas de abrazarlo para siempre, hasta que se calmara y no tuviera más inseguridades, hasta que ya nada lo alterara, hasta que se sintiera tranquilo y capaz de afrontarlo todo.
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White Thrill - Minlix
FanficFelix acaba de pasar por la primera ruptura de su vida. Para él, es algo demasiado nuevo, demasiado desconocido y, sin dudas, difícil de manejar. Pero, obviamente, los amigos de Felix no van a dejar que su tristeza se apodere de él. Sin embargo, lo...
