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—Acta de nacimiento... ¡Lista! Mmm, ¿qué otro documento me falta?—Izuku checaba la lista que le habían mandado de la U.A. Para su ingreso, era de mañana e Izuku iría a entregarlos, después le pediría a Kurogiri que pasará por él para informar a la liga sobre la visita sorpresa de los héroes la noche anterior.

—Izuku, el desayuno está listo.—La mayor entro al cuarto de su hijo con una sonrisa en el rostro.

—Ahora voy mamá.—Inko solo asintió y se marchó.—Repasemos... Pasaporte, acta de nacimiento, mi número de identificación, carta de mi antigua escuela, permiso de mis padres, calificaciones y número de residencia, ¡sí! Ya está todo.

El peliverde guardo el sobre donde estaban sus documentos en su mochila y bajo a desayunar encontrándose a su madre acomodando la comida en la mesa.

—¡Izuku! Siéntate, ahora te sirvo. 

—Sí, gracias mamá.

El peliverde tomo asiento en la mesa y miro a Inko pensativo, su mamá tarareaba alegremente mientras terminaba de servir la comida.

—Mamá.

—¿Sí, Izuku?

—Tenías... ¿Tenías idea de que vendrían anoche?—La mujer lo miró confundida un rato.

—No, tu padre me dijo que llegarían entre hoy y mañana... No esperaba que llegarán anoche.—Dio una leve risa.—Sinceramente estaba muy nerviosa con su visita, aunque nunca hayamos sido reconocidos como villanos con todo lo que paso en Kamino me sentí muy nerviosa.

Izuku se sintió culpable, sabía que a lo que se refería su madre con lo de Kamino era a la estupidez que hizo, pese a estar tapado de cabello y cara y prácticamente irreconocible ante tal distancia en la que se encontraban, le daba miedo que pudieran descubrirlos. 

Una vez terminaron el desayuno, Izuku agarro su mochila, se despidió de su madre y comenzó a caminar directo a la U.A. No estaba tan lejos, así que prefería ir de pie que con mucha gente en el metro, no le gustaba la gente para nada. En la U.A. pudo entrar gracias a un permiso que le entregaron, eran las 8:00 am y suponía que los alumnos apenas habían comenzado sus clases hace una hora posiblemente. Camino por el largo pasillo de la U.A. en dirección a la oficina del director, tenía suerte de que le hubieran enseñado un video de la U.A. y entregado un mapa para que no se perdiera, ya que la escuela, en su totalidad; era enorme.

Y ahí estaba, Izuku frente a la puerta (gigante por cierto) nervioso, tenía que tocar, pero sus manos no se movían, aún no tenía el valor de hacerlo y era más por miedo que por cualquier cosa, a partir de ese momento estaría en constante riesgo... una sola equivocación y la misión fallaría y él sería encarcelado. Tomo aire en sus pulmones y levanto la mano dispuesto a tocar, pero un quejido lo interrumpió.

—Tks ¿por qué el profesor Aizawa me tenía que mandar a mí de entre todos los demás ext..? ¿Ah? ¿Quién eres tú?—Izuku lo volteo a ver un tanto nervioso, era el estudiante que su hermano y padre secuestraron...

—S-soy Izuku Midoriya, v-vengo a entregar unos papeles.

—Tks, solo te pregunté quién eras, no que hacías aquí. 

—L-lo siento.—Comenzaba a ponerse nervioso realmente, vaya suerte tenía para encontrarse a este estudiante habiendo miles en esta escuela, quería matarse.

—¿Qué haces ahí parado como idiota? ¿No piensas tocar para que entregues tus papeles?

—A-ah sí, sí. Tocaré.—Dicho y hecho, el peliverde recibió un pase como respuesta, dejando al rubio solo en aquel pasillo.

Izuku salió de la oficina 5 minutos después de haber entregado sus documentos encontrándose con el rubio que lo miró fijamente, este solo hizo una reverencia rápida y se despidió yéndose lo más rápido que podía.

Habían pasado 2 días de que Izuku tuvo que llevar esos papeles, mañana empezaba sus clases y realmente estaba con un humor de perro horrible, no quería asistir a esa escuela, no quería ver a los héroes de cerca, pero ni modo, él había aceptado y se había condenado a su infierno.

—Izuku, la cena está lista.

—Dásela a algún cabrón de la calle y déjame morir de inanición.—Oculto su cara en su almohada y su madre lo miro mal.

—Qué lenguaje, ¿quién te enseño eso?

—Culpa a mi estúpido hermano que ha de estar riéndose de mí por tener que ir a esa escuela de idiotas.

—¡Oh! Así que es eso.—La mujer empezó a reír, realmente su familia detestaba a los héroes y ella también, pero controlaba su odio al tener que convivir con ellos casi a diario— Izuku Shigaraki levántate de esa cama ahora mismo y ven a come...—Escucharon el timbre de la casa interrumpiendo la burla de la madre.—¿Por qué siempre vienen antes o después de la cena? Izuku, ve a abrir.

—Sí, sí. Ya voy.—Rendido ante su madre, le hizo caso, con toda la flojera del mundo se levantó de su cama, y se dirigió a la puerta para abrirla, pero vaya sorpresa se encontró al hacerlo.—«¡¿Otra vez este idiota?!»

Los hijos de AFODonde viven las historias. Descúbrelo ahora