30 - 煩雑

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confuso...

—Recuerda que no deberías desayunar. — Minho detuvo a Felix justo antes de que se sirviera jugo en un vaso, arrebatándole lo que tenía en sus manos. Felix chasqueó la lengua al recordarlo y se dirigió a la mesa, dispuesto a sentarse y a observar a Minho mientras desayunaba.

El residente lo miró, divertido, notando el pequeño puchero que hacían los labios de Felix. Guardó la caja de jugo de vuelta a la nevera y fue hasta donde estaba su novio.

— ¿Qué tal si hacemos una cosa? — le preguntó, poniendo sus manos en los hombros del menor, haciendo que este estirara el cuello hacia atrás para poder mirarlo.

— ¿El qué?

—Vayamos a hacerte esos análisis cuanto antes y cuando terminemos vamos juntos a desayunar.

La mirada de Felix se iluminó en cuanto entendió lo que las palabras de Minho implicaban. Significaba que saldrían juntos a comer, sería algo así como su primera cita y Felix no supo hasta ese momento cuánto anhelaba hacer algo así con Minho. Sin embargo, Felix no era ingenuo, sabía que había más cosas que solo sus deseos.

—Pero... ¿No tienes que ir a trabajar? Ya llevas muchos días ausentándote y dejándole todo tu trabajo a Chan y a Sehun. No tienes que...

—Si te lo digo es porque está bien, Felix. Hoy estoy de guardia, de todas maneras, mi jornada de trabajo oficial no comienza hasta las cuatro de la tarde. Así que técnicamente tengo todo el día para ti.

— ¿En serio?

Minho asintió.

— ¿Entonces hoy me dejarás en mi casa?

Minho sonrió y se inclinó para besar la frente de Felix por encima de su flequillo pelirrojo.

—Puedes quedarte aquí. Incluso podrías pedirle a Jisung que te haga compañía. No me importa que estén aquí. Así de paso, él te puede poner el medicamento de por la noche.

Felix retiró la vista, pensativo. No le agradaba mucho la idea de seguir molestando en casa de Minho, pero, por otra parte, realmente quería pasar el día con él, y sabía que si se ponía a molestar con esos detalles, probablemente Minho encontrara alguna forma de convencerlo, así que ¿Por qué no aceptar de una vez y ya?

—Está bien. — le sonrió. — Pero vayamos rápido, tengo hambre.

—Serán solo unos minutos. Tranquilo. En cuanto terminemos te llevaré a desayunar lo que quieras y después podemos ir a dar una vuelta por ahí.

—Lo sé. — Felix se levantó y se acercó para rodear la cintura de Minho con sus brazos. Poco a poco había ido ganando más confianza al tocar a Minho. Podía hacerlo sin recelos, aun cuando sabía que cada uno de esos breves gestos denotaban sus ganas de tenerlo cerca. Antes le habría molestado que se notaran sus sentimientos, pero ahora solo quería, en la medida de lo posible, que Minho supiera que quería estar con él, que le gustaba su compañía, y sí ¿por qué no? Que también quería su cuerpo junto al suyo. — ¿Adónde iremos a comer?

—Una cosa a la vez. — Minho acarició los brazos de Felix alrededor de él. — Cuando salgamos del hospital verás a donde iremos.

— ¿Estás tratando de darme algún tipo de sorpresa?

—No tanto, solo no quiero que las cosas sean predecibles. No quiero que te vayas a aburrir de mí. Hay que darle un lugar a la expectación.

—Vaya, aparte de perfecto que eres, también hablas bonito. — se burló Felix.

—Es lo mínimo que tengo que ser para poderme permitir un novio como el que tengo.

Felix sonrió a medida que sus mejillas se fueron tornando rosáceas.

White Thrill - MinlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora