26 - 初かしいさ

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vergüenza...

Bien... ¿Y ahora qué?

Felix no podía evitar preguntarse eso mientras observaba como Minho, del otro lado de la mesa, comía su cena mientras hojeaba una revista de medicina, absolutamente concentrado y tranquilo, con total normalidad. Mientras tanto, Felix sentía que se le iba a salir el corazón del pecho con tanto nerviosismo.

Ahora eran novios ¿No?

Eran novios ¿verdad?

Felix tenía un montón de dudas en su cabeza en ese instante, tantas que hacían que su estómago se revolviera y su sopa ya no le pareciera tan deliciosa.

Si él y Minho eran novios entonces... ¿Qué tenía que hacer? ¿Habría algo en específico que tendría que decirle? ¿O hacerle?

Debería haberle prestado más atención a Jisung y a Jeongin cuando hablaban de chicos. Pero bueno... nunca pensó que estaría en una situación como esa. Además, Minho era mucho mayor que él. Bueno... no tanto. Seis o siete años no era mucho. Al menos Felix no lo sentía así. Le gustaba el ligero aire de madurez que Minho tenia de vez en cuando, pero también le gustaba como a veces se sentía junto a él de la misma forma que se sentía junto a alguien de su edad. Minho tenía ese encanto.

Aun así, él seguía sin tener la más mínima idea de cómo actuar ahora alrededor de Minho. Para colmo estaban solos en su casa. Es verdad que Felix estaba bien enfermo, pero, aun así, se sentía nervioso. Tenía miedo de hacer algo que le desagradara a Minho. Tenía miedo de que el encantamiento se rompiera de repente y Minho se diera cuenta de que él solo era un mocoso irritante, cuya inexperiencia probablemente resultara estresante. Nunca había estado tan nervioso en su vida.

—¿Hay algo mal con la sopa? ¿Te sientes mal?

La voz de Minho lo trajo de vuelta y descubrió que el residente lo miraba por encima de la montura de sus lentes.

—No so-solo... mi estómago.

—¿Tienes náuseas?— Minho hizo ademán de ponerse de pie, probablemente para buscar algún medicamento.

—No, no... es solo que... creo q aun no estoy listo para comer algo así.

—Deberías haber dejado que te preparara algo menos sazonado.— Minho se levantó definitivamente y tomó el plato casi sin tocar de Felix.— ¿Prefieres otra ensalada de frutas?

—No, yo...

—Tienes que comer, Felix.— Minho lo interrumpió, endureciendo ligeramente su voz.

—Sí, pero...

—Felix...

—Está bien.

En efecto, estaba actuando como un perfecto imbécil malcriado y todo por sus nervios de mierda. A este paso Minho lo iba a mandar a volar antes de que cumplieran una semana.

—Voy a ir preparando tu baño. Dame unos minutos.— le pidió Minho desde la cocina.— Enseguida te llevo la ensalada.

—De acuerdo.— Felix le contestó alzando un poco la voz, lo que lo hizo tener un nuevo absceso de tos, pero ya no importaba, se estaba acostumbrando incluso. Tomó un sorbo de agua y miró de reojo el plato de Minho. Aun no terminaba de comer y, sin embargo, se había levantado para atenderlo a él. Si seguía así iba a ser demasiada carga para Minho y eso era lo que menos quería.

Observó como Minho iba hasta el baño, lucía un poco atareado, como si quisiera terminar las cosas rápido. En esa situación, lo menos que podía hacer Felix, era preparar su propia comida.

Fue hasta la cocina y tomó algunas frutas del frutero. Tampoco había que ser un experto, solo tenía que pelarlas y picarlas. Incluso él podría hacer eso. Después de todo, Lee Felix era un chico independiente.

White Thrill - MinlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora