33 - 決める

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...decidir

Felix ya había dado un par de vueltas por el cuerpo de guardia, pero Minho no aparecía por ninguna parte. Eso le extrañó un poco, así que decidió escribirle antes de terminar dando vueltas por todo el hospital como un idiota.

No tardó en recibir una respuesta indicándole que estaba en una de las salas. Felix fue rápidamente hacia el ascensor y marcó el último piso, tal vez con un poco de impaciencia. Nunca, a no ser cuando se quedó de guardia, había estado en el hospital tan temprano. Faltaban un par de minutos para las seis y media y los pasillos además de desiertos, se sentían más tenebrosos que en otros horarios. Felix corrió del ascensor hasta las salas, casi chocando con Minho cuando torció en el pasillo. El residente lo recibió en sus brazos y Felix ahogó un pequeño grito contra su pecho. Se había asustado más de lo que pensaba.

—¿Tan feo estoy?— bromeó Minho mientras enredaba sus dedos en el cabello de Felix y lo acariciaba, aun sujetándolo contra sí. Obtuvo un golpe a modo de respuesta y enseguida sintió como el menor se relajaba entre sus brazos y rodeaba su espalda, correspondiendo al improvisado abrazo.

—No.— murmuró, sintiendo la colonia del mayor.— Eres lo más lejano a feo que hay en este hospital.

Minho sonrió y se dio la vuelta, aun dándole un abrazo de oso al delgado chico y empezó a caminar, arrastrándolo con algo de esfuerzo, de vuelta a la sala.

—Oye...— Felix se rio y sacó la cabeza de la bata de Minho.— Nos vamos a caer.

—Ok.— fue la breve respuesta del residente, quien, acto seguido sujetó la cintura de Felix y lo alzó del suelo, haciendo que este, instintivamente se sujetara de él y rodeara sus muslos con sus piernas para no caerse.

—¿Qué haces?— a Felix le era difícil contener la risa.— Estamos en el hospital.

—Tienes razón. Así que lo mejor será que no hagas mucho ruido. ¿No querrás que nos vea alguien en esta comprometedora posición?

—¿Comprometedora?— Felix aún tenía una leve sonrisa.-Solo me estás cargando. ¿Qué hay de comprometedor en eso?

Minho mordió su labio inferior, travieso, y se giró rápidamente para estampar la espalda de Felix contra la pared más cercana, sintiendo como el menor dejaba salir el aire, sorprendido.

—Minho...

—¿Ahora sí es lo suficientemente comprometedora?— las manos del mayor viajaron por sus muslos hasta sus nalgas, sujetando su peso a la vez que acercaba su rostro hasta casi rozar sus narices juntas. Notó como las mejillas de Felix se teñían de un rojo bastante intenso con la nueva posición.— ¿O hay que ser más audaces?

—Minho...— Felix se removió un poco, haciendo sin querer que su cuerpo se frotara contra el de Minho, quien lo tenía fuertemente sujeto contra la pared.-...estamos en medio del pasillo.

—¿Y qué? A esta hora no hay nadie realmente.

—Pero... ¿y si...?

—No pasará nada.— Minho llevó sus labios al cuello de Felix y depositó un pequeño beso ahí.— Además, te extrañaba demasiado. No me iba a dar tiempo llegar a la sala. Necesito saborearte ahora.

Felix gimió ahogadamente al sentir los húmedos labios de Minho recorrer desde la base de su mentón hasta sus clavículas, dándole suaves mordidas y lamiéndolo después para aliviar la punzante sensación que dejaban sus dientes. Le estaba costando trabajo mantenerse cuerdo cuando Minho estaba haciéndole justamente lo que tantas veces había visto en sus fantasías. Había soñado tanto con ser empotrado contra una pared que ahora, muy a su pesar, tenía una bien conformada erección dentro de sus pantalones, la cual rezaba porque no fuera notada por el mayor.

White Thrill - MinlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora