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El peli morado había decidido ir a casa del peliverde nuevamente para contarle bien el inicio del plan y como encontró a Monoma. Al llegar, le contó todo con detalle pensando que Izuku se alegraría, pero, en cambio, frunció el ceño y le reclamo a Hitoshi el cual no entendía la reacción del peli verde, hasta que este pregunto algo que lo hizo captar de inmediato.

—Hitoshi, mierda, responde, ¿le pusiste el auricular a Monoma? 

—Creo que... lo olvide.

Rasco su nuca mientras sacaba el aparato de su bolsillo y se lo entregaba a Izuku, el peliverde tomo el objeto mirándolo, levanto la vista molesto hacia Hitoshi.

—Por una maldita vez que dejo que alguien haga las primeras partes del plan, ¡y la puta caga!

—Perdóname Izuku, es que se me olvido con todo lo que paso.

El peliverde cerro los ojos suspirando en busca de calmar su enojo.

—Está bien, Hitoshi, mañana espéralo en el mismo lugar, es un lugar solitario, por eso elegí ese sitio y afortunadamente siempre toma ese camino. Es posible que mañana vaya de vuelta a la U.A. debido a lo que le ocurrió, cuando lo veas, posiblemente siga confundido por lo que paso hoy, así que aprovéchate de eso, ¡y por el amor de Dios! Que no se te olvide esta vez idiota.

—Entendido Izuku. 

A la mañana siguiente, una alarma sonaba en la habitación de un rubio, este se estiró para apagarla, pero antes de poder apagarla cayó de su cama reaccionando del trance.

—Mierda.

Sobo su cabeza y miró a su al rededor dándose cuenta del sitio donde estaba.

—¿En que momento llegue a mi casa?

Confundido tomo su celular y lo reviso en busca de respuestas. Después de un rato de no haber encontrado nada, lo aventó frustrado a su cama y se levantó del suelo, iría con su madre a preguntarle que sucedió anoche, bajo las escaleras y se dirigió a la sala de estar encontrando a su madre sentada en el sofá viendo la televisión, se acercó a ella llamando su atención.

—Neito, buenos días, ¿te sientes mejor?

—¿A qué te refieres? 

Pregunto, su mamá lo miro confundida y se levantó del sofá.

—¿No lo recuerdas? Ayer llegaste y estabas algo... ¿Ido?  No lo sé, solo no parecías ser tú, es decir, actuabas como tú, pero soy tu madre y te conozco, aunque después me tranquilice porque dijiste que estabas muy mareado, que te dolía la cabeza y que irías a descansar. 

—Es que ni siquiera recuerdo haber llegado aquí...

—¿Tomaste algo antes de venir aquí?

—¡No! Mamá, no pienses en eso, yo no me metí ni tome nada antes de llegar aquí, es solo qué...

Dudaba si decirle a su madre sobre el chico misterioso que le hablo anoche y que después de haberle respondido no recuerda nada hasta esta mañana, no quería preocuparla, pero, si no lo hacía, su madre pensaría mal de él, suspiro y volteo a ver a su mamá la cual lo veía preocupada. 

—Anoche, mientras iba en camino para acá, alguien desconocido me hablo, fue muy extraño y ni siquiera le vi el rostro, al momento de responderle mi mente quedo en blanco, creo... No recuerdo nada hasta esta mañana. 

—Dios mío Neito, en primer lugar, ¿cómo se te ocurre hablar con desconocidos?

—Es que no sabía que iba a pasar, además solo le pregunte quién era y todo en mi mente se fue, iré a la U.A. hoy, quería pasar tiempo contigo, pero necesito decir esto por si fue obra de la liga de villanos, además, necesito que revisen que todo está bien y que no me han hecho nada. 

Los hijos de AFODonde viven las historias. Descúbrelo ahora